La llamadaAlice sintió cómo el mundo se desmoronaba a su alrededor en el instante en que escuchó la voz de Andrés al teléfono. Su corazón se detuvo por un segundo, y una ola de pánico la invadió.—¿Qué? ¿Cómo? ¿Estás seguro? —Las palabras salían de su boca como un susurro entrecortado, incapaz de procesar la gravedad de la situación.Andrés, con voz firme, pero comprensiva, le explicó que Dalton había tenido un accidente grave y que lo estaban atendiendo de inmediato. Alice no podía pensar con claridad; el miedo se apoderó de ella mientras su mente se llenaba de imágenes del rostro Dalton cuando explotó de ira la noche anterior. Sin pensarlo dos veces, se levantó de la cama y comenzó a vestirse a toda prisa.Cada segundo parecía una eternidad mientras conducía hacia el hospital. El camino estaba lleno de semáforos que parecían eternos y conductores que no entendían su prisa. En su mente, una tormenta de pensamientos la asaltaba: "¿Qué habrá pasado? ¿Por qué no me llamó? ¿Estará bien?
—¿Qué significa eso exactamente? —Preguntó Mia, su voz temblorosa, pero firme, buscando respuestas que parecían inalcanzables.—Significa que Dalton no recordará eventos recientes ni a las personas cercanas a él. —Respondió el doctor, con un tono que mostraba empatía por su dolor—. Es posible que no recuerde nada de lo que ha vivido en los últimos meses, podrían ser incluso un par de años perdidos, ni siquiera recordará lo que ha sucedido hoy.Alice se sintió como si le hubieran golpeado en el pecho. La idea de que Dalton no pudiera recordar su amor por ella, ni la indescriptible conexión que habían compartido, era más devastadora de lo que había anticipado.Mia se cubrió la boca con las manos, intentando contener el llanto.—¿Y eso es irreversible?—En este momento, sí. —Confirmó el médico—. Estamos haciendo todo lo posible para ayudarlo a adaptarse a esta nueva realidad. Pero necesitará tiempo y mucho apoyo emocional. Existe la posibilidad de que vuelva a recordar todo, pero sería u
Por una serie de minutos que parecieron eternos para Mia, Alice estuvo cavilando en su mente mejor forma de contarle a Mia toda la verdad, pero no estaba totalmente segura de poder confiar en ella de esa forma, después de que había sido su principal piedra en el zapato desde que conoció a Dalton.—¡Ya dímelo! —Exigió alzando su tono de voz, sacando a la castaña de su laguna mental.Alice volvió su vista a ella y luego miró hacia la ventana del conductor y vio como unos hombres corpulentos se pararon allí tapándole la vista, luego miró al frente y también tenía la vista cubierta, al igual que la ventana de su lado. Estaban rodeadas.Una descarga de adrenalina recorrió todo su cuerpo al sentirse amenazada, así que actuó rápido. Con una señal le indicó a Mia que conservara la calma y guardara silencio, al mismo tiempo que hurgaba en su bolso para sacar su revolver. Cuando lo encontró, lo sacó rápidamente; Mia al ver el arma, abrió sus ojos como platos y le susurró:—¿Qué haces con eso? ¿
Alice se cruzó de brazos, su mente trabajando a mil por hora. La revelación de Moscú sobre Damián la dejó inquieta, pero también con una chispa de determinación.—No sé quién es ese hijo de perra y no me importa ni un poco…—dijo Mia, con su voz firme. —Lo único que me importa es que no es inmortal, ni está hecho de goma; es humano como nosotros y solo basta una bala para acabar con él.Moscú asintió, su expresión seria.—La rubia tiene razón. No podemos permitir que se convierta en un jugador libre. Necesitamos actuar rápido y con inteligencia. Somos más que él y podemos tomarlo por sorpresa. En ese momento, un grupo de agentes entró en la sala, todos llevaban documentos en la mano y una mirada de urgencia en sus rostros. Uno de ellos se acercó a Moscú.—Tenemos un problema en el este de la ciudad. Las comunicaciones han sido interceptadas y hay rumores de que Damián está moviendo piezas para recuperar su influencia.Alice sintió un escalofrío recorrerle la espalda. La situación se vo
Alice tragó saliva con brusquedad mientras caminó hacia cualquier lado de la habitación, sin rumbo fijo, con la mirada perdida en la nada. Se sentía como si acabaran de lanzarla un cubo de agua helada en la cabeza.Dalton se había olvidado de ella, olvidó su trato, olvidó que es su esposo, olvidó el embarazo. Pensó que sería una oportunidad de librarse de él. Pero, no se sentía bien, después de tanto desearlo, el universo quería arrancarlo de su vida, pero ahora Alice no quería que eso pasara. Por fin cuando comenzaba a hacerse a la idea luego de su meditación nocturna, ahora había perdido la oportunidad de convivir con él.Mia respiró hondo, intentando controlar su nerviosismo.—Alice, no puedo ni imaginar lo mal que te sientes por esto. Pero debemos ser pacientes, esto puede ser traumático para él cuando descubra que no está casado con Jennifer y que Samuel ya no es un bebe recién nacido. —Dijo con la voz temblorosa. —Si quiero que tengas la oportunidad de conversar con él, pero no
Alice se quedó paralizada un momento, sintiendo cómo el enojo burbujeaba dentro de ella. La actitud de Jennifer era fría y arrogante, como si no le importara el dolor que todos estaban sintiendo en ese momento. ¿Cómo se atrevía a venir fingiendo que es su esposa?—¡No puedes simplemente entrar así! —Gritó Alice, su voz resonando en el pasillo. —Dalton está luchando con cosas que ni tú ni yo entendemos. No es solo un momento cualquiera, y sabes perfectamente que tú no eres nada para él.Jennifer se detuvo, girando lentamente la cabeza para mirar a Alice con desdén.—¿Y qué sabes tú de lo que él necesita? —Respondió con una sonrisa burlona. —Soy su esposa, y tú solo una mujerzuela trepadora que solo está con él por el dinero.Jennifer hizo una pausa, sus ojos destilando desdén mientras evaluaba a Alice.Alice sintió que su corazón se aceleraba; la injusticia de la situación la llenaba de frustración. Hasta parecía que todo hubiera estado planeado cuidadosamente.—Lo que importa es que e
La atmósfera en el bar se volvía cada vez más densa, como si el aire estuviera cargado de electricidad. Alice sabía que estaba jugando con fuego, pero la adrenalina la mantenía viva. Su mirada se desvió hacia las rusas, quienes la observaban con interés, listas para ejecutar el plan en cuanto esta diera la señal, algo tan insignificante como un suspiro “deseoso”. Solo eso bastaría para que ellas pudieran ponerse creativas.El barman, atrapado en el hechizo de Alice, asintió con una mezcla de deseo y curiosidad.—Claro, preciosa. Conozco un lugar perfecto. —Dijo mientras le guiñaba un ojo.Alice sintió que su corazón latía con fuerza; cada paso que daba la acercaba más a su venganza. Aunque este hombre solo era una desafortunada marioneta de Damián, era necesario que Alice lo castigara para enviarle un mensaje a su querido primo de que ya era hora de que empezara a tenerle miedo.—¿Qué tal si me cuentas más sobre este lugar mientras vamos? —Sugirió Alice, sin quitarle los ojos de encim
Alice se encontraba parada en la larga fila para su entrevista de trabajo, totalmente nerviosa y ansiosa, tanto que de vez en cuando se mordía las uñas sin darse cuenta. Con la mirada fija en la chica que tenía enfrente, la detalló minuciosamente y notó que esta iba muy arreglada y maquillada, se dio la vuelta y descubrió que la chica que se encontraba detrás de ella, también estaba exageradamente elegante y arreglada, luego se inclinó hacia adelante e inspeccionó a las demás chicas que hacían fila, algunas incluso parecían modelos de pasarela europea, con sus piernas largas, vestidos costosos y bolsos de marca.La joven no pudo evitar pensar en que quizá había ido al sitio equivocado para buscar empleo, claramente ella no le llegaba ni a los talones a ese montón de mujeres perfectas y estiradas. Abrumada por sus inseguridades, dirigió la vista hacia abajo y observó fijamente su pulsera de la suerte, esa que le había regalado su madre. Al principio se sintió un poco aliviada porque s