Ciudad de Monterrey al norte de México…
En un restaurante cerca de una de las plazas más conocidas de la ciudad, Eva una mujer de 28 años, tez clara y ojos cafés, su cabello era largo y castaño, disfrutaba de su comida junto a su mejor amiga Julia una chica de su misma edad, aperlada de cabello negro y ojos cafés.
“Deberíamos ir a París por unos días, estoy tan cansada del trabajo”. Julia refunfuñaba en su asiento.
Eva sonrió. “Hace solo tres meses fuiste a España”.
Julia indignada y poniendo su mano en el pecho le dijo con tono de sufrimiento. “Eso fue por trabajo, el tirano de Mario solo me dejo descansar un día”.
Eva reía. “¿Tirano?”.
Julia asintió. “A ti te trata como princesa porque eres novia de su mejor amigo, pero a nosotras simples trabajadoras es un opresor de jóvenes bellas y educadas”.
Sonó el teléfono de Julia. “Sí claro, estaré ahí”.
Colgó. “Eva tengo que irme, papá quiere hablar un asunto conmigo”.
Eva quiso irse con ella, pero Julia negó. “Quédate y termina tu comida, te llamaré luego”.
Salió del restaurante, Eva la miraba alejarse. Ahora su teléfono sonó. “Hola”.
“Eva”. Ella sonrió al escuchar la voz del hombre que tanto amaba. “Hola Sebastián ¿Terminaste tu trabajo?”.
El hombre sonreía mirándola por la ventana del restaurante. “No, todavía tengo algo muy importante que hacer”.
Eva observó su reloj y recogió sus cosas para salir del restaurante mientras charlaba con su novio por teléfono.
Al salir del restaurante noto que en el parque de enfrente había un festejo, los árboles de la plaza tenía listones blancos, rojos y rosas, había globos en los mismos colores y listones que formaban un camino.
Sebastián sonrió caminando hacia ella. “Hola Eva”.
Ella al mirarlo le sonrió feliz acercándose, le encantaba observar sus ojos tan expresivos. Sebastián era un hombre alto, guapo y muy simpático, su tez clara y cabello negro eran resaltados por sus hermosos ojos azules claros, tenían unas tonalidades grises extrañas, que hacían que su mirada fuera limpia y seductora. “¿Por qué estás aquí?”.
Él tomó su mano. “Vamos, caminemos por la plaza, al parecer habrá algo especial hoy”.
Ellos caminaron por el sendero que dejaba los listones, la gente estaba fascinada con la gran decoración, se tomaban fotografías, Eva observaba a la gente. “¿Qué crees que pase?”.
Sebastián negó levantando sus hombros. “Algún evento importante”.
Llegaron a una gran fuente en el centro de la plaza, también tenía algunas decoraciones con globos, Eva miraba alrededor.
Llegaron cerca de la fuente y Sebastián se quedó frente a ella. “Eva…”
Ella lo miró extrañada.
“Hoy es un día especial para nosotros…”
Ella sonrió recordando la fecha, era cuando ellos se conocieron en un viaje con amigos. “Si lo recuerdo, fueron días increíbles”.
Sebastián sonrió. “Hemos pasado por tanto juntos…” Tomó su barbilla acariciando su mentón. “Hoy quiero pedirte algo…”
Ella lo observó detenidamente a los ojos.
Se escuchó el sonido de un mariachi que caminaba hasta ellos desde lejos, algunos bailarines en pareja con trajes típicos daban sus mejores pasos al ritmo de la música, la gente empezaba a juntarse a su alrededor observando el evento.
Eva expectante preguntó. “¿Qué pasa Sebastián?”.
Él sonrió y se acercó a ella quedando a unos centímetros de su rostro. Esperó a que la música regional terminara y fue cuando empezó a escucharse la canción. -Mi mayor anhelo- cantada por el mariachi.
Sebastián empezó a cantar junto con el mariachi, Eva sonreía escuchándolo.
Mira, como este loco
Por ti se está muriendo
Mi corazón ya no aguanta más
Y hoy quiere decírtelo…
Cómo es que te quiere
Es tan grande el amor que te tiene
Se quiere entregar en cuerpo, amor y alma
Para conocer a quien tanto te ama…
Quiero ser el amor
De tu alma, el calor
De tu cama y sentir
Tus caricias…
Ellos bailaban lento al ritmo de la música mientras Sebastián le cantaba a Eva, ella abrazada a su cuello mirándolo lo escuchaba feliz…
Ser de ti para amarte
Hasta la eternidad quererte
Y hacerte mucho muy feliz, es mi mayor anhelo
Por siempre…
Quiero ser el amor…
Al terminar la canción la observó sonriendo. “¿Quiero hacerte una pregunta?”.
Ella se mordió el labio.
Sebastián frunció el ceño. “Te he dicho que no hagas eso… te lastimaras”. El rozó sus labios con su dedo pulgar, siempre que ella se mordía el labio Sebastián la reprendía.
Ella asintió y cuestionó coqueta. “¿Qué quiere preguntarme señor Tejada?”.
Sebastián se incoó frente a ella y sacó una pequeña caja azul, al abrirla encontró un hermoso anillo de compromiso con un gran zafiro.
Ella se cubrió la boca asombrada. “¡Sebastián es hermoso!”.
Él tomó su mano colocando el anillo. “No más hermoso que tú”.
El se aclaro la garganta. "Eva... Te aviso que nos casaremos en dos meses".
Ella sonrió y quitó su mano juguetonamente. “Aún no he dicho que si…”
Sebastián la miró en silencio y después le dijo. “No te daré oportunidad de negarte”. Se acercó y la besó, la gente alrededor aplaudió y los globos que estaban a los alrededores fueron desatados, dándoselos a la gente alrededor.
Algunos fueron lanzados al aire, todo era algarabía en el parque, le aplaudían a la pareja y les deseaban lo mejor.
Ella sonrió amablemente, agradecieron al mariachi y se despidieron de la gente, juntos fueron a comer, después se fueron al departamento de Sebastián.
Al entrar Sebastián la beso apasionadamente, mientras la desnudaba, Eva disfrutaba de sus caricias y ayudaba a quitarse la camisa.
Llegaron a la habitación, Eva se recostó y Sebastián subió encima de ella, recorriendo con besos su piel desnuda. Llegó a sus labios y antes de besarla susurro. “Te amo Eva… siempre”.
Ella sonrió tocando sus cejas pobladas. “Y yo te amo a ti Sebastián siempre”.
Sebastián la beso en el lóbulo de su oreja, a ella le encantaba, bajo poco a poco por su cuello, ella estaba lista para él, la allanó despacio y al poco tiempo fue más rápido sin dejar de besar su cuerpo, los sonidos en la habitación se hacían más fuertes y juntos llegaron al cielo…
Después de un rato recostados en la cama, Eva se levantó, Sebastián la observaba vestirse, se sentía realmente afortunado de tenerla a su lado, era la mujer más increíble que había conocido, desde el primer momento supo que ella era la indicada, a pesar de que ella tenía novio, él ni se inmutó y empezó conquistarla, hasta que con el tiempo ella cayó, no permitiría que nadie le hiciera daño alguno, era solo suya y quería verla siempre feliz.“¿Te vas tan pronto?”. Él se levantó abrazándola por detrás quitándole la ropa de nuevo besando su espalda.Ella se giró. “Es tarde, mi papá me espera”.Sebastián hizo una mueca. “¿Por qué nunca te quedas? solo por hoy, mañana hablaré con el y le diré que nos casaremos”.Ella negó. “Sabes que no puedo, mi papá es muy tradicional, no quiero un gran sermón”.El entendió abrazándola más fuerte. “Está bien, solo serán dos meses más y nos casaremos, te tendré para mí siempre”.Ella sonrió preguntando. “¿Siempre?”.Sebastián dijo. “Siempre”. Beso sus lab
Mario desde el otro lado de la línea le explicó. “Sebastián mi auto se descompuso, no creo llegar por ti”.Sebastián observó la hora en su reloj de mano. “Está bien, me iré en mi coche, te veo allá”.Colgó y terminó de arreglarse. Subió a su auto y salió de la gran mansión a las afueras de la ciudad, ya era un poco tarde y conducía rápidamente por la única carretera que llevaba a la ciudad, alrededor solo había arboledas y matorrales , todo esa área era parte de la familia. Les gustaba vivir tranquilos y sin tanto ruido.………………………….En casa de Eva…“Te ves hermosa hija”. Su padre se acercó mirándola por el reflejo del espejo.“Gracias papá”. La cara de Eva estaba iluminada y hermosa.“Luce radiante ¿Verdad señor Cortés?”. Julia sonreía mirando a su amiga.El padre de Eva asintió. Se quedó un momento en silencio y después preguntó. “¿Invitaste a tu madre?”.Eva observó a su padre desde el espejo y su semblante cambió un poco cuando su padre hizo la pregunta. “Le envié la invitación, no
“¡Detente!”. Le gritó a Mario quien conducía.Mario la miró e hizo una mueca. “Debemos llevarte a descansar”.“¡No escuchaste! ¡Detente!”. Ella volvió a gritar.Él se orilló y apagó el auto, Julia acarició su brazo. Eva la miró. “Necesito verlo por mí misma”.Julia negó persuadiendo a su amiga. “Vamos a casa Eva, necesitas cambiarte y descansar un poco, Mario se encargará de averiguar qué pasa”.Eva negó y se soltó de Julia quien trataba de calmarla en el auto, Eva se safo y salió del coche, Mario salió detrás de ella, Eva corrió por la calle con su largo vestido la gente la observaba asombrada, mientras el hombre de traje negro iba detrás de ella gritándole. “¡Eva espera!”.Chocaban con la gente alrededor pero no impido que Eva siguiera. Los transeúntes pensaban que era una novia fugitiva y que el hombre era el novio que quería detenerla.Ella cruzó sin fijarse y un auto frenó antes de golpearla, el hombre sacó la cabeza por la ventana enojado. “No ves que está en verde! ¡Vieja loca
“Hay Fabian nos diste un gran susto”. La mujer mayor sonrió aliviada y llorando al ver que su nieto despertaba.La chica molesta lo regaño mirando al chico le dijo. “Te he dicho que esa moto es muy peligrosa, casi mueres”.El chico frunció el ceño, no conocía a estas mujeres, trató de levantarse, pero todo le dolía. Suspiró para aguantar el dolor y levantarse, ambas mujeres trataron de detenerlo, pero él se negó, la mujer mayor le gritaba “¡Fabian!”.El hizo caso omiso a la mujer y camino hacia la puerta de la habitación con poca fuerza, al salir miro alrededor una de las enfermeras lo observo y caminó hacia él,Al ver esto, el chico camino apurado al contrario de la enfermera, tenía que salir de ahí, todavía estaba algo confundido, camino hacia el elevador, y observó una vieja televisión que estaba en el pasillo, hablaban sobre el accidente de Sebastián Tejada Uribe, se quedó de pie mirando la noticia.-El Empresario Sebastián Tejada, sufrió un accidente automovilístico hace algunas
Al terminar se puso la ropa, observo su rostro en el espejo todavía no podía creer que estaban el cuerpo de un chico, tenía varios orificios en las orejas, los labios y la cejas, su cabello estaba algo largo y desaliñado, suspiró tratando de comprender qué es lo que hacía este chico con su vida y necesitaba salir e investigar que paso.Pasaron algunas horas, Sebastián estaba cansado de esperar en la habitación a su abuela, ya tenía los papeles del alta y necesitaba desesperadamente salir del lugar, se levantó tomo todas sus cosas y salió de la habitación, llegó cerca del elevador observando para todos lados, las enfermeras estaban ocupadas con pacientes y no se percataron de él.Presionó el botón y el elevador se abrió, él entró y bajó al primer piso, había mucha gente a los alrededores, camino por el pasillo buscando la salida del lugar, a lo lejos observó a un hombre conocido, era su amigo Mario.Era una suerte encontrarlo ahí, estaba apunto de caminar hacia el pero se detuvo, frunc
La mujer mayor lo observó extrañada. “¿Alérgico?”. Sebastián la observó por unos momentos, tomó el tenedor para probar la cena, jugó con el tocino por unos segundos y al final lo mordió con algo de miedo masticó el tocino, cualquier comida hecha de carne de cerdo dañaba su cuerpo con una fuerte alergia en la piel. El tocino era exquisito, todo estaba delicioso era comida casera, sonrió al probarlo y disfrutó del sencillo plato. Comió la mitad del plato y se observó por un momento sus brazos, después de casi un minuto sonrió feliz, no había ningún tipo de salpullido, ni inflamación, este cuerpo soportaba la carne de cerdo, siguió comiendo feliz la comida, la mujer lo miraba extrañada después de unos segundos empezó a comer. Ella preguntó. “¿Por qué crees que tus ojos cambiaron? Antes eran cafés claros”. Él miró a la mujer y levantó sus hombros en señal de ignorancia. “Puede ser algún efecto de las drogas…” Después de decir aquello en voz alta, él se quedó en silencio mirándola. La
Charlie buscó un banco y lo colocó enfrente al sillón, Sebastián limpio el viejo sillón y se sentó frente a su amigo suspirando cansado. Le contó todo, desde que Mario no lo recogió para llevarlo a la iglesia, sobre Eva embarazada, cómo despertó en otro cuerpo y como Mario tuvo que ver con el accidente. Charlie lo escuchaba en silencio atento a lo que decía, pensaba que la forma de hablar del chico era idéntica a su amigo, pero todavía estaba algo incrédulo. Sebastián le dijo al terminar. “Y bien ¿Me crees?”. Charlie asintió. “Estoy algo desconcertado por lo que me dices de Mario, si me di cuenta de que le gustaba Eva, era muy notorio, pero nunca imaginé que fuera hasta los extremos”. Sebastián miró a Charlie. “¿Se notaba? ¿Por qué yo nunca lo note? Pensé que se había olvidado de ella hace años”. Charlie levantó los hombros con indiferencia. “A veces se comportaba diferente cuando tú estabas y con otras personas era frío y calculador”. Sebastián preguntó. “Por eso te alejaste?
Ella también observó a Sebastián era guapo y alto, sus ojos azules eran muy impresionantes. “Hola, soy Eva un gusto”. También saludo a Charlie. Mario observó a ambos, hizo una mueca al ver su interacción. No le gustaba la forma en que Sebastián miraba a Eva, era como si fuera su próxima presa, sabía que Sebastián no era serio en sus relaciones nunca tenía una pareja estable y le gustaba salir con muchas. Mario le explicó a Sebastián. “Eva y yo nos conocimos en un curso de mercadotecnia en USA”. Sebastián asintió, todos se presentaron y alistaron para poder subir la montaña, Eva conversaba con sus amigas y en ocasiones miraba a Sebastián que no apartaba la mirada de ella, sus amigas se burlaban, ella negaba y les pedía que guardaran silencio. Ya en el camino, en algunas ocasiones paraban para dejar descansar a las chicas, Mario no perdía la oportunidad de acercarse a Eva y conversar. Sebastián por su parte ayudaba a los chicos con algunas necesidades del grupo, pero le gustaba