AMALIAPero de nuevo no pude llegar a él y eso me tenía demasiado nerviosa.Lo sentía, Ajax estaba en un momento crítico, demasiada ira en su interior y en el límite de convertirse también en un lobo sin humanidad.Salí corriendo por la misma puerta que había escapado Vivianne, me di cuenta de que existían varios accesos a este laboratorio.A través de túnel oscuro que llevaba a un sitio desconocido, la rastreé y la perseguí.“¡Kane, KANE!”, llamé como desquiciada a mi otra esperanza, en lo que corría desenfrenada.“¡Amalia, estamos atacando la mansión, luchando con los guardias, pero el Rey sigue vivo, siento aún el lazo con la raza! ¡¿Qué está sucediendo ahí?!”, casi respiro de alivio al escucharlo.“¡Renegados, Kane, hay como veinte Renegados sueltos por la loca de la hermana del Rey, temo por Ajax y por ustedes!”, le avisé alertándolo.“¡Amalia, esa mujer salió por aquella puerta hace unos segundos!”, mi loba me anuncia.“¡Amalia, escapa entonces, no te pongas en riesgos, Ajax es
AMALIACuando irrumpí a la sala del trono, mi loba y yo nos quedamos congeladas.Era un caos, la puerta estaba abierta de par en par y los cuerpos mutilados de los soldados del Rey se esparcían por el pasillo, las paredes manchadas con su sangre.Lo peor se encontraba en esta instancia donde parecía haberse llevado a cabo una lucha encarnizada.Como tres cuerpos de Renegados yacían con el vientre y la garganta abierta, asesinados, pintando un horrible cuadro sobre las losas antes relucientes.Megara avanzó paso a paso, oliendo el aire, buscando a nuestro mate.“Creo que lo puedo sentir, pero su aroma es raro, quizás por tanta sangre me estoy confundiendo, no sé…”“¿Será que habrá escapado?, pero no… Ajax nunca se iría por su cuenta sin nosotras” yo misma desmentí mis suposiciones.Si Ajax no estaba aquí y no lo habíamos encontrado en nuestro camino, ¿dónde estaba entonces?Un gruñido bajo hizo a mi loba voltearse sacando los caninos para enfrentar la amenaza.De una oscura esquina del
AMALIA— Por favor Ajax, te lo suplico, vuelve a mí, amor, regresa conmigo, con los cachorros, nunca te perdonarás esto… no… te lo perdona… rás – mis palabras se entrecortaron mientras cerraba su mano y sentía que el oxígeno se me escapaba de golpe.Vi la muerte de frente, miré a su otra mano levantada, las garras preparadas para bajar y rasgar mi rostro, mi garganta.Todo sucedió como un borrón y me resigné a morir, no pude llegar a ser nada, sería asesinada bajo el ataque de mi amado mate. Cerré los ojos en el último instante, sin ser capaz de ver mi final.Los segundos pasaban y nada sucedía.“Amalia, él… ¡Parece que te reconoció, está luchando contra sí mismo, háblale de nuevo, háblale!”Megara me grita eufórica y abro los ojos para ver en medio de los orbes rubíes, motas verdes de los ojos de Ajax.Las garras suspendidas en el aire e incluso está aflojando las de mi cuello, que duele insoportablemente.Aun así, me trago la sangre que sube por mi garganta e intento de nuevo sacar
AMALIATodo sucedió en el instante más importante de mi vida.El artefacto inestable cayó sobre el pecho de Ajax y yo me levanté y me arrojé también sobre su poderoso cuerpo mitad lobo y Renegado.Agarré el cáliz a pesar del dolor y miré al cielo desesperada, rezando para ser la escogida por la Diosa.Una luz como plata líquida brilló intensamente a través del tragaluz, reflejada en mis pupilas, que se ampliaban mientras el astro aumentaba de tamaño, como si estuviese justo al alcance de mi mano, como una enorme puerta oscura y misteriosa, redonda, que llevaba a otras dimensiones.Tantas maravillas, galaxias y estrellas en las tinieblas, mundos increíbles, supernovas y el universo frío e infinito.“Hija mía, ¿qué ven tus ojos mortales?, ¿qué te muestra esta epifanía?”Una voz se escuchó en mi corazón, tan etérea y mágica, tan hermosa, que lágrimas rodaron por mis mejillas.— Me muestra lo pequeños que somos en este vasto universo, lo afortunados que somos por ser parte de este todo, d
AJAXPensé y entonces recordé las caritas de dos bebés hermosos. Es cierto, yo tengo dos niños, sí, sí, son míos, míos y de mi…¿De quién más? No recordaba, pero esa voz insistente me llamaba, sanando las heridas de mi alma, así que me aferré a ella como un loco, quería verla, hice una promesa, no podía fallarle, no podía fallarle de nuevo a ella…— Amalia – su nombre salió de mis labios y abrí al fin mis ojos a la luz.Sobre mí, el rostro más hermoso, la mujer de mi vida, ella era la madre de esos cachorros, esta hembra, es mi mundo entero.— Nena, no llores, lo lamento, lo lamento tanto – subí mi mano para recoger las lágrimas que bajaban desde sus ojos, llenos de precaución y anhelo.Me juré nunca hacerla llorar, nunca herirla. He fallado de nuevo.— Ajax – se arrojó a mi pecho y la estreché contra mí, con fuerza, intentando incorporarme y cargarla sobre mis piernas.Pensé que todo me dolería, que estaría lleno de heridas, sin embargo, solo la sangre seca permanecía sobre mi piel.
ALFRED ¡¡Maldito Ajax, maldito Ragnar y malditos todos!! ¿Cómo pudo mi plan tan bien elaborado torcerse de esta manera? Voy corriendo por el bosque, creo que en mi afán por escapar he tomado la ruta más difícil y escarpada. Siseo de dolor llevándome la mano a las costillas, la sangre se escapa por mis heridas y cada vez es más difícil recuperarme con esta maldición pesando sobre mí. Ragnar, mi aliado por tantos años, me ha traicionado, lo sé porque Ajax no fue engañado por su hechizo de control y la protección mágica, que supuestamente debería tener sobre mi cuerpo, se ha roto acelerando los efectos de la maldición de Astrid. Ese traidor, después de que lo ayudé a robar el trono del Rey Hechicero, aun a riesgo de perder mi puesto como Beta en aquel entonces y se pasó al bando del desgraciado de Ajax. Las piedras mágicas de la mina están involucradas, estoy seguro. Mi respiración se siente pesada, mi pecho duele demasiado y no solo por el esfuerzo de correr a través del bosque o
ALFREDTenía la esperanza de que Vivianne hiciera algo así, poder dominar a estos animales para que nos protegieran, curar a quien quisiéramos, no a todos, mantener esa decisión exclusivamente para las personas que lo pagara bien y nos trajera beneficios, ahora esta puta es quien tiene el control.— Yo diría, que deshacerme de una escoria como tú, es hacer la mejor acción para la raza – me respondió con una sonrisa sarcástica de autosuficiencia.Ver su rostro me recordaba tanto a Astrid y sus aires de superioridad.— ¡Debí asesinarte cuando tuve el chance, estrangular a una arpía como tú desde la cuna! – me abalancé corriendo hacia ella.No podía vencer a tantos Renegados, sería asesinado, pero si me la llevaba por delante, moriría feliz.— ¡AAAhHHH! – Caí de rodillas a solo unos metros de la Sacerdotisa, grité de dolor al sentir como si llamas abrazadoras quemaran mi cuerpo entero.Bajé las manos y me abrí la camisa a tirones para ver esa pudrición de venas negras contaminar casi tod
AJAXMiré la matanza sin pizca de remordimiento, convertido ya en mi forma humana.Abracé por la espalda a mi hembra con fuerza y quise colocar la mano sobre sus ojos, pero ella la retiró.— No, es horrible, pero quiero mirar, esto se lo debo a mi madre, a mi hermano, a mí misma – me dijo en voz baja, recostándose más contra mi pecho y recordé el sótano donde vivía como una sirvienta de esos humanos.El remordimiento y el arrepentimiento siempre en mi interior, yo fui la lanza que Alfred esgrimió en contra de la familia real, fui un idiota y solo me quedaba amarla y darle todo lo que quité en mi absurda venganza.— Se terminó, Amalia, yo me encargaré de lo que queda de Alfred – le susurré besando su cabello, deseaba tanto finalizar esta guerra y regresar con mis cachorros, con mi familia.— Aún no he terminado, me queda una promesa más por cumplir – respondió saliendo de la protección de mis brazos y caminando hacia el centro del claro.— Amalia… — la llamé preocupado intentando agarr