“¡Detente!”. Le gritó a Mario quien conducía.
Mario la miró e hizo una mueca. “Debemos llevarte a descansar”.
“¡No escuchaste! ¡Detente!”. Ella volvió a gritar.
Él se orilló y apagó el auto, Julia acarició su brazo.
Eva la miró. “Necesito verlo por mí misma”.
Julia negó persuadiendo a su amiga. “Vamos a casa Eva, necesitas cambiarte y descansar un poco, Mario se encargará de averiguar qué pasa”.
Eva negó y se soltó de Julia quien trataba de calmarla en el auto, Eva se safo y salió del coche, Mario salió detrás de ella, Eva corrió por la calle con su largo vestido la gente la observaba asombrada, mientras el hombre de traje negro iba detrás de ella gritándole. “¡Eva espera!”.
Chocaban con la gente alrededor pero no impido que Eva siguiera. Los transeúntes pensaban que era una novia fugitiva y que el hombre era el novio que quería detenerla.
Ella cruzó sin fijarse y un auto frenó antes de golpearla, el hombre sacó la cabeza por la ventana enojado. “No ves que está en verde! ¡Vieja loca!”.
Ella miró al hombre y el auto, era un taxi, subió rápido como pudo. “Llévame a la carretera 53”.
El hombre miró a Eva, estaba desaliñada y parecía que había llorado. “Esa avenida está cerrada por un accidente…”
Ella observó al hombre y escuchó la voz de Mario. “¡Eva!”. Volteo a verlo y le gritó al chofer “¡Conduzca rápido!”.
El hombre al final le hizo caso y se alejaron.
Mario miro el auto. “¡Maldición!”. Regresó y subió conduciendo junto con Julia que iba muy nerviosa.
Eva llegó al lugar observando alrededor, estaba acordonado y había mucha gente mirando la escena.
El hombre del taxi le dijo. “Oiga págueme”. Eva miró al hombre y se miró la muñeca quitándose el reloj que valía miles.
“No tengo dinero, pero esto le servirá”.
El hombre observó el reloj y resopló conduciendo lejos.
Había ambulancias y patrullas a los alrededores, los bomberos terminaban de examinar el coche que acaban de apagar el incendio.
Eva caminó entre la gente observando el auto, cada paso que daba era más pesado. La gente la miraba sin comprender porque una novia estaba ahí.
El policía extrañado observó a Eva con el vestido de novia, tenía un semblante terrible. “Señorita, no puede estar aquí”.
Ella posó su mirada en el auto destrozado y preguntó. “¿Qué pasó?”.
El policía miró hacia atrás donde estaba el accidente y luego giró para verla. “Un fuerte accidente, un hombre murió”.
Ella negó llorando le temblaban los labios al hablar. “Puede decirme… ¿Quién es la persona que tuvo el accidente?”.
El negó. “Es información clasificada señorita, es mejor que se vaya”.
Ella sonrió sarcástica y lo miró a los ojos. “Hoy es mi boda… mi prometido no llegó a la iglesia, me dijeron que tuvo un accidente en esta calle…”
Ella lo miró con ojos suplicantes. “Por favor puede decirme ¿Quién es la persona que murió?”.
El hombre suspiró y llamó a otra persona hablaron entre sí mirando a la mujer vestida de novia, se acercaron ambos y el hombre le dijo. “El auto era propiedad de Sebastián Tejada, ya verificamos las placas”.
La sangre de Eva se fue hasta su cabeza, escuchaba un palpitar en su corazón doloroso, las palabras del policía retumbaban en su cabeza con dolor, ella se dejó caer en el suelo de rodillas al escuchar el nombre.
Gritó con todas sus fuerzas negando. “¡Por favor, dígame que no es cierto, Sebastián no puede estar muerto, por favor!”.
El policía trató de calmarla y los paramédicos se acercaron cuando ella estaba histérica, la gente alrededor la miraba y se compadecía de la mujer, cuando estaba a punto de desmayarse, Julia y Mario llegaron, Julia corrió a abrazarla.
Mario habló con los policías quienes le informaban de todo, Eva se desmayó y la llevaron al hospital, la impresión había sido muy fuerte y su presión bajó peligrosamente.
Julia lloraba mientras veía a su amiga en la camilla.
Mario arregló todo en el hospital para que fuera atendida en la sala VIP, minutos después llegó el padre de Eva angustiado por toda la situación.
Todos estaban en la habitación esperando a que Eva reaccionara, minutos después ella abrió los ojos observando alrededor, ella con dolor volvió a cerrarlos y sus lágrimas caían, esperaba que todo fuera un sueño, pero su realidad era otra.
El señor Ernesto se acercó. “Hija, ¿Todavía te sientes mareada?”.
Ella negó sentándose despacio en la cama. “Solo cansada papá”.
El doctor entró y saludó a los presentes, se acercó a Eva. “Tu Glucosa bajo mucho por la impresión, debes cuidarte de ahora en adelante y más en tu estado”.
Todos en la habitación se quedaron en silencio por unos segundos.
Eva miró al doctor. “¿Mi estado?”.
El doctor le contestó serio. “Estas embarazada, tiene un mes”.
Eva se quedó en shock, Julia se cubrió su boca por el asombro, el padre de Eva solo suspiro triste.
Mario observaba a Eva tristemente en silencio, deseaba que ella no pasara por todo esto.
Eva de nuevo lloró afligida, el doctor les explicó lo que tenían que hacer a partir de ahora, ella debía descansar y no alterarse.
………………………………………………………
En otra parte del mismo hospital…
Un joven de unos 20 años dormía en una cama, había otras tres camas en la habitación, una mujer mayor rezaba cerca de la cama del chico con sus manos unidas, junto a la anciana había una chica, observaban como un doctor revisaba al joven.
El doctor les explicó. “Estaba drogado y sufrió un paro cardiaco mientras manejaba la motocicleta, rodó varios metros y tuvo suerte de que ningún auto lo golpeara, está vivo de milagro”.
La mujer mayor agradeció mirando al cielo. La chica solo asintió observando al chico en la cama, tenía algunos golpes leves en el rostro y raspones.
“La tomografía nos dice que todo está bien, solo esperemos a que el despierte”.
El doctor salió y ellas se acercaron, la mujer mayor tomó su mano. El chico empezó a moverse y abrió lentamente los ojos, ambas lo observaron alegres.
“Hay Fabian nos diste un gran susto”. La mujer mayor sonrió aliviada y llorando al ver que su nieto despertaba.La chica molesta lo regaño mirando al chico le dijo. “Te he dicho que esa moto es muy peligrosa, casi mueres”.El chico frunció el ceño, no conocía a estas mujeres, trató de levantarse, pero todo le dolía. Suspiró para aguantar el dolor y levantarse, ambas mujeres trataron de detenerlo, pero él se negó, la mujer mayor le gritaba “¡Fabian!”.El hizo caso omiso a la mujer y camino hacia la puerta de la habitación con poca fuerza, al salir miro alrededor una de las enfermeras lo observo y caminó hacia él,Al ver esto, el chico camino apurado al contrario de la enfermera, tenía que salir de ahí, todavía estaba algo confundido, camino hacia el elevador, y observó una vieja televisión que estaba en el pasillo, hablaban sobre el accidente de Sebastián Tejada Uribe, se quedó de pie mirando la noticia.-El Empresario Sebastián Tejada, sufrió un accidente automovilístico hace algunas
Al terminar se puso la ropa, observo su rostro en el espejo todavía no podía creer que estaban el cuerpo de un chico, tenía varios orificios en las orejas, los labios y la cejas, su cabello estaba algo largo y desaliñado, suspiró tratando de comprender qué es lo que hacía este chico con su vida y necesitaba salir e investigar que paso.Pasaron algunas horas, Sebastián estaba cansado de esperar en la habitación a su abuela, ya tenía los papeles del alta y necesitaba desesperadamente salir del lugar, se levantó tomo todas sus cosas y salió de la habitación, llegó cerca del elevador observando para todos lados, las enfermeras estaban ocupadas con pacientes y no se percataron de él.Presionó el botón y el elevador se abrió, él entró y bajó al primer piso, había mucha gente a los alrededores, camino por el pasillo buscando la salida del lugar, a lo lejos observó a un hombre conocido, era su amigo Mario.Era una suerte encontrarlo ahí, estaba apunto de caminar hacia el pero se detuvo, frunc
La mujer mayor lo observó extrañada. “¿Alérgico?”. Sebastián la observó por unos momentos, tomó el tenedor para probar la cena, jugó con el tocino por unos segundos y al final lo mordió con algo de miedo masticó el tocino, cualquier comida hecha de carne de cerdo dañaba su cuerpo con una fuerte alergia en la piel. El tocino era exquisito, todo estaba delicioso era comida casera, sonrió al probarlo y disfrutó del sencillo plato. Comió la mitad del plato y se observó por un momento sus brazos, después de casi un minuto sonrió feliz, no había ningún tipo de salpullido, ni inflamación, este cuerpo soportaba la carne de cerdo, siguió comiendo feliz la comida, la mujer lo miraba extrañada después de unos segundos empezó a comer. Ella preguntó. “¿Por qué crees que tus ojos cambiaron? Antes eran cafés claros”. Él miró a la mujer y levantó sus hombros en señal de ignorancia. “Puede ser algún efecto de las drogas…” Después de decir aquello en voz alta, él se quedó en silencio mirándola. La
Charlie buscó un banco y lo colocó enfrente al sillón, Sebastián limpio el viejo sillón y se sentó frente a su amigo suspirando cansado. Le contó todo, desde que Mario no lo recogió para llevarlo a la iglesia, sobre Eva embarazada, cómo despertó en otro cuerpo y como Mario tuvo que ver con el accidente. Charlie lo escuchaba en silencio atento a lo que decía, pensaba que la forma de hablar del chico era idéntica a su amigo, pero todavía estaba algo incrédulo. Sebastián le dijo al terminar. “Y bien ¿Me crees?”. Charlie asintió. “Estoy algo desconcertado por lo que me dices de Mario, si me di cuenta de que le gustaba Eva, era muy notorio, pero nunca imaginé que fuera hasta los extremos”. Sebastián miró a Charlie. “¿Se notaba? ¿Por qué yo nunca lo note? Pensé que se había olvidado de ella hace años”. Charlie levantó los hombros con indiferencia. “A veces se comportaba diferente cuando tú estabas y con otras personas era frío y calculador”. Sebastián preguntó. “Por eso te alejaste?
Ella también observó a Sebastián era guapo y alto, sus ojos azules eran muy impresionantes. “Hola, soy Eva un gusto”. También saludo a Charlie. Mario observó a ambos, hizo una mueca al ver su interacción. No le gustaba la forma en que Sebastián miraba a Eva, era como si fuera su próxima presa, sabía que Sebastián no era serio en sus relaciones nunca tenía una pareja estable y le gustaba salir con muchas. Mario le explicó a Sebastián. “Eva y yo nos conocimos en un curso de mercadotecnia en USA”. Sebastián asintió, todos se presentaron y alistaron para poder subir la montaña, Eva conversaba con sus amigas y en ocasiones miraba a Sebastián que no apartaba la mirada de ella, sus amigas se burlaban, ella negaba y les pedía que guardaran silencio. Ya en el camino, en algunas ocasiones paraban para dejar descansar a las chicas, Mario no perdía la oportunidad de acercarse a Eva y conversar. Sebastián por su parte ayudaba a los chicos con algunas necesidades del grupo, pero le gustaba
Sebastián hizo una mueca al saber el dato, pidió investigar al chico y estaba limpio, era un buen chico. Mario entró a la oficina. “¿Trabajando?”. Sebastián le entregó la información y Mario empezó a leer, al terminar levantó una ceja mirando a su amigo. “¿La investigaste?”. Sebastián se sirvió un trago. “Claro, me interesa te lo dije, necesito saber todo de ella”. Mario asintió. “Entonces… tiene novio”. Sebastián sonrió. “No por mucho tiempo”. Mario frunció el ceño. “Sebastián esto podría ser solo un reto para ti y no amor, deberías dejarla en paz”. Sebastián negó. “Tu ya te diste por vencido, yo no lo haré”. “No es que me haya dado por vencido, simplemente ella es feliz con el chico por que meterte en una relación”. Sebastián le advirtió. “Ellos no están casados, yo puedo hacer mi lucha”. Mario negó saliendo de la oficina, cuando a su amigo se le metía algo en la cabeza era muy difícil hacerlo cambiar de opinión. Los días siguientes, Sebastián casualmente se en
Sebastián le llevó cerca, comieron juntos y en algunas ocasiones ella trato de sonreír fingidamente, Sebastián notaba que algo no andaba bien, la llevo a la clínica de regreso y se fue a la oficina, al llegar le pidió a su asistente que investigara qué pasó estos últimos días en la vida de Eva. Más tarde su asistente le entregó toda la información que tenía referente a la chica. Sebastián leyó atentamente y por un momento sonrió, al parecer el supuesto novio recibió una oferta de trabajo en otro país y se había ido ya hace dos semanas y se había comunicaba poco con Eva. -Es por eso que ella estaba triste-. Pensó Sebastián. Los días siguientes, Sebastián aparecía a su hora de comida, a veces ella se negaba, pero Sebastián no le importaba, en algunas ocasiones que no podía estar ahí, le mandaba comida de un restaurante famoso a la clínica, ella estaba inquieta, los detalles eran hermosos y ella poco a poco sentía algo de cariño por el hombre que siempre estaba atento a sus neces
Cuando Mario regresó y se enteró, estaba furioso Sebastián había aprovechado toda la situación, solo esperaba que no lastimara a Eva. Meses después, Eva salía de su casa despidiéndose de su padre, al llegar al portón, se encontró con Sebastián quien la esperaba recargado en su auto, llevaba gafas oscuras y un traje color azul rey con corbata gris, se veía muy guapo y elegante. “Hola”. Ella sonrió y caminó hacia él. Sebastián la tomó de la cintura y la besó sin dejarla respirar, le encantaba sus labios. “Hola ¿Lista para la sorpresa?”. Eva sonrió. “No pude dormir, pensando que será, ya dime ¿Cuál es?”. Él negó burlándose de ella. “Si te lo digo ya no será una sorpresa”. Eva jugó con él. “Si me lo dices me haré la sorprendida cuando me des la sorpresa”. Sebastián se río a carcajadas haciendo su cabeza hacia atrás. “Eres una tramposa… pero no te lo diré, mejor vamos y sabrás que es”. Subieron a su auto y Sebastián la llevó al centro de la ciudad, ella admiraba todo feliz, estos