Tres

— ¿Pero cómo mamá? No tiene sentido - La rubia se llevó las manos en la cabeza, expresando en voz alta su pensamiento.

— Tampoco entiendo, me preocupa tu hermana, ella es lo único que me preocupa - Dijo Gabriela bastante agitada.

— No te preocupes mamá, no vamos a perder la casa veré que hago, pero tú y Bianca no perderán la casa dime algo ¿Has localizado a Sandra?

— Es imposible localizarla tampoco tengo la menor idea de donde puede estar - Respondió Gabriela frunciendo el ceño llevaba 3 días sin saber nada de su hija mayor.

— No importa mamá, te habló luego—  Susan suspiró con pesar, cuándo se trataba de solucionar una necesidad, su madre siempre era amable con ella.

— ¿Qué pasa? - Andrea se había dado cuenta del cambio de actitud de su acompañante.

— Era mamá diciéndome que la casa estaba embargada - Susan se oía bastante preocupada, pero a la vez confundida.

— Si necesitas ayuda, solamente tienes que decirlo.

— No, estoy segura de que encontraré una salida me puedes acercar al Hotel Sacramento.

— ¿Te hospedas allí? - Andrea hizo un puchero.

— Si me estoy quedando allí, tu hermano me corrió tampoco puedo estar en la casa en donde él está con su amada y mi madre no aceptaría que viva con ella me enviaría con Andrés y haría hasta lo imposible para que yo le supliqué, no obstante ya no hay nada que hacer los papeles del divorcio ya están firmados - Susan estaba luchando para que las lágrimas no caigan más.

— Bien vamos te llevó allí - Unos minutos después habían llegado Andrea se despidió de Susan, lo primero que la mujer hizo fue llamar al banco en donde le explicaron absolutamente todo y dándose cuenta de que la casa estaba embargada, ya que años atrás Emilio Lefebvre había sacado una importante suma de dinero, pero que la cuenta ha dejado de ser pagada hace 3 meses.

La rubia se había sorprendido más su padre había fallecido hace 3 años y ahora resulta que una deuda pone en peligro el único patrimonio que les queda como recuerdo y de lo que pueden sostenerse, recordando que todas las Empresas fueron adquiridas por otra entidad, la muerte de su padre los había dejado desprotegidas a ella, a sus hermanas y a su madre, y teniendo en cuenta que su hermana necesitaba de un tratamiento costoso las acciones de Lefebvre Compañía fueron vendidas, cada una tuvo que ver por sí misma.

Susan no necesitaba nada, de hecho Andrés cubría sus gastos, el de su hermana y el de la casa, por un tiempo ella supuso que era porque los sentimientos del hombre estaban cambiando y que su corazón estaba empezando a aceptarla, pero cuán equivocada estaba, quizás Andrés solamente tenía lástima y por eso las ayudaba, ella tenía sus extras porque era una excelente repostera que se mantenía bajo el anonimato y todos los días realizaba postres por supuesto que a escondidas de Andrés y su madre, además ella había guardado gran parte del dinero de las acciones que eran suyas, a diferencia de su hermana mayor y su madre que las había gastado en un abrir y cerrar de ojos, pero seguía siendo una suma que no alcanza ni un tercio del costo de la casa.

— Señora Park - el corazón de Susan tembló al escuchar cómo la llamó el Gerente del Banco, pero aquello era una realidad que ya no existía, ella ya no era la señora Park - 3 días a partir del día de hoy, de lo contrario la Villa pasa a ser propiedad del Banco.

La llamada había terminado Susan solamente tenía una opción así que marcó el número de Andrés tres tonos después la llamada se conectó.

— Eres tan necesitada nos has visto teniendo sexo, ayer te dejé en claro que no volvieras a molestar a mi hombre y hoy estás llamándolo nuevamente déjanos en paz - La llamada se terminó sin ni siquiera dejar que Susan expresará alguna palabra, pero aquella voz le parecía vagamente familiar, no obstante ahora mismo no tenía cabeza para pensar en algo más.

La mujer sentía que ella no tenía ninguna salida, ser la esposa de Andrés no le daba ninguna ventaja y en tres días no encontraría ninguna salida ella tenía dinero, pero no era suficiente para lo requerido, la Casa Lefebvre valía una fortuna y ella estaba en la miseria.

              

En la puerta de la habitación de Susan

Había llegado una de las Mucamas - Señora Park llegó un sobre para usted - Susan agarró y le dio la propina a la mujer, pero al momento de abrir el sobre había recibido las fotografías de la espalda desnuda de una mujer, mientras la sonrisa del hombre Susan lo conocía perfectamente - Si ya es tuyo ¿Por qué quieres destruirme más? —Se preguntó Susan con una sonrisa triste además de sentir el pinchazo en su corazón, no había manera de que Andrés volviera a su lado, aunque le duele ella debe entender y aquel amor no correspondido aquella ilusión ha llegado a su final y lo que hoy duele sanará mañana.

La mujer decidió ir a su casa, al momento de tocar la puerta su madre la abrió— ¡Mamá! - Exclamó Susan, ella quería sentir el abrazo de su madre, pero lo único que recibió fue una fuerte bofetada que la desestabilizó por completo.

— Eres una estúpida, Susan, me avergüenza ser tu madre - Gabriela empezó a golpear a la mujer, Susan se había dejado golpear, quizás ella si tenga la culpa por no poder lograr que Andrés la ame.

A una distancia prudencial un Rolls-Royce se encontraba estacionado los vidrios polarizados descendieron dejando ver el apuesto y terrorífico rostro de James Campbell con sus ojos oscuros una sonrisa peligrosa se visualizó en su rostro, la puerta de la casa Lefebvre estaba abierta y podría verse lo ocurrido en la puerta.

— Golpear a la mujer de James Campbell tiene un costo alto - Murmuró el hombre, desde donde él se encontraba podría observarse perfectamente lo ocurrido allí - Al Sanatorio - fue la orden dada por el hombre, unos segundos después se alejó.

Mientras que en la Villa los golpes seguían - Basta mamá - la voz baja y cansada de alguien se escuchó era la voz de Bianca Lefebvre, Gabriela se detuvo al ver a su hija, tan pálida como siempre - ¿Por qué le estás pegando? - Preguntó la pequeña Bianca.

— Nena no hables mucho - Susan se acercó a su hermana pasando por alto el dolor de los golpes que le propinó su madre, pero antes de que llegará junto a su hermana, Bianca cayó al suelo, un grito de desesperación de Gabriela se escuchó al observar a su hija descompensada.

— Levántala la llevaremos al hospital de inmediato - Gabriela había ido por las llaves del carro mientras que Susan había usado todas sus fuerzas para cargar a su hermana - Tienes que ser fuerte no me dejes por favor aún te tengo que llevar a conocer el corazón de América del Sur, las Cataratas de Yguazu, las Dunas de San Cosme y Damián, las Ruinas Jesuíticas - mientras habla Las lágrimas de Susan resbalaban mientras pronunciaba aquellas palabras y es que el sueño de su hermana menor era conocer Paraguay un pequeño país que oculta mucho, muy rica en tradiciones y Culturas.

Una hora más tarde estaban en el Sanatorio esperando por un informé positivo, pero quizás sea el Sanatorio que sentenciara el futuro de inocentes, que caen en manos de Habilidosos Gánsteres acostumbrados a obtener lo que quieran aprovechando las debilidades de sus oponentes.

— Familiares de Bianca Lefebvre— expresó una enfermera.

— Yo soy su madre.— Expresó Gabriela muy ansiosa por saber del estado de salud de su hija.

— Acompáñeme Señora, el Doctor quiere hablar con usted - Gabriela acompaño a la enfermera mientras que Susan se había quedado, ya que su teléfono había sonado aunque aquello le parecía bastante raro, una parte de ella pensó que podría ser Andrés, pero al momento de escuchar la voz de la persona del otro lado de la Línea sus esperanzas murieron.

—Tengo una secta de Médicos para tratar enfermedades incurables, tengo la cura de tu hermana en manos, tú sabes cuál es el precio - James Campbell terminó con la llamada, pero los latidos de Susan se aceleraron cuándo se dio la vuelta y se encontró con la mirada intensa de aquellos ojos negros que le pertenecía al mismo diablo, el teléfono aún seguía pegado a su oreja - Cuándo ingreses en el consultorio tu madre estará devastada y en tu conciencia vivirá que tenías en tu poder a alguien que podía ser la salvación de tu hermana menor - James no le había dado tiempo de responder a Susan porque ya se había alejado y la llamada había terminado.

La mujer fue hasta el consultorio, pero antes de que entrará escuchó las palabras del médico - Está en sus últimas instancias el Tratamiento falló - Escuchar aquellas palabras fueron dagas clavándose en el corazón de Susan las lágrimas no pudieron ser contenidas, pero las palabras de James la golpearon así que decidió llamarlo, ella adoraba a su hermana y por ella estaba dispuesta a todo incluso de vender su alma al mismo Diablo, dos, tres tonos después la llamada no obtuvo contestación.

Quizás eras una señal, pero Susan no se rendiría si en sus manos estaba salvar a Bianca, la joven de 18 años que padecía de Leucemia, el Cáncer de las células primitivas de sangre. Susan tenía la opción y si solamente había un camino ella lo recorrería, la mujer volvió a marcar el número telefónico de James, pero este nuevamente la ignoro.

En el estacionamiento la figura del Imponente hombre tallado por los mismos Dioses miraba su teléfono sonar con una expresión de indiferencia - Las cosas no suceden cuando tu quieres, pequeña Hada - Susurró James así que guardó el móvil después de expresar aquellas palabras— Vámonos a la Secta Del Sanatorio Sacramento - El vehículo salió disparado mientras que Susan seguía llamando, pero al no tener contestación se rindió.

— Susan, tu hermana no tiene cura - Ver a su madre derrumbada con el dolor agonizante de pensar en perder a su hija hizo que el corazón de la pequeña mujercita olvidará los golpes que le había dado al llegar en su casa.

— ¿No existe ninguna posibilidad? - Susan se sentía tonta al realizar aquella pregunta, pero necesitaba escucharlo con claridad mientras miraba al médico.

— No la hay, el cáncer ha ganado - y aquellas palabras tan claras era tan dolorosas cómo recordar la muerte de su padre - La mantendremos hospitalizada hasta que ocurra lo inevitable o si quieren darle tranquilidad la trasladaremos en su vivienda para esperar lo inevitable.

— Aquí está bien - Le dijo Susan al médico, posteriormente se dio la vuelta y observó a su Madre - mamá, espérame con Bianca, voy a aclarar algo con el médico— Gabriela salió dirigiéndose hasta la habitación de Bianca mientras Susan iba a realizar una pregunta complicada.

— ¿Qué sucede señora Park? - El médico sentía la tensión de la mujer.

— ¿Existe alguna secta de médicos que tenga el tratamiento? - El rostro del profesional se distorsionó al escuchar la pregunta de Susan.

— Por supuesto que existe, pero nadie puede acercarse a ellos y si alguien corriera con la suerte el precio es como venderle el alma al mismo demonio, El Grupo de Medicina más prestigiosa y misteriosa pertenecen a la Secta de Médicos del Sanatorio Sacramento y es Liderado por el hombre más peligroso de todos James Campbell y todos prefieren rendirse antes que estar cerca de el - El médico fue sincero, Susan agradeció y se retiró.

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