MARTÍN.
El pasillo es oscuro y húmedo, el olor es putrefacto, es desagradable, me siento mareado y un poco ahogado, pero por alguna extraña razón mis pies no se detienen, tampoco puedo gritar para pedir ayuda y los grandes brazos que me sostienen, me llevan casi a rastras para llegar a no se donde.
—¡Muévete! te van a atrapar. —No tengo ni idea de quién habla.
—¿A…dónde voy? —casi no puedo hablar.
—Sólo mueve tus pies, tanto como puedas, ya casi lo logras Tín Tín. —Mi cabeza trabaja a toda velocidad, mis ojos se llenan de lágrimas y no me explico cómo es que mi padre está junto a mi.
—¿Estoy muerto?
—No, pero te falta poco si sigues así.
NOTA***, POR FAVOR LEE EL CAPITULO ANTERIOR NUEVAMENTE, PUES LE AGREGUE UN COMPLEMENTO.ANA.Miró fijamente a Martín, no puedo creer todo lo que acaba de salir de su boca, no puedo creer que Martín hiciera todo lo que me acaba de contar y mucho menos puedo creer que haya salido vivo de todo ese pasado.Siento un pequeño vacío en mi interior, porque lo que le dije no era mentira, lo amo, pero al mismo tiempo luego de escuchar todo su pasado, siento que es otra persona.Soy fiel creyente de que el pasado es eso, pasado, pero Martín tiene un pasado que nunca imaginé.Me pongo de pie, doy un par de pasos con dirección a la cocina, en un intento por hacer algo que distr
MARTÍN. Llevo dos días con los nervios de punta, Ludmila tenía razón, decirle “te amo” a otra persona, no es algo que se deba tomar a la ligera, por el contrario, es algo realmente serio, es algo tan íntimo y tan puro, que debo hacer que todo sea como ella lo merece. Voy camino a mi viejo apartamento, que ahora no es más que un lugar desolado y casi abandonado. En la habitación principal, detrás de una gran fotografía donde estamos mis padres y yo, mantengo una caja fuerte, con lo que es tal vez mi mayor y más importante posesión. El anillo que mi padre le dio a mi madre, cuando le propuso matrimonio. Es la cosa más hermosa que jamás había visto, en su momento fue toda una pelea, pues mi abuela paterna, esperaba que mi padre le propusiera m
—Sabía que me podías responder que NO, era una opción, es decir es entendible, pero mi nombre no es Demian Ana y yo… —Empiezo a colocarme de pie, me siento dolido y lastimado— Ana se abalanza sobre mí, haciendo que pierda el equilibrio, me besa el rostro terminando en mis labios. —Lo siento, si quiero casarme contigo, es solo que no me lo esperaba y yo...por un segundo estaba en mi pasado, me quede allá y lo arruine todo, perdoname, no te merezco, no merezco esto. Ana estaba llorando, en realidad se veía muy lastimada, podía ver el dolor y el arrepentimiento luchando en sus ojos. —No llores, no que de que pasado hablas, si alguien ya te había propuesto matrimonio, pero soy yo Ana, soy Martín Collins, el hombre que te ama, porque si Ana T.E A.M.O, eres tod
ANA.—Adiós y nuevamente muchas gracias, por toda tu ayuda. —Me despido de la organizadora de bodas.Fue una completa odisea contratarla, porque es la mejor del país y por lo general ella no organiza bodas tan pequeñas y tan sencillas, justo como lo estoy preparando con martín, lastimosamente par ami, tuve que hacer uso de mi apellido y del apellido de futuro esposo, para que la chica accediera, por supuesto que la hice firmar un acuerdo de confidencialidad, para que no diga nada a nadie.Y por si acaso lo dudaban, no, aun no le he contado a mis padres, ni Martín a los suyos. En realidad el día que les pensamos contar, será cuando les entregamos las invitaciones justo 15 días antes de la boda y solo faltan dos semanas para eso.<
ANALa noticia me dejó perpleja, no sabía como reaccionar, no porque no estuviese feliz, mi mente estaba trabajando a mil, calculando y revisando, analizando cada palabra de Martín.“Estas embarazada, vamos a ser papás”.Voy a ser mamá, voy a dar vida a un ser que crecerá en mi interior, que espero tenga los labios de su padre y su alegría, quiero que sea feliz, que pueda confiar en nosotros. Y me voy a casar, es como si me hubiese ganado la lotería sin recibir un solo centavo.—Ana, amor, respondeme —Veo a Martín a los ojos y pasaron de estar cristalizados a tener un miedo latente.—Papas. ¿Papás? —Suspiro —¿estás seguro?Esta vez sus manos se deslizan por mis mejillas y me doy cuenta que estoy llorando, pues delicadamente empieza a quitar las lágrimas q
ANA.Han pasado dos días desde que Martín salió del apartamento, no me ha llamado, no se ha comunicado conmigo y sería una mentirosa si dijera que yo he intentado establecer comunicación alguna con él.—Necesito que este informe quede bien redactado, no puedo entregarle esto a Cristobal.—Ana, lo hemos corregido dos veces —Los ojos de mi asistentes se ven cansados, son cerca de las 10 de la noche.—No me interesa, esto debe quedar perfecto, sabes que no tolero las mediocridades —La joven suspira en frustración y da la vuelta para irse.Sigo metida de lleno entre el computador y escucho la puerta abrirse nuevamente, sin levantar mis ojos de la
—¡Ana corre! —escuche el grito ahogado de Martín, proveniente de la cocina. Miro a mi alrededor y todo es confuso, veo el material de los trabajadores, todo revuelto, todo el apartamento es un caos. por instinto empiezo a correr y entró a nuestra habitación, pongo el seguro y enciendo la luz, mi mente va a mil, busco mi celular, pero recuerdo que quedó entre el bolso, en el recibidor. Busco con los ojos, el teléfono fijo y caminó hacía él, marcó a la policía, pero el teléfono no tenía tono. No entiendo como diablos lograron entrar al apartamento, tiene un excelente sistema de seguridad. Estoy congelada en el lugar, no se que hacer, por instinto mis manos van a mi abdomen y escucho que la puerta del baño se abre. —Aquí estás, linda Ana —La veo con rabia y
MARTÍN.Intente hacer razonar a Xiomara, me reuní con ella y quise negociar, quise explicarle todo, quise hacer tantas cosas, pero logré todo lo contrario, ella estaba más que furiosa, me coloco una única condición, dejar a Ana, alejarme de ella y eso era algo que no estaba dispuesto a hacer, bajo ninguna circunstancia. Solo no me imagine que esa bruja maldita, me acorralaría de una manera tan cruel.Durante la época en que la conocí y que mi tiempo lo desperdiciaba con ella, sabía que no tenía límites cuando se trataba de algo que ella quería, pero jugar con la vida de las personas, no pensé que entrara dentro de sus posibilidades.Sin embargo, aquí estaba yo, frente a la camilla donde el cue