Cuando los rayos del Sol se infiltran en la habitación, Susan se había puesto de pie inmediatamente, hoy debía de hacer algo más productivo se comunicara con Alexandra para preguntarle si hoy ya puede incorporarse, ya no aguantaba estar sin hacer nada, la mujer había vuelto a darse una ducha, posteriormente había bajado para preparar el desayuno, ya después se dispuso a marcar el número de Alexandra.— Habla Susan - expuso la pequeña mujer - Disculpa que te moleste, pero quería saber si hoy puedo reintegrarme nuevamente en el Restaurante ya paso mucho tiempo.— Se lo preguntaré al Gran Jefe - responde Alexandra - sabes perfectamente que solamente seguimos sus órdenes, te devuelvo la llamada en un momento.— Te lo agradecería - responde Susan.Entre tanto James se encontraba en su despacho había esperado el amanecer allí, no podía mirar a la cara a Dalia, sabía que la estaba lastimando, pero no podía hacer nada, no podía ni quería tocarla, antes de que siguiera pensando aún más y cayen
Susan se había quedado con mucho pesar en el corazón, de hecho entendía a la esposa de James, hace meses ella también era esa esposa cuando Andrés la engañaba con Sandra, sabe que su integridad y sus ideales se habían ido al demonio con sus actos, era la amante de un hombre casado, La Amante del CEO, se había convertido en el dolor de otra mujer, pero no podía hacer nada Bianca necesitaba aquel tratamiento, la vida de su hermana vale mucho más, no podía permitirse dejar morir a su hermana, y solo el destino sabrá como termina, sabe que estaba cometiendo un pecado y estaba dispuesta a arder en el infierno por su hermana, mientras una lágrima resbalaba por su mejilla, pero rápidamente se lo seca y se coloca el delantal mientras ve la orden del Menú para empezar a trabajar.Entre tanto Alexandra se había adentrado en la Oficina de James allí estaba Dalia, la mujer de inmediato había agachado la cabeza ante la llegada de Alexandra y se podía notar la vergüenza tiñendo su rostro.— Alexa
A dos manzanas de la Clínica, Susan había conseguido un departamento, era pequeño y acogedor tal como ella lo estaba buscando.— Aquí tendremos una noche de chicas cuando puedas - expuso Andrea emocionada.— Por supuesto, será cuando tú quieras - responde Susan.— Bien, ahora tengo que volver, hay mucho trabajo cuídate Susan, cualquier cosa que necesites tú sabes que estoy a las órdenes - Dijo Andrea abrazando a Susan, después de que ambas mujeres se habían despedido, Susan se había quedado a solas en el departamento, definitivamente tenía que ir de compras y así lo hizo, había comprado productos de limpieza entre otros así como cosméticos, cuando llego a la caja un Joven prácticamente se había quedado flechado con la belleza de la pequeña mujer, Susan de inmediato se había sonrojado mientras pasaba los productos por la caja registradora.— Te podemos enviar las compras hasta la casa - expuso el Joven también un poco nervioso.— Eso sería genial - responde Susan con emoción porque def
— Haré las diligencias correspondientes y me iré hasta allí - Expuso Susan con determinación ya cansada de que todos quieran verle la cara de idiota.— Vamos a acelerar el proceso, lo del vehículo puede esperar, voy a prestarte el mío - Expuso Robert.— No quiero causarte problemas - dice con timidez la mujer.— La mujer de mi vida nunca va a causarme problemas - responde Robert, logrando que Susan, pese a la incomodidad y la incertidumbre acerca de su padre, había logrado sonreír.— Bien, en ese caso voy a tomarte la palabra - Fue la respuesta de Susan.— Te elegiré el mejor vehículo acorde a ti a tu dulce personalidad - Robert era agradable y Susan se sentía en calma estando al lado de él.1 hora después Susan cumplió con los requisitos y salió en el vehículo de Robert con dirección a la antigua Casa Lefebvre, miró el reloj que colgaba por su muñeca al medio día entraba en Sacramento así que tenía tiempo suficiente para realizar esta visita, al momento de descender del vehículo todo
Susan había llegado al Restaurante necesitaba despejar su mente de estos sucesos que estaban sacudiendo su vida.— Susan, es un alivio tenerte aquí.— Alexandra no oculto su felicidad - Tenemos a un Jeque que quiere un postre en específico y yo creo que la única que puede lograr aquello eres tú.— ¿Un Jeque? ¿Postre especial? - Los ojos de Susan mientras repetía aquellas palabras se habían iluminado, necesitaba mantener la mente ocupada - Por supuesto que si, Alexandra.— Ve a esperarme en la Oficina de James, allí estaré en un momento - Susan al escuchar la mención del nombre de James se había sonrojado y la añoranza floreció en su interior.Susan se dirigió hasta la oficina de James, al momento de entrar la loción masculina entró en sus fosas nasales, todo su cuerpo se había puesto rígido al sentir aquella fragancia que en tantas ocasiones fundidos en su cuerpo, muy en el fondo más fuerte que su dignidad, se encontraba arraigado el deseo que siente por James Campbell.Los pensamiento
1 Mes después.Específicamente habían pasado 30 días después de la ida de James Campbell de Inglaterra, 30 días en dónde Susan cumplió con sus obligaciones en el Restaurante de hecho le estaba yendo bastante bien, además después de que Robert había anunciado su compromiso con ella las cosas fueron relativamente bien, ella no volvió a saber de su padre tampoco de su madre. Sandra estaba en el tercer mes de embarazo y tal parece que la relación con Andrés también era la mejor. Entre tanto Bianca estaba evolucionando perfectamente al tratamiento después de todo, Susan seguía estando agradecida con James por aquello.Aquel hombre a quien ella extraña bastante, pasaron 30 días y ella seguía pensando en él, seguía recordando las caricias del hombre, su intensa mirada cuando hacían el amor, la pequeña mujer cerró los ojos, pero entonces una oleada de náuseas la había invadido, Susan fue corriendo hasta el cuarto de baño.— ¿Tan mal me hizo el chocolate? - pregunta la pequeña mujer mientras s
— Señor Campbell, ella es mi prometida, la Señorita Susan Lefebvre - Expuso Robert con una sonrisa y demostrando máximo respeto hacia James.— La Señorita Lefevbre y yo, ya nos conocemos - Responde James de manera indiferente, pero los celos amenazan con arrasar el hombre - Es Chef de mi Restaurante.— ¿Cocinera de un restaurante y prometida de un Gerente? - era evidente que Dalia expuso aquellas palabras con burla, Susan de inmediato se había sonrojado al darse cuenta de las intenciones de Dalia.— Es la Mejor Chef de mi Restaurante - James había observado a Dalia - Robert, Señorita Lefevbre, les presento a mi esposa Dalia.— Dalia Campbell - agrega la mujer, entonces Susan endurece sus facciones. Pero mantuvo su compostura.— Es muy hermosa la señora Campbell - Responde Robert, pero James no estaba conforme con la actitud de Dalia y por supuesto tampoco estaba conforme por como Susan finge no conocerlo.La cena había pasado con normalidad, pero Robert y Dalia eran ajenos a la tensió
El vehículo de James se detuvo en la Villa cerca del Mar, al momento de abrir la puerta sintió la frialdad y la ausencia de Susan en ella, el hombre se sostuvo por el sofá, estaba muy borracho, a duras penas James subió por las escaleras y al abrir la puerta de la habitaciones dio cuenta de que nadie estaba en la habitación, la cama parece ser extendida hace mucho tiempo.Cuando el hombre abrió los ojos los rayos del sol ya se infiltran por las cortinas, James extendió su brazo conoce las paredes de aquella habitación entonces supuso que Susan estaba a su lado en la cama, pero la frialdad de aquel lado de la cama hace que James arrugue la frente y de inmediato se había puesto de pie por supuesto un fuerte dolor de cabeza lo había azotado.James empieza a avanzar por la Villa entonces se percata de que el interior de la Mansión tenía polvo, todo estaba desconectado, de inmediato James saca su teléfono celular.— ¿Dónde está Susan Lefebvre? - pregunta con brusquedad el hombre.— Señor,