Después de un rato recostados en la cama, Eva se levantó, Sebastián la observaba vestirse, se sentía realmente afortunado de tenerla a su lado, era la mujer más increíble que había conocido, desde el primer momento supo que ella era la indicada, a pesar de que ella tenía novio, él ni se inmutó y empezó conquistarla, hasta que con el tiempo ella cayó, no permitiría que nadie le hiciera daño alguno, era solo suya y quería verla siempre feliz.
“¿Te vas tan pronto?”. Él se levantó abrazándola por detrás quitándole la ropa de nuevo besando su espalda.
Ella se giró. “Es tarde, mi papá me espera”.
Sebastián hizo una mueca. “¿Por qué nunca te quedas? solo por hoy, mañana hablaré con el y le diré que nos casaremos”.
Ella negó. “Sabes que no puedo, mi papá es muy tradicional, no quiero un gran sermón”.
El entendió abrazándola más fuerte. “Está bien, solo serán dos meses más y nos casaremos, te tendré para mí siempre”.
Ella sonrió preguntando. “¿Siempre?”.
Sebastián dijo. “Siempre”. Beso sus labios despacio y con ternura.
……………………………………..
Semanas después…
Sebastián conducía el auto, Eva miraba el lugar. “¿A dónde vamos?”.
El beso su mano. “Es una sorpresa”.
Llegaron a una parte a las afueras de la ciudad, se estacionó fuera de una gran casa, Eva bajó mirando alrededor. Los alrededores tenían árboles frondosos y el gran patio estaba rodeado de un gran jardín con flores de colores.
Sebastián se acercó a ella besándola y abrazándola. “¿Te gusta?”.
Eva asintió y giró para verlo intrigada. “¿Este lugar?”.
Sebastián sonrió. “Será nuestra casa, vamos nos esperan”.
Entraron juntos, tres hombres los esperaban en la sala, había una pequeña mesa en el centro del gran lugar.
“Hola”.
Sebastián se acercó y saludó a los presentes.
Eva saludo a uno de los hombres. “Hola Mario”.
Él se acercó. “Eva, un gusto verte”.
Sebastián saludo a Mario. “Gracias amigo, sin ti no hubiera encontrado la casa perfecta”.
Mario sonrió mirando a Eva. “Lo hice con mucho gusto, sé que a Eva le gustaría”.
“Gracias Mario, es muy linda”. Ella observaba alrededor, era grande y espaciosa, ya se la imaginaba amueblada.
Sebastián la abrazó besando su cabello. “Y verás que tan bien queda cuando la amueblamos juntos”.
Mario observó a su mejor amigo y a Eva en silencio. “¿Si gustan los puedo ayudar?”.
Sebastián negó. “No quiero molestarte más, además quiero que lo hagamos en pareja”.
Eva asintió mirando a su novio, lo amaba mucho.
Mario afirmó mirando a Eva como sonreía y se perdía viendo a Sebastián.
Hablaron con los hombres de bienes raíces y firmaron varios acuerdos, Sebastián le entregó la pluma a Eva para que firmara.
Ella feliz firmó cada papel que Sebastián le indicaba sin leer, confiaba totalmente en él.
Mario terminó todo el papeleo, aparte de ser el mejor amigo de Sebastián era su abogado llevaba todos sus asuntos, tanto en la empresa como personales.
Sebastián beso la frente de Eva. “¿Quieres ir a la planta alta?, iré en un momento". Ella feliz asintió despidiéndose de los presentes, subió y sacó su teléfono llamando a su amiga.
“Hola, Eva”. Julia disfrutaba de una película en su cama.
“¿A que no adivinas dónde estoy?”. Eva entró a la habitación principal con una gran sonrisa, se acercó a la ventana y se podía ver todo el jardín.
Julia pensó por un momento. “En un restaurante en una cita romántica con Sebastián?”.
“No”.
“Mmmm ¿En una cabaña a las afueras?”. Julia conocía a Sebastián, era un hombre muy romántico y detallista con su amiga.
“No”.
“¡Eva ya dime!”. Julia se desesperó.
Eva se burló de su amiga. “Sebastián me trajo a ver nuestra nueva casa”.
Julia se levantó de su cama. “¡Eso es genial!, me alegro mucho, debe ser enorme, Sebastián nunca escatima cuando está relacionado contigo”.
Eva siguió contándole a Julia…
En la sala de la casa...
“Eso sería todo de nuestra parte, el lunes le llevaremos los papeles finales”. Uno de los abogados le dijo.
Sebastián sonrió. El otro hombre dijo. “La casa estará disponible después de una semana para que puedan amueblarla”.
Sebastián agradeció despidiéndose de los hombres, Mario revisaba otra papelería.
Al acercarse a su amigo, Sebastián le dio una palmada en el hombro. “Tienes todo listo”.
Mario lo miró asintiendo y le entregó los papeles a Sebastián. “El acta de matrimonio estará lista también para el lunes, oficialmente estarán casados la próxima semana por lo civil y Eva quedará como heredera legítima de tu fortuna”.
Sebastián asintió en silencio revisando los papeles.
Mario lo observó por un momento. “¿Todavía recibes las amenazas?”.
Sebastián bufo. “Si, pero no me importa, buscaré más seguridad para mí y Eva”. Sebastián observó como su amigo estaba tenso. “No te preocupes todo saldrá bien”.
Mario suspiró. “¿No le dirás a Eva sobre las amenazas?”.
Sebastián negó. “No quiero que se preocupe, estamos a solo dos semanas de casarnos”.
Después de conocer la casa los tres salieron despidiéndose.
Eva y Sebastián regresaron a su departamento, Mario se fue a la oficina a seguir con su trabajo.
Sebastián era dueño de una constructora muy importante del país, su abuelo lo dejó como único heredero antes de morir, tenía problemas con algunos primos, porque no estaban de acuerdo en que solo Sebastián heredará en especial Gregorio Tejada primo mayor de Sebastián, creía que por ser el mayor tenía el derecho a quedarse con la constructora pero sus planes se vinieron a abajo cuando el abuelo Tejada nombró a Sebastián presidente y después el heredero principal de todo dejando solo algunas propiedades a la familia.
El abuelo Tejada conocía bien a Gregorio, era un hombre déspota y autoritario, mujeriego y le gustaba gastar dinero de la familia en fiestas y viajes, nunca fue un buen prospecto para quedarse frente al negocio familiar.
Dos semanas después…
El día había llegado, Sebastián se alistaba frente al espejo, su amigo llegaría en unos minutos por él. Terminaba de abrocharse los puños de su camiseta y acomodar el cuello para colocarse la corbata cuando su teléfono sonó observó la pantalla y lo contestó. “Hola”.
Mario desde el otro lado de la línea le explicó. “Sebastián mi auto se descompuso, no creo llegar por ti”.Sebastián observó la hora en su reloj de mano. “Está bien, me iré en mi coche, te veo allá”.Colgó y terminó de arreglarse. Subió a su auto y salió de la gran mansión a las afueras de la ciudad, ya era un poco tarde y conducía rápidamente por la única carretera que llevaba a la ciudad, alrededor solo había arboledas y matorrales , todo esa área era parte de la familia. Les gustaba vivir tranquilos y sin tanto ruido.………………………….En casa de Eva…“Te ves hermosa hija”. Su padre se acercó mirándola por el reflejo del espejo.“Gracias papá”. La cara de Eva estaba iluminada y hermosa.“Luce radiante ¿Verdad señor Cortés?”. Julia sonreía mirando a su amiga.El padre de Eva asintió. Se quedó un momento en silencio y después preguntó. “¿Invitaste a tu madre?”.Eva observó a su padre desde el espejo y su semblante cambió un poco cuando su padre hizo la pregunta. “Le envié la invitación, no
“¡Detente!”. Le gritó a Mario quien conducía.Mario la miró e hizo una mueca. “Debemos llevarte a descansar”.“¡No escuchaste! ¡Detente!”. Ella volvió a gritar.Él se orilló y apagó el auto, Julia acarició su brazo. Eva la miró. “Necesito verlo por mí misma”.Julia negó persuadiendo a su amiga. “Vamos a casa Eva, necesitas cambiarte y descansar un poco, Mario se encargará de averiguar qué pasa”.Eva negó y se soltó de Julia quien trataba de calmarla en el auto, Eva se safo y salió del coche, Mario salió detrás de ella, Eva corrió por la calle con su largo vestido la gente la observaba asombrada, mientras el hombre de traje negro iba detrás de ella gritándole. “¡Eva espera!”.Chocaban con la gente alrededor pero no impido que Eva siguiera. Los transeúntes pensaban que era una novia fugitiva y que el hombre era el novio que quería detenerla.Ella cruzó sin fijarse y un auto frenó antes de golpearla, el hombre sacó la cabeza por la ventana enojado. “No ves que está en verde! ¡Vieja loca
“Hay Fabian nos diste un gran susto”. La mujer mayor sonrió aliviada y llorando al ver que su nieto despertaba.La chica molesta lo regaño mirando al chico le dijo. “Te he dicho que esa moto es muy peligrosa, casi mueres”.El chico frunció el ceño, no conocía a estas mujeres, trató de levantarse, pero todo le dolía. Suspiró para aguantar el dolor y levantarse, ambas mujeres trataron de detenerlo, pero él se negó, la mujer mayor le gritaba “¡Fabian!”.El hizo caso omiso a la mujer y camino hacia la puerta de la habitación con poca fuerza, al salir miro alrededor una de las enfermeras lo observo y caminó hacia él,Al ver esto, el chico camino apurado al contrario de la enfermera, tenía que salir de ahí, todavía estaba algo confundido, camino hacia el elevador, y observó una vieja televisión que estaba en el pasillo, hablaban sobre el accidente de Sebastián Tejada Uribe, se quedó de pie mirando la noticia.-El Empresario Sebastián Tejada, sufrió un accidente automovilístico hace algunas
Al terminar se puso la ropa, observo su rostro en el espejo todavía no podía creer que estaban el cuerpo de un chico, tenía varios orificios en las orejas, los labios y la cejas, su cabello estaba algo largo y desaliñado, suspiró tratando de comprender qué es lo que hacía este chico con su vida y necesitaba salir e investigar que paso.Pasaron algunas horas, Sebastián estaba cansado de esperar en la habitación a su abuela, ya tenía los papeles del alta y necesitaba desesperadamente salir del lugar, se levantó tomo todas sus cosas y salió de la habitación, llegó cerca del elevador observando para todos lados, las enfermeras estaban ocupadas con pacientes y no se percataron de él.Presionó el botón y el elevador se abrió, él entró y bajó al primer piso, había mucha gente a los alrededores, camino por el pasillo buscando la salida del lugar, a lo lejos observó a un hombre conocido, era su amigo Mario.Era una suerte encontrarlo ahí, estaba apunto de caminar hacia el pero se detuvo, frunc
La mujer mayor lo observó extrañada. “¿Alérgico?”. Sebastián la observó por unos momentos, tomó el tenedor para probar la cena, jugó con el tocino por unos segundos y al final lo mordió con algo de miedo masticó el tocino, cualquier comida hecha de carne de cerdo dañaba su cuerpo con una fuerte alergia en la piel. El tocino era exquisito, todo estaba delicioso era comida casera, sonrió al probarlo y disfrutó del sencillo plato. Comió la mitad del plato y se observó por un momento sus brazos, después de casi un minuto sonrió feliz, no había ningún tipo de salpullido, ni inflamación, este cuerpo soportaba la carne de cerdo, siguió comiendo feliz la comida, la mujer lo miraba extrañada después de unos segundos empezó a comer. Ella preguntó. “¿Por qué crees que tus ojos cambiaron? Antes eran cafés claros”. Él miró a la mujer y levantó sus hombros en señal de ignorancia. “Puede ser algún efecto de las drogas…” Después de decir aquello en voz alta, él se quedó en silencio mirándola. La
Charlie buscó un banco y lo colocó enfrente al sillón, Sebastián limpio el viejo sillón y se sentó frente a su amigo suspirando cansado. Le contó todo, desde que Mario no lo recogió para llevarlo a la iglesia, sobre Eva embarazada, cómo despertó en otro cuerpo y como Mario tuvo que ver con el accidente. Charlie lo escuchaba en silencio atento a lo que decía, pensaba que la forma de hablar del chico era idéntica a su amigo, pero todavía estaba algo incrédulo. Sebastián le dijo al terminar. “Y bien ¿Me crees?”. Charlie asintió. “Estoy algo desconcertado por lo que me dices de Mario, si me di cuenta de que le gustaba Eva, era muy notorio, pero nunca imaginé que fuera hasta los extremos”. Sebastián miró a Charlie. “¿Se notaba? ¿Por qué yo nunca lo note? Pensé que se había olvidado de ella hace años”. Charlie levantó los hombros con indiferencia. “A veces se comportaba diferente cuando tú estabas y con otras personas era frío y calculador”. Sebastián preguntó. “Por eso te alejaste?
Ella también observó a Sebastián era guapo y alto, sus ojos azules eran muy impresionantes. “Hola, soy Eva un gusto”. También saludo a Charlie. Mario observó a ambos, hizo una mueca al ver su interacción. No le gustaba la forma en que Sebastián miraba a Eva, era como si fuera su próxima presa, sabía que Sebastián no era serio en sus relaciones nunca tenía una pareja estable y le gustaba salir con muchas. Mario le explicó a Sebastián. “Eva y yo nos conocimos en un curso de mercadotecnia en USA”. Sebastián asintió, todos se presentaron y alistaron para poder subir la montaña, Eva conversaba con sus amigas y en ocasiones miraba a Sebastián que no apartaba la mirada de ella, sus amigas se burlaban, ella negaba y les pedía que guardaran silencio. Ya en el camino, en algunas ocasiones paraban para dejar descansar a las chicas, Mario no perdía la oportunidad de acercarse a Eva y conversar. Sebastián por su parte ayudaba a los chicos con algunas necesidades del grupo, pero le gustaba
Sebastián hizo una mueca al saber el dato, pidió investigar al chico y estaba limpio, era un buen chico. Mario entró a la oficina. “¿Trabajando?”. Sebastián le entregó la información y Mario empezó a leer, al terminar levantó una ceja mirando a su amigo. “¿La investigaste?”. Sebastián se sirvió un trago. “Claro, me interesa te lo dije, necesito saber todo de ella”. Mario asintió. “Entonces… tiene novio”. Sebastián sonrió. “No por mucho tiempo”. Mario frunció el ceño. “Sebastián esto podría ser solo un reto para ti y no amor, deberías dejarla en paz”. Sebastián negó. “Tu ya te diste por vencido, yo no lo haré”. “No es que me haya dado por vencido, simplemente ella es feliz con el chico por que meterte en una relación”. Sebastián le advirtió. “Ellos no están casados, yo puedo hacer mi lucha”. Mario negó saliendo de la oficina, cuando a su amigo se le metía algo en la cabeza era muy difícil hacerlo cambiar de opinión. Los días siguientes, Sebastián casualmente se en