Eran las 4 de la tarde cuando Susan entregó su puesto en el Restaurante - Te felicitó, eres muy capaz - Alexandra le extendió la mano - Bienvenida, nos vemos mañana — Alexandra era muy alegre y rápidamente había logrado que Susan entre en confianza.
— Gracias — la pequeña rubia se había sonrojado, Susan siempre había esperado con ansias el momento en que la elogian como Chef, después de despedirse de la Gerente, Susan salió a buscar un taxi, como no había ninguno cerca había optado por alcanzar la próxima parada la mujer siguió avanzando, pero sin prestar atención al frente de su camino, ella había chocado con alguien— Porque no atiendes por donde caminas - La voz de Sandra Lefevbre su hermana mayor la había sorprendido. — ¿Sandra? - Susan miraba fijamente a su hermana, mientras que Sandra se veía nerviosa, Susan antes de decir algo más levantó algo del suelo al mismo tiempo que alguien llego. — Cariño, lamentó que hayas venido sola - Esa voz, esa voz Susan la conocía muy bien y fue una muerte dolorosa ver que Andrés llegó a abrazar a Sandra, posteriormente la tomó de la nuca y la besó, hasta que después se percató de la presencia de alguien más y era nada más y nada menos que su exesposa. — ¡Susan! - El hombre se había puesto pálido al ver a su exesposa, mientras que Sandra mantenía una sonrisa victoriosa, al fin había llegado el momento que ella había esperado y era que Susan descubra que la mujer de Andrés era ella que por ella la había abandonado. — ¿Es por ella que te has divorciado de mí? — Susan ya estaba por llorar - Contéstame - Volvió a decir alterada. — Cálmate hermana, no sabíamos cómo decírtelo, Andrés y yo nos amamos y estamos esperando un hijo - La manera en la que Sandra lo dijo dejaba en evidencia la burla, mientras que Susan no le había quitado la mirada a Andrés. — Son unos desvergonzados ¿Para qué te casaste conmigo? Para llamar la atención de mi hermana, ¿era por eso? — Basta Susan, él nunca te quiso y si se casó contigo fue nada más por la exigencia de su abuela. — Tú cállate - Rugió Susan mirando a muerte a su hermana. — No le hables así— Andrés había reaccionado propinándole una fuerte bofetada a Susan dejando roja la zona del golpe. — ¿Me has golpeado por ella? - Susan ya no pudo contener las lágrimas - Ojalá que esta traición se les devuelva, por qué esto que me hicieron no se hace ¿Qué te costaba hablarme con la verdad? Nada no te costaba, hubiéramos llegado a un acuerdo hubieras impedido que te amará o por lo menos me hubieras dicho. — La única tonta que se hizo ilusiones fuiste tú - Sandra había reaccionado impidiendo que su hermana terminará de hablar.— Él nunca te dio falsas esperanzas, siempre te dijo que en su vida existía otra mujer, aquí la única ilusa eres tú, Susan. — Me hubiera dicho que con quien se revolcaba era contigo, con mi hermana - Susan no estaba dispuesta a quedarse callada - Me lo hubieran dicho m*****a sea y aunque doliera hubiera preferido mil veces saber la verdad, mil veces - Susurró Susan - Pero bien, sean felices - Susan se alejó, Andrés inconscientemente estuvo tentado a ir tras ella, pero Sandra lo impidió. — Déjala amor - Sandra estiró a Andrés, no obstante el hombre miraba con dolor el sufrimiento de Susan. Susan se alejó lo más rápido que podía, con el dorso de sus manos se secó las lágrimas saladas que resbalan en la zona de la bofetada - ¿Por qué a mí, que he hecho mal? - su rostro se había llenado de lágrimas el corazón quemaba con tan solo pensar en las veces en la que su hermana y Andrés se burlaban en su cara, en las veces que tuvieron intimidad en su cama en las ocasiones que ella no estaba, dolía amarlo de la manera en la que ella lo estaba haciendo, en dónde cada noche se acostaba con la ilusión de que al nuevo día él viera todo su amor, pero mientras ella anhelaba que eso sucediera él se reía con otra. Susan sintió que alguien le agarró la mano - Te he seguido desde el momento en que visualice y sentí tu dolor— Una mujer de avanzada edad la retuvo - Niña no puedo decirte no llores, pero si puedo asegurarte que llorar es para sanar saca todo lo que llevas adentro, pero no lo hagas todos los días él no se merece tus lágrimas ya llegará alguien que te robe la razón, que encienda tu pasión, ya vendrá alguien que mueva el mismo infierno por ti, que va a desnudar tu ternura y allí entenderás que esto que sientes no se compara con el amor verdadero con el amor correspondido, con el amor Infernal que te demostrarán - La misteriosa mujer había desaparecido dejando a Susan con un poco de confusión siguió su camino, hasta que se detuvo en un pequeño bar, aquella era una de las cosas más absurdas que uno hace por amor olvidar mediante unas copas por unas horas, pero al día siguiente el recuerdo más el dolor forman la perfecta combinación del sufrimiento del desamor, y Andrés Park nunca fue suyo ella lo debía de aceptar. Habían pasado dos horas y Susan estaba con varias copas de más aquello fue motivo suficiente para que no se diera cuenta de que varios hombres la tenían en la mira, la mujer se puso de pie, pero antes de que saliera al exterior las manos de uno de los hombres la detuvo. — ¿A dónde vas hermosa? - El cuerpo de Susan tembló ante aquella voz desconocida, un mal presentimiento se apoderó de ella. — Suéltame - Susan intentó escucharse segura de sí misma. — No quiero— Segundos después el hombre la sacó de una manera brusca afuera, Susan hizo el intento de defenderse, pero eran 4 hombres en contra de ella y nadie hizo el intento de ayudarla. — ¿Qué quieren? - la mujer ya estaba al borde del colapso muy temerosa ante esta situación. —Ya lo sabrás - Un golpe certero en la cabeza de Susan logró que la mujer perdiera la conciencia. Unos minutos después volvió a abrir los ojos y se encontraba atada de manos y pies, además de encontrarse en lencería nada más, rápidamente intento zafarse, pero era imposible la cuerda quemaba la piel. — Has despertado princesa - La misma voz del bar se escuchó - Nos divertiremos un rato. Para esas alturas un sinfín de medios de comunicación se agruparon delante de la Mansión Park las fotografías de la Esposa de Andrés Park durmiendo con 4 hombres recorría toda la Ciudad incluso el País. — Señor Park ¿Qué tiene que decir al respecto de lo ocurrido? - Los periodistas estaban abarrotados, Andrés por parte estaba consumido por la ira al imaginarse aquella escena de Susan durmiendo con 4 hombres. — Señorita Lefevbre - Sandra venía por detrás de Andrés. — Mi hermana y Andrés han firmado los papeles del divorcio, por esa razón la vida que lleva mi hermana no es digna para la Familia Park - Sandra había escupido con odio aquellas palabras. Por otro lado, otra fotografía había sido infiltrada aparentemente en el estacionamiento del Restaurante Sacramento, se trataba de Susan y por el parabrisas se observaba que se estaba besando con alguien. Los ojos negros miraban seriamente la pantalla del ordenador, sus puños estaban fuertemente cerrados y las facciones de su rostro totalmente endurecidos. — Señor, la tenemos - Uno de los subordinados informaron, logrando que él le prestará atención a su seguidor.— Llévame de inmediato— James agarró su chaqueta y salió, 15 minutos llevó al vehículo para que se estacionara delante de un lugar de mala muerte, James ni siquiera esperó a que el vehículo se detuviera para salir de ella y adentrarse en aquel edificio deteriorado.En una habitación oscura, la pequeña mujer atada suplicaba mientras una pequeña daga recorría su abdomen los hombres dejaban en claro en sus miradas que iban a disfrutar este momento.— Sé buena y no dolerá— uno de los hombres estaba por proceder a quitarse la ropa, mientras que Susan ya no podía soportar sus lágrimas, las suplicas, los sollozos no tendrían contestación, pero en su último intento un grito que podía condenarla o salvarla resonó en el pasillo, los ojos negros de James y su intuición lo llevaron rápidamente hacía él sitió de donde provenía aquel grito aunque ya estaba un poco afónica él lo conocía. — Cállate - una fuerte bofetada y con una mordaza hicieron que se callara, y un segundo antes de que uno de los
Él cantó de los pájaros ya se escuchaba un nuevo día había llegado, Susan no había visto bien, pero cuando enfocó a la perfección su mirada se encontró con aquella mirada oscura que ella ya conoce - Hola - La voz de la mujer se escuchaba bastante baja, pero a James tal parece no importarle.— Deberías levantarte te llevaré en la Villa - James estaba más distante que de costumbre, Susan lo obedeció, pero antes de abandonar las instalaciones del Sanatorio había pasado en dónde estaba su hermana.Media hora después, James ya la había trasladado hasta la Villa junto al mar - Gracias por suprimir las fotografías — ella sabe que el único que podía lograr aquello era James y lo mínimo que podía hacer era dar las gracias.— No irás al Restaurante por estos días hasta nuevo aviso tampoco saldrás a ningún lado es probable que algunas personas sigan queriendo hacerte daño - Con aquellas palabras James se fue, ella veía cómo el vehículo se alejaba se notaba que el hombre estaba raro, justo en ese
Susan tragó saliva, había salido de la guarida de un lobo para meterse en la de otro lobo aún más peligroso, pero por alguna razón con James la sensación era diferente.El vehículo se había detenido en una pequeña playa en ese momento caían pequeñas gotas de lluvia, Susan se había perdido ante la vista que se observaba a través del cristal hasta que sintió las manos del hombre en su muslo - ¿Qué vas a hacerme? - Preguntó Susan.— Tú sabes perfectamente que hacemos luego de un favor - el hombre había pasado al asiento de atrás obligando a Susan a hacer lo mismo, ella sabía que no importa cuánto supliqué que no lo hiciera, el hombre iba a hacer oídos sordos y le iba a hacer el amor.Las prendas de la mujer iban desapareciendo lentamente ella aún seguía resistiéndose, pero sus pensamientos fueron nublados cuando sintió los fríos labios del hombre que descendía de su cuello hasta llegar hasta la clavícula un pequeño gemido se escapó de la mujer reaccionando ante aquellas caricias, ella se
Los rayos del sol se infiltraba por las Cortinas de la habitación, Susan lentamente abrió los ojos, sintiendo de manera inmediata la ausencia de James a su lado y en la habitación, el hombre se había llevado consigo la calidez del lugar, la mujer no sabía la razón por el cual aquello parecía dejar un sabor amargo en su corazón, el hecho de que él se haya ido sin ninguna palabra. — ¿Qué te pasa Susan? - Se reprendió ella misma ante aquellos pensamientos que estaba albergando — No puedes hacer esto, debes de mantenerte en línea.Se había puesto de pie inmediatamente el dolor en su entrepierna hizo que la mujer se sonroje, recordar la manera dominante que James tenía intimidad con ella hizo que su rostro se calentará gradualmente y un cosquilleo exquisito se despliegue por su abdomen, se dirigió al cuarto del baño había llenado la bañera dejando que su cuerpo se sumerja buscando darle liberación a la tensión y al cuerpo adolorido, por su mente mientras cerraba sus ojos pasaron innumerabl
10 días habían pasado desde que James había salido de viaje y Susan supo que algo no estaba bien con ella, puesto que empezaba a extrañar la cercanía de James y aquello empezaba a aterrar a la pequeña mujer, que no esperaba que después de lo ocurrido con Andrés ella empezará a albergar sentimientos hacia alguien más, y mucho menos hacia alguien como James.Sabe que esto es un amor imposible ella no puede esperar que sus sentimientos sean correspondidos, de hecho nunca será correspondido, James Campbell era el hombre más imposible sentimentalmente para ella, aunque de manera sexual era lo contrario, pero el sexo y el amor no iban juntos de la mano, uno puede disfrutar del sexo con una persona, pero no amarla y aquella era la realidad de James que la desea, pero no la quiere.Susan no se había percatado de que había arrugado la tela de su vestido mientras pensaba en James, la chica aliso su vestido y se dispuso a dirigirse a la cocina, hoy estaba de muy mal humor vale aclarar, pero la c
La poca luz que la Luna infiltra a través de la cortina se convierte en la única fuente de luz en la habitación, Susan había luchado para no perder la compostura después de las palabras de Andrés y tuvo que fingir que todo estaba en orden que no le afectaba escuchar que James Campbell estaba casado, pero aquello era mentira, aquella información era la razón por la que Susan no puede conciliar el sueño, estaba dando vueltas y vueltas en la cama y las palabras de su exesposo la golpean con más fuerza, hasta que escucho un ruido abajo, Susan supuso que un ladrón había entrado, pero había algunos guardias rondando la casa, no obstante la puerta de su habitación se abrió asustando a la pequeña mujer que sentía que el oxígeno no llegaba a los pulmones.— ¿Que estabas haciendo en la Mansión Park? - entonces ella siente como su cuerpo se sacude ante la voz ronca de James - Dame una respuesta ahora, o estaban festejando la reconciliación.Su voz se escuchaba mordaz, Susan se mordió los labios
Cuando los rayos del Sol se infiltran en la habitación, Susan se había puesto de pie inmediatamente, hoy debía de hacer algo más productivo se comunicara con Alexandra para preguntarle si hoy ya puede incorporarse, ya no aguantaba estar sin hacer nada, la mujer había vuelto a darse una ducha, posteriormente había bajado para preparar el desayuno, ya después se dispuso a marcar el número de Alexandra.— Habla Susan - expuso la pequeña mujer - Disculpa que te moleste, pero quería saber si hoy puedo reintegrarme nuevamente en el Restaurante ya paso mucho tiempo.— Se lo preguntaré al Gran Jefe - responde Alexandra - sabes perfectamente que solamente seguimos sus órdenes, te devuelvo la llamada en un momento.— Te lo agradecería - responde Susan.Entre tanto James se encontraba en su despacho había esperado el amanecer allí, no podía mirar a la cara a Dalia, sabía que la estaba lastimando, pero no podía hacer nada, no podía ni quería tocarla, antes de que siguiera pensando aún más y cayen
Susan se había quedado con mucho pesar en el corazón, de hecho entendía a la esposa de James, hace meses ella también era esa esposa cuando Andrés la engañaba con Sandra, sabe que su integridad y sus ideales se habían ido al demonio con sus actos, era la amante de un hombre casado, La Amante del CEO, se había convertido en el dolor de otra mujer, pero no podía hacer nada Bianca necesitaba aquel tratamiento, la vida de su hermana vale mucho más, no podía permitirse dejar morir a su hermana, y solo el destino sabrá como termina, sabe que estaba cometiendo un pecado y estaba dispuesta a arder en el infierno por su hermana, mientras una lágrima resbalaba por su mejilla, pero rápidamente se lo seca y se coloca el delantal mientras ve la orden del Menú para empezar a trabajar.Entre tanto Alexandra se había adentrado en la Oficina de James allí estaba Dalia, la mujer de inmediato había agachado la cabeza ante la llegada de Alexandra y se podía notar la vergüenza tiñendo su rostro.— Alexa