C2- PIENSA EN MI.
—Luna... —Mark dio un paso hacia Luna, pero ella retrocedió mientras intentaba contener el llanto. —¡¿Para esto me trajiste aquí?! —gritó, su voz quebrándose en cada palabra—. ¿Para esto me pediste que me vistiera así? ¡¿Todo era una mentira, Mark?! ¡¿Todo?! Mark levantó las manos, como si intentara calmarla, pero su expresión era la de un hombre frustrado, atrapado en su propia impotencia. Miró al hombre que estaba recostado en el escritorio. —¿Podemos... podemos hablar a solas un momento? —pidió, casi suplicando. El soltó una carcajada baja y luego inclinó la cabeza como si estuviera considerando la petición. —Claro. Hablen todo lo que quieran. Pero recuerda algo... —su voz se volvió más fría, más cortante—. No importa cuánto hablen, esta noche tendré mi dinero... —Su mirada se posó en Luna, y ella sintió un escalofrío recorrerle la espalda, como si su piel hubiera sido tocada por hielo ―…o a la chica. Cuando la puerta se cerró el silencio fue ensordecedor. Luna no pudo contenerse más sus piernas temblaban, obligándola a apoyarse contra la pared. Todo su cuerpo parecía quebrarse bajo el peso de lo que acababa de descubrir. —No puedo creerlo... —susurró —. ¿Cómo pudiste hacerme esto? ¡Pensé que me amabas! Mark apretó los dientes, mientras trataba de mantener su fachada. Su frustración era evidente, y cuando finalmente habló, lo hizo con una mezcla de desesperación y enojo. —¡Luna, claro que te amo! Pero... ¡no entiendes! Es la única salida, ¿entiendes? —se llevó las manos a la cabeza, tirando de su cabello —. Si no pago ese dinero hoy... esos hombres, los que viste allí... ¡me matarán, Luna! ¿Sabes quién es ese hombre? —Mark señaló hacia la puerta, su voz subiendo de tono—. ¡Es Cassio King! ¡El jefe de la mafia en toda la costa este! ¡Ese hombre no amenaza, cumple! Y si no pago hoy me hará desaparecer. ¡Me matará! Ella abrió los ojos atónita. —¿Cassio King..? —susurró, su voz temblorosa. Y al instante mente se llenó de imágenes aterradoras, historias que había escuchado sobre ese nombre. Lentamente, llevó la mirada hacia él y tragó mientras le preguntaba —. Mark... ¿en qué te metiste? ¿Qué le debes? El tragó saliva, desviando la mirada. —Jugué un poco en su club, eso es todo... —murmuró, aunque su tono de voz dejó claro que no era "solo eso"—. Pensé que podría pagar, pero... pero me equivoqué. Y ahora no importa cómo llegué aquí, Luna. Lo que importa es que me salves. Ella parpadeó incrédula. —¿Salvarte? —su voz era un susurro, cargado de dolor ―¿Yo tengo que salvarte? ¡No fui yo quien jugó! ¡No fui yo quien hizo tratos con ese hombre! ¡¿Por qué tengo la obligación de salvarte?! Ella comenzó a golpearle el pecho y Mark avanzó hacia ella y la sujetó por los hombros. —Luna, escucha... ¿De dónde vamos a sacar ese dinero? —dijo como si intentara razonar con ella—. Nena, esto no cambiará nada entre nosotros, ¿ok? Yo te seguiré amando, y... también me duele no ser yo quien tome tu virginidad, pero... eso no es importante en una relación. Es solo una vez. Solo una vez, Luna. Las palabras de Mark fueron como un golpe directo al pecho. Ella se quedó paralizada, incapaz de hablar, mientras las emociones la inundaban: traición, dolor, indignación. Jamás, ni en sus peores pesadillas, había imaginado que el hombre al que amaba sería capaz de decir algo así. ―Eres un maldito… ―susurró. Mark apretó los labios en un intento de calmar la frustración que hervía en su interior. Respiró profundo antes de hablar nuevamente, con un tono más desesperado. —¡Luna, entiendes que me van a matar! ¡Ellos meterán una bala en mi cabeza! —su voz se alzó y luego bajo fingiendo suplica—. Nena, tú eres mi única salvación. ―¡Pues que te maten! ―exclamó ella soltándose ―No soy una samaritana, Mark. Y no voy a acostarme con nadie, paga tu deuda y… ―Buscaran a tu padre ―dijo el, esta vez serio ―¿Crees que solo me matará a mi? No Luna. ―Mark dio un paso hacia ella —Tu padre... él... él firmó como mi fiador. No sabía cómo conseguir el dinero para entrar al club, y... y él confió en mí. Pensó que era para un negocio, no para... esto. —. ¡¿Qué demonios estás diciendo, Mark?! ―Así que si muero… el tendrá que asumir la deuda. Luna parpadeó, incrédula, mientras procesaba lo que acababa de escuchar. De repente, sin pensarlo, levantó la mano y lo abofeteó. —. ¡¿Cómo te atreviste a involucrar a mi padre en esto?! ¡¿Cómo te atreviste?! El no se inmutó por el golpe en cambio dio un paso hacia ella. ―Ahora sabes que mas de una vida esta en juego, Luna. Asi que tienes que hacerlo. ―Mark acunó su rostro entre sus manos, obligándola a mirarlo a los ojos.—Piensa en mí, ¿de acuerdo? Cuando estés con él, imagina que soy yo. Imagina que es a mí a quien le entregas tu primera vez. Esas palabras fueron el golpe final. Luna sintió que su corazón se rompía en mil pedazos. Todo su mundo, todo lo que creía sobre el amor, se había desmoronado frente a ella. En ese momento, la puerta se abrió de golpe, y Cassio entró seguido de sus hombres. Camino hasta ellos con calma, pero su mirada fija en Luna. —¿Ya arreglaron sus asuntos? Mark asintió rápidamente, tratando de ocultar su nerviosismo. —Sí... Luna lo hará. Cassio desvió la mirada hacia ella, observándola detenidamente. Su expresión era indescifrable, pero sus ojos brillaban con un interés notable. —¿Está de acuerdo? —preguntó —. No acostumbro a forzar mujeres en mi cama. Luna tragó saliva, sintiendo que el peso del mundo caía sobre sus hombros. Cerró los ojos por un momento, tratando de reunir el poco valor que le quedaba, y finalmente habló. —Si. Estoy de acuerdo... —murmuró —. Lo haré... me acostaré contigo a cambio de que perdones la deuda.C3- HACERTE MÍA POR COMPLETO.El sonido de los tacones de Luna resonaba en el largo pasillo, sus manos temblaban, aferradas al borde de su vestido.El guardaespaldas que caminaba frente a ella se detuvo y abrió una puerta doble de madera oscura. Luna tragó saliva y dio un paso al frente, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza en sus oídos. Al entrar, la habitación la envolvió con su elegancia opulenta: cortinas de terciopelo, muebles de cuero.Pero lo que realmente dominaba la escena era él.Cassio estaba sentado en un sillón frente a un ventanal que ofrecía una vista panorámica de la ciudad iluminada. Sostenía una copa en la mano, y sus ojos se clavaron en ella con una intensidad que le robó el aliento.No era el hombre brutal y grotesco que habría imaginado. Era atractivo, peligroso, y su mera presencia parecía llenar la habitación.—Luna —dijo con una voz grave y serena, rompiendo el silencio ―Entra.Ella asintió, incapaz de hablar.Cassio dejó la copa sobre una mesa cercana y
C4- TU NOVIO TE ENGAÑA.Luna despertó al día siguiente con la luz del sol acariciando su rostro. Tardó unos segundos en recordar dónde estaba, y cuando lo hizo, el rubor subió rápidamente a sus mejillas. Se cubrió con las sábanas, sintiéndose vulnerable.Cassio estaba sentado en una silla frente a la cama, observándola. Su expresión era tranquila, pero había algo en sus ojos que la hacía sentir desnuda, incluso más de lo que ya estaba.—Buenos días —dijo él, su voz tan calmada como la noche anterior.—Buenos días —murmuró ella, evitando su mirada.Cassio se levantó y caminó hacia la ventana, dándole la espalda.—Puedes irte cuando quieras —dijo, como si lo que había pasado entre ellos no significara nada.Luna sintió un nudo en el pecho ante su frialdad, pero no dijo nada. Se levantó lentamente, buscando su ropa. Antes de que pudiera salir, él habló de nuevo.—Tu novio te engaña.Ella se detuvo en seco, girándose para mirarlo.—¿Qué?Cassio se acercó y le entregó dos tarjetas: una con
C5- ESPERO QUE ELLA TAMBIÉN TE ABANDONE.Luna se acercó lentamente y, de pronto, escuchó risas y voces animadas. Se asomó por una ventana entreabierta y lo vio: Mark estaba allí, sonriendo como nunca lo había visto sonreír con ella.Pero no estaba solo.Una mujer se acercó a él.—Sabía que vendrías, aunque fuera tarde —dijo la mujer—. Cada vez que terminas tu turno en el bar y regresas con nosotros, siento que todo vale la pena. Gracias por no fallarnos nunca.Mark sonrió, se inclinó hacia la mujer y la besó.—Siempre voy a volver con ustedes, ¿cómo no lo haría? Son mi vida. No hay nada más importante para mí.De repente, un niño llegó corriendo con los brazos abiertos.—¡Papá! —gritó el pequeño, abrazándolo con fuerza.Mark lo cargó con facilidad, alzándolo en el aire mientras el niño reía a carcajadas.Y, de pronto, todo cobró sentido.Las veces que él le había dicho que tenía "asuntos importantes", las excusas de último minuto, las largas ausencias que ella había aceptado sin cuest
C6- SÉ MI AMANTE.Había pasado una semana desde que Luna llegó a casa y encontró a la policía. Su padre seguía desaparecido, y la incertidumbre la estaba destrozando. Apenas comía, dormía mal, y cada vez que miraba el teléfono, sentía un vacío más grande en el pecho. Esa mañana, incapaz de soportarlo más, tomó el teléfono y llamó al detective.—Buenos días, habla Luna Monroe, mi padre…—Señorita, ya sabemos quién es —la interrumpió el detective con tono brusco—. No tenemos noticias de su padre.Luna apretó los labios, intentando controlar el temblor en su voz.—Ya ha pasado una semana y…—Estas cosas toman tiempo. No es el único caso. La llamaremos si sabemos algo.Y colgó. Así, sin más. Luna se quedó mirando el teléfono, paralizada, con las manos temblando y el corazón hecho pedazos. Las lágrimas empezaron a correr antes de que pudiera detenerlas. Nada tenía sentido. Nadie parecía importarle. Su padre era lo único que tenía, y ahora estaba sola.Y así los días pasaron lentos y cruele
C7- NO VOY A DEVORARTE.Luna no pudo evitar sentirse diminuta mientras se adentraba en la majestuosa mansión de Cassio. Las puertas se abrieron lentamente, revelando un imponente vestíbulo iluminado por un gigantesco candelabro de cristal que proyectaba destellos dorados sobre las paredes de mármol blanco. Al cruzar las puertas del salón principal, sus ojos se posaron en Cassio, que la esperaba. Estaba sentado en un sillón de cuero oscuro junto a una chimenea cuya llama apenas lograba combatir el ambiente helado. Su postura era perfecta, relajada pero contenida, y su mirada... esa mirada era como una daga, penetrante y llena de una confianza devastadora. Y sobre la mesa, un contrato reposaba como una trampa minuciosamente elaborada.—Siéntate —le ordenó con voz baja..Luna obedeció, aunque sentía que las piernas le temblaban. Se esforzó por mantener una apariencia serena, pero su corazón latía con fuerza descontrolada. Cassio no perdió un segundo y deslizó la carpeta hacia ella.—Un a
C8- PRIMERA NOCHE.Sin dejar de mirarla, Cassio dejó caer la bata al suelo, quedando solo en bóxer. Su cuerpo era una obra de arte, atlético y marcado, con tatuajes que adornaban su pecho y hombros.Luna aspiró aire, sus pulmones de repente demasiado pequeños para lo que necesitaba. Su corazón latía desbocado, y su cuerpo reaccionó de formas que la desconcertaron: un calor subiendo por su pecho y su respiración acelerándose sin que pudiera evitarlo.—No será tan difícil complacerme, eh, dolcezza? —murmuró, sarcástico y arrogante como una caricia que irritaba y atraía al mismo tiempo.Las mejillas de Luna se encendieron, pero no apartó la mirada. Sabía que él estaba jugando con ella y se negaba a dejarle ver como la trastocaba.Cassio avanzó hacia ella con una tranquilidad felina. Y se detuvo, extendió su mano.—De pie —ordenó suavemente.Luna se levantó con torpeza, sus piernas algo temblorosas. Y Cassio cerró su mano en la de ella, mientras la acercaba. Su otra mano, se deslizó hast
C9- UN LUGAR PELIGROSO.Luna llegó al lugar donde Mark la había citado. Era un sitio apartado y el silencio y la soledad del entorno la hicieron dudar por un momento. Miró a su alrededor, sintiendo cómo el viento frío le erizaba la piel. Apretó los puños y respiró hondo. Pensó en su padre. Y que no podía echarse atrás.—¿Mark? —llamó —. ¿Mark?No hubo respuesta. Dio un par de pasos hacia adelante y de pronto, Mark apareció.—Siempre tan preocupada por los demás, ¿verdad, Luna? —susurró Mark, con un tono venenoso—. Qué noble de tu parte venir aquí sola.Ella intentó dar un paso atrás, habia algo extraño en la voz de Mark que no le gustaba.—Dijiste que tenías información sobre mi padre. ¿Dónde está? —preguntó, tratando de mantener la calma.Mark soltó una risa sarcástica y se apartó un poco, dejándola esa falsa sensación de seguridad.—¿Tu padre? Oh, nena... ¿De verdad creíste que me importaría tu querido padre? Qué ingenua eres.Luna lo miró, confundida. Y la confusión pronto se tran
C10- MARIPOSA REBELDE.Luna temblaba, sus muñecas rozaban la cuerda áspera que apretaba sus manos. Su respiración era rápida y descontrolada.—No... no hagas esto, Mark —suplicó temblorosa—. Cassio no te va a dar dinero por mí. A él no le importa.Mark soltó una carcajada seca. Caminó hacia ella y apretó el nudo de la cuerda, haciéndola gemir de dolor.—De verdad eres una estúpida —murmuró, inclinándose hasta quedar a su altura. La miró fijamente, dándole una sonrisa torcida que le heló la sangre—. Si Cassio no estuviera interesado en ti, ¿te crees que perdonaría una deuda tan grande? Hay muchos coños por ahí, Luna. Pero a ti... a ti no te suelta.Le sujetó la mandíbula con brusquedad, haciéndola que lo mirara de frente.—Debes ser importante para él de alguna manera. Por eso me va a dar el dinero. O de lo contrario...Sacó un cuchillo y lo levantó lentamente. Luna sintió que el corazón le retumbaba en los oídos. Sus lágrimas comenzaron a rodar sin que pudiera detenerlas.—Es una pena