Mario desde el otro lado de la línea le explicó. “Sebastián mi auto se descompuso, no creo llegar por ti”.
Sebastián observó la hora en su reloj de mano. “Está bien, me iré en mi coche, te veo allá”.
Colgó y terminó de arreglarse. Subió a su auto y salió de la gran mansión a las afueras de la ciudad, ya era un poco tarde y conducía rápidamente por la única carretera que llevaba a la ciudad, alrededor solo había arboledas y matorrales , todo esa área era parte de la familia. Les gustaba vivir tranquilos y sin tanto ruido.
………………………….
En casa de Eva…
“Te ves hermosa hija”. Su padre se acercó mirándola por el reflejo del espejo.
“Gracias papá”. La cara de Eva estaba iluminada y hermosa.
“Luce radiante ¿Verdad señor Cortés?”. Julia sonreía mirando a su amiga.
El padre de Eva asintió. Se quedó un momento en silencio y después preguntó. “¿Invitaste a tu madre?”.
Eva observó a su padre desde el espejo y su semblante cambió un poco cuando su padre hizo la pregunta. “Le envié la invitación, no sé si ella se presente”.
La madre de Eva se divorció de su padre hacía unos años, para irse con otro hombre más rico, siempre fue una mujer fría y seca con Eva y su padre el señor Ernesto, ahora disfrutaba de una mejor vida con el hombre que se casó, el hombre ya era mayor, pero al parecer a ella no le importó.
Se fue a vivir a otra ciudad con el hombre, mientras Eva y su padre eran la comidilla entre sus conocidos, todos hablaban de lo que su madre hizo, fue un duro golpe para ella, pero en especial para el señor Ernesto que la amaba de verdad.
Julia tomó la mano de su amiga. “Tú cumpliste con invitarla, ya ella sabrá si te acompaña”. Julia observó su reloj. “Debemos irnos a la iglesia, la ceremonia empezará pronto”.
Los tres salieron de la casa, los sirvientes felicitaban a la chica antes de irse, se veía radiante.
Ya en la iglesia, Eva esperaba en una pequeña sala a que la ceremonia diera inicio, Julia observó su reloj varias veces, habían pasado más de 20 minutos y el maestro de ceremonias no entraba para avisar que la ceremonia empezaría.
Eva miró a su amiga preguntando. “Mi mamá… ¿Vino?”.
Julia negó. “No la vi en la iglesia, yo creo que no se presentó”.
Eva sonrió tristemente, por algún motivo tonto esperaba que su madre estuviera aquí en este día tan especial.
Eva agacho su cabeza un poco después miro por la ventana. “¿Creo que ya es tarde?”.
Julia apretó su mano para tranquilizarla. “Iré a ver qué pasa”.
Eva la miró y asintió, también estaba un poco nerviosa.
Después de que minutos pasaron ella miró su teléfono y ya era muy tarde, ella se levantó para salir y averiguar qué pasaba.
El padre de Eva entró nervioso, Eva lo miró. “¿Qué pasa papá?”.
Seguido del señor, entró Julia y Mario amigo de Sebastián quien la miró de forma indescriptible, estaba realmente hermosa, su vestido blanco de princesa le quedaba muy bien, su cabello recogido con algunas incrustaciones de diamantes entre sus cabellos y un fino velo, su maquillaje era exquisito y resaltaba sus hermosos ojos.
Mario suspiro calmándose. “Eva… necesito que te sientes”.
Ella negó exigiendo. “Dime que pasa”.
Mario se acercó, el señor Ernesto tomó el hombro de su hija y Julia en silencio empezó a llorar.
Eva se puso nerviosa, miraba a las tres personas sin comprender que pasaba.
Mario tomó su mano y la acarició. “Sebastián… tuvo un accidente de camino aquí”.
Eva abrió mucho sus ojos negando. “¿Dónde está? Necesito verlo, llévame con él”.
Mario negó. “Sebastián venía a alta velocidad y chocó contra un árbol, el coche explotó con él adentro”.
Eva gritó “¡No!, ¡No es cierto!”. Ella lloraba angustiada negaba con su cabeza intentando comprender las palabras de Mario.
Se acercó a Mario y lo tomó de la camisa. “Llévame con él quiero verlo”.
Ella lo soltó caminando hacia la puerta, pero Mario la detuvo. “Eva, él ya no está”.
“¡No!, ¡no!, ¡Es mentira!, ¡Dime que es mentira!, ¡Por favor, por favor llévame a verlo!, ¡Mario quiero verlo!”.
Eva lloraba en los brazos de Mario, sus sollozos se escuchaban por toda la iglesia, la gente que ya estaba en sus lugares murmuraba, algunos estaban consolando a la familia, la madre de Sebastián, la señora Rita ya era una mujer mayor, estaba en el mismo estado que Eva, la hermana de Sebastián Belinda consolaba a su madre, pero también lloraba sin control.
Gregorio el primo solo observaba a la mujer mayor llorar en silencio, para él era bueno que su primo muriera, ahora tendrían que buscar un nuevo presidente para la constructora, los demás familiares al igual que Gregorio también pensaban lo mismo, todos querían una parte de la gran fortuna de los Tejada.
Sebastián le daba una mensualidad a cada uno, pero ellos pensaban que era una miseria a comparación de lo que la empresa daba mensualmente. Ahora podrían pelear, por mucho mas dinero.
El señor Ernesto padre de Eva se quedó en la iglesia despidiéndose y disculpándose de los invitados que ya estaban saliendo del lugar.
Mario llevó a Eva a su casa, Julia la llevaba en sus brazos, estaba en shock, todo su maquillaje estaba corrido y su vestido desarreglado, era como una muerta viviente.
Lee el siguiente fragmento escuchando esta canción: all i want – kodaline
Eva observo la ciudad mientras iban por la calle, algunos fragmentos de su vida con Sebastián vinieron a su cabeza. – ¿Me amas? - Ella le preguntó mientras disfrutaban de la brisa de la playa.
Él sonrió. “Siempre”.
Sebastián la beso y seguido la cargó en sus brazos dando vueltas en la arena gritando -Te amo, te amo, te amo, te amo- decía en repetidas ocasiones.
Ella gritaba aferrándose a él asustada y divertida.
Ella cerró sus ojos dejando a un lado el hermoso recuerdo, sus lágrimas no dejaban de caer, de repente se sintió sofocada, no podía respirar, miro por la ventana y observó cómo la gente caminaba por la calle.
“¡Detente!”. Le gritó a Mario quien conducía.Mario la miró e hizo una mueca. “Debemos llevarte a descansar”.“¡No escuchaste! ¡Detente!”. Ella volvió a gritar.Él se orilló y apagó el auto, Julia acarició su brazo. Eva la miró. “Necesito verlo por mí misma”.Julia negó persuadiendo a su amiga. “Vamos a casa Eva, necesitas cambiarte y descansar un poco, Mario se encargará de averiguar qué pasa”.Eva negó y se soltó de Julia quien trataba de calmarla en el auto, Eva se safo y salió del coche, Mario salió detrás de ella, Eva corrió por la calle con su largo vestido la gente la observaba asombrada, mientras el hombre de traje negro iba detrás de ella gritándole. “¡Eva espera!”.Chocaban con la gente alrededor pero no impido que Eva siguiera. Los transeúntes pensaban que era una novia fugitiva y que el hombre era el novio que quería detenerla.Ella cruzó sin fijarse y un auto frenó antes de golpearla, el hombre sacó la cabeza por la ventana enojado. “No ves que está en verde! ¡Vieja loca
“Hay Fabian nos diste un gran susto”. La mujer mayor sonrió aliviada y llorando al ver que su nieto despertaba.La chica molesta lo regaño mirando al chico le dijo. “Te he dicho que esa moto es muy peligrosa, casi mueres”.El chico frunció el ceño, no conocía a estas mujeres, trató de levantarse, pero todo le dolía. Suspiró para aguantar el dolor y levantarse, ambas mujeres trataron de detenerlo, pero él se negó, la mujer mayor le gritaba “¡Fabian!”.El hizo caso omiso a la mujer y camino hacia la puerta de la habitación con poca fuerza, al salir miro alrededor una de las enfermeras lo observo y caminó hacia él,Al ver esto, el chico camino apurado al contrario de la enfermera, tenía que salir de ahí, todavía estaba algo confundido, camino hacia el elevador, y observó una vieja televisión que estaba en el pasillo, hablaban sobre el accidente de Sebastián Tejada Uribe, se quedó de pie mirando la noticia.-El Empresario Sebastián Tejada, sufrió un accidente automovilístico hace algunas
Al terminar se puso la ropa, observo su rostro en el espejo todavía no podía creer que estaban el cuerpo de un chico, tenía varios orificios en las orejas, los labios y la cejas, su cabello estaba algo largo y desaliñado, suspiró tratando de comprender qué es lo que hacía este chico con su vida y necesitaba salir e investigar que paso.Pasaron algunas horas, Sebastián estaba cansado de esperar en la habitación a su abuela, ya tenía los papeles del alta y necesitaba desesperadamente salir del lugar, se levantó tomo todas sus cosas y salió de la habitación, llegó cerca del elevador observando para todos lados, las enfermeras estaban ocupadas con pacientes y no se percataron de él.Presionó el botón y el elevador se abrió, él entró y bajó al primer piso, había mucha gente a los alrededores, camino por el pasillo buscando la salida del lugar, a lo lejos observó a un hombre conocido, era su amigo Mario.Era una suerte encontrarlo ahí, estaba apunto de caminar hacia el pero se detuvo, frunc
La mujer mayor lo observó extrañada. “¿Alérgico?”. Sebastián la observó por unos momentos, tomó el tenedor para probar la cena, jugó con el tocino por unos segundos y al final lo mordió con algo de miedo masticó el tocino, cualquier comida hecha de carne de cerdo dañaba su cuerpo con una fuerte alergia en la piel. El tocino era exquisito, todo estaba delicioso era comida casera, sonrió al probarlo y disfrutó del sencillo plato. Comió la mitad del plato y se observó por un momento sus brazos, después de casi un minuto sonrió feliz, no había ningún tipo de salpullido, ni inflamación, este cuerpo soportaba la carne de cerdo, siguió comiendo feliz la comida, la mujer lo miraba extrañada después de unos segundos empezó a comer. Ella preguntó. “¿Por qué crees que tus ojos cambiaron? Antes eran cafés claros”. Él miró a la mujer y levantó sus hombros en señal de ignorancia. “Puede ser algún efecto de las drogas…” Después de decir aquello en voz alta, él se quedó en silencio mirándola. La
Charlie buscó un banco y lo colocó enfrente al sillón, Sebastián limpio el viejo sillón y se sentó frente a su amigo suspirando cansado. Le contó todo, desde que Mario no lo recogió para llevarlo a la iglesia, sobre Eva embarazada, cómo despertó en otro cuerpo y como Mario tuvo que ver con el accidente. Charlie lo escuchaba en silencio atento a lo que decía, pensaba que la forma de hablar del chico era idéntica a su amigo, pero todavía estaba algo incrédulo. Sebastián le dijo al terminar. “Y bien ¿Me crees?”. Charlie asintió. “Estoy algo desconcertado por lo que me dices de Mario, si me di cuenta de que le gustaba Eva, era muy notorio, pero nunca imaginé que fuera hasta los extremos”. Sebastián miró a Charlie. “¿Se notaba? ¿Por qué yo nunca lo note? Pensé que se había olvidado de ella hace años”. Charlie levantó los hombros con indiferencia. “A veces se comportaba diferente cuando tú estabas y con otras personas era frío y calculador”. Sebastián preguntó. “Por eso te alejaste?
Ella también observó a Sebastián era guapo y alto, sus ojos azules eran muy impresionantes. “Hola, soy Eva un gusto”. También saludo a Charlie. Mario observó a ambos, hizo una mueca al ver su interacción. No le gustaba la forma en que Sebastián miraba a Eva, era como si fuera su próxima presa, sabía que Sebastián no era serio en sus relaciones nunca tenía una pareja estable y le gustaba salir con muchas. Mario le explicó a Sebastián. “Eva y yo nos conocimos en un curso de mercadotecnia en USA”. Sebastián asintió, todos se presentaron y alistaron para poder subir la montaña, Eva conversaba con sus amigas y en ocasiones miraba a Sebastián que no apartaba la mirada de ella, sus amigas se burlaban, ella negaba y les pedía que guardaran silencio. Ya en el camino, en algunas ocasiones paraban para dejar descansar a las chicas, Mario no perdía la oportunidad de acercarse a Eva y conversar. Sebastián por su parte ayudaba a los chicos con algunas necesidades del grupo, pero le gustaba
Sebastián hizo una mueca al saber el dato, pidió investigar al chico y estaba limpio, era un buen chico. Mario entró a la oficina. “¿Trabajando?”. Sebastián le entregó la información y Mario empezó a leer, al terminar levantó una ceja mirando a su amigo. “¿La investigaste?”. Sebastián se sirvió un trago. “Claro, me interesa te lo dije, necesito saber todo de ella”. Mario asintió. “Entonces… tiene novio”. Sebastián sonrió. “No por mucho tiempo”. Mario frunció el ceño. “Sebastián esto podría ser solo un reto para ti y no amor, deberías dejarla en paz”. Sebastián negó. “Tu ya te diste por vencido, yo no lo haré”. “No es que me haya dado por vencido, simplemente ella es feliz con el chico por que meterte en una relación”. Sebastián le advirtió. “Ellos no están casados, yo puedo hacer mi lucha”. Mario negó saliendo de la oficina, cuando a su amigo se le metía algo en la cabeza era muy difícil hacerlo cambiar de opinión. Los días siguientes, Sebastián casualmente se en
Sebastián le llevó cerca, comieron juntos y en algunas ocasiones ella trato de sonreír fingidamente, Sebastián notaba que algo no andaba bien, la llevo a la clínica de regreso y se fue a la oficina, al llegar le pidió a su asistente que investigara qué pasó estos últimos días en la vida de Eva. Más tarde su asistente le entregó toda la información que tenía referente a la chica. Sebastián leyó atentamente y por un momento sonrió, al parecer el supuesto novio recibió una oferta de trabajo en otro país y se había ido ya hace dos semanas y se había comunicaba poco con Eva. -Es por eso que ella estaba triste-. Pensó Sebastián. Los días siguientes, Sebastián aparecía a su hora de comida, a veces ella se negaba, pero Sebastián no le importaba, en algunas ocasiones que no podía estar ahí, le mandaba comida de un restaurante famoso a la clínica, ella estaba inquieta, los detalles eran hermosos y ella poco a poco sentía algo de cariño por el hombre que siempre estaba atento a sus neces