"La calma antes de la tormenta" esa era la mejor manera de describir este sentimiento abrumador que se apoderó de todos.
Cuando Ikal se paró frente a nosotros y nos dijo cómo se llevaría a cabo esta operación sabía que muy probablemente no saldríamos de ella con vida… o al menos no todos.
Volteé a ver a Thalia, se veía bastante cansada, demacrada por el desgaste constante causado por el estrés de estar siempre al borde del acantilado, ella me regresó la mirada, contemplé sus ojos y ya no estaba seguro de quién era la persona que veía.
Ya no era el mismo, había muerto, ya no quedaba rastro de aquel ingenuo alquimista novato que esperaba hacer un gran cambio en la forma de ver la ciencia... Se había ido, su inocencia arrebatada por la crudeza de esta guerra, las co
Fin c:
Una luz...una luz era todo lo que me separaba del infinito vacío a mi alrededor, no podía ver qué es lo que era aquel objeto que iluminaba mi visión aún tenue, aunque podía decir que estaba lejos de mi ser, entonces apareció otra luz pero esta era más pequeña, luego vino otra, y otra, y otra más, ahora me encontraba mirando el cielo estrellado y reconocí el enorme faro que me había rescatado del abismo de la oscuridad. Era la luna. Me tomé un momento para respirar y observar a mi alrededor, había un solo sendero, el resto era un mar de árboles, árboles tan altos y tan gruesos que podía imaginarme caminando por sus ramas con tanta facilidad como lo hacía en la tierra bajo mis pies.
Me quedé parada viendo esa cosa y estoy muy segura que eso hizo exactamente lo mismo. —Su nombre es Pel—habló Ikal—es mi compañero de viajes. Había calor, mucho calor, mi respiración era forzada, sentía placer en el roce de nuestros cuerpos. —Te amo—eran las únicas palabras que mis oídos escuchaban. Sus rasgos eran borrosos, no podía discernir nada más que unos hermosos ojos azul zafiro en aquel rostro que me miraba. Todo era placer y nada más…hasta que desperté. Ya era de día, me tomé un tiempo para procesar mi regreso a la realidad, aquel sueño había sido raro, se sentía muy real, ¿Sería un recuerdo? No lo sé. Me levanté de la hamaca con pesadez antes de estirarme, Ikal no estaEspectro de jade
Por fin, después de tres días en el bosque sin más compañía que el bastardo, finalmente llegaríamos hoy a la ciudad, no más árboles gigantes ni dormir en hamacas, ni comer ardillas, eso se terminaba hoy. —Llegamos. — ¿Qué? —volteé a ver a todos lados, pero todo seguía siendo bosque—Creo que debí escuchar mal porque estoy casi segura de que dijiste que llegamos. Ikal me dirigió una mirada antes de responderme señalando hacia arriba. No estoy segura de que sonido hizo mi boca cuando cayó al suelo, pero si estoy segura de que no sonó tanto como el grito que
No lo entendía, ¿Cómo podía haber sido tan ciegamente leal?, ¿Cómo había sido tan devoto como para haber hecho algo tan estúpido? Su hogar…reducido a cenizas. Su familia…cadáveres esparcidos por el suelo. Su gente…ahora simples recuerdos en su mente. Todo por su tontería, por su fe ciega en aquellas personas, que le habían prometido aquellos conocimientos que su padre le había negado por no estar listo. Caminando entre aquel mar de muerte y desolación, pod
Estaba oscuro aquí, demasiado, era como ser tragado por un profundo abismo donde la luz no era bienvenida, el aire soplaba con fuerza a nuestro alrededor helando mis huesos mientras arrancaba polvo y hojas desde el suelo, la lluvia me empapaba de pies a cabeza mientras los rayos, que eran nuestra única iluminación, retumbaban fuertemente en mis oídos, curiosamente parecía que yo era el único afectado. La mujer de la cinta en la cabeza, el tipo enmascarado y Talía no parecían percatarse del clima a su alrededor. Pero bueno, me imagino que su calma viene de la experiencia, todos parecían experimentados, al menos para mí, alguien con apenas poco más de un año en el trabajo. Nos habíamos reunido en lo que parecían ser las ruinas de algún templo a las afuera
Talía y yo corrimos en la dirección que Máscara había señalado, estábamos yendo directamente hacia las explosiones que escuché mientras corríamos de la horda. No podía apreciar el paisaje más allá del negro de la noche, el gris de las nubes tormentosas y el color naranja rojizo de las llamas descontroladas que ardían con fervor detrás de mi. Frente a nosotros no había más que destellos de luz fugaz, seguidos de el retumbar de fuertes explosiones, lluvia incesante que empaña mi visión y cientos de lamentos que Iban y venían de todas direcciones, mientras que intentaba llegar a mi destino no pude evitar preguntarme a mí
Completa, así es como me sentía, como si por alguna razón las piezas hubieran encajado en su lugar. Llené mis pulmones con el aire puro que soplaba en el pequeño parque, mientras disfrutaba de la sensación satisfactoria que mi alma sentía con cada pequeño trazo de color que dejaba sobre el lienzo. Me concentré en la imagen en mi mente, un pasillo hecho con una hermosa piedra lisa y blanca, un gran jardín lleno de árboles y flores a la izquierda, con hermosos colores ya sea opacos o vibrantes en los pétalos de cada planta, un pequeño estanque con peces decoraban la derecha del camino como si necesitara llenar a todos los transeúntes con su frescura, un hombre joven parado ahí observando el paisaje, estático, traté de pensar en qué es lo que diría el homb