AMALIA— Por favor Ajax, te lo suplico, vuelve a mí, amor, regresa conmigo, con los cachorros, nunca te perdonarás esto… no… te lo perdona… rás – mis palabras se entrecortaron mientras cerraba su mano y sentía que el oxígeno se me escapaba de golpe.Vi la muerte de frente, miré a su otra mano levantada, las garras preparadas para bajar y rasgar mi rostro, mi garganta.Todo sucedió como un borrón y me resigné a morir, no pude llegar a ser nada, sería asesinada bajo el ataque de mi amado mate. Cerré los ojos en el último instante, sin ser capaz de ver mi final.Los segundos pasaban y nada sucedía.“Amalia, él… ¡Parece que te reconoció, está luchando contra sí mismo, háblale de nuevo, háblale!”Megara me grita eufórica y abro los ojos para ver en medio de los orbes rubíes, motas verdes de los ojos de Ajax.Las garras suspendidas en el aire e incluso está aflojando las de mi cuello, que duele insoportablemente.Aun así, me trago la sangre que sube por mi garganta e intento de nuevo sacar
AMALIATodo sucedió en el instante más importante de mi vida.El artefacto inestable cayó sobre el pecho de Ajax y yo me levanté y me arrojé también sobre su poderoso cuerpo mitad lobo y Renegado.Agarré el cáliz a pesar del dolor y miré al cielo desesperada, rezando para ser la escogida por la Diosa.Una luz como plata líquida brilló intensamente a través del tragaluz, reflejada en mis pupilas, que se ampliaban mientras el astro aumentaba de tamaño, como si estuviese justo al alcance de mi mano, como una enorme puerta oscura y misteriosa, redonda, que llevaba a otras dimensiones.Tantas maravillas, galaxias y estrellas en las tinieblas, mundos increíbles, supernovas y el universo frío e infinito.“Hija mía, ¿qué ven tus ojos mortales?, ¿qué te muestra esta epifanía?”Una voz se escuchó en mi corazón, tan etérea y mágica, tan hermosa, que lágrimas rodaron por mis mejillas.— Me muestra lo pequeños que somos en este vasto universo, lo afortunados que somos por ser parte de este todo, d
AJAXPensé y entonces recordé las caritas de dos bebés hermosos. Es cierto, yo tengo dos niños, sí, sí, son míos, míos y de mi…¿De quién más? No recordaba, pero esa voz insistente me llamaba, sanando las heridas de mi alma, así que me aferré a ella como un loco, quería verla, hice una promesa, no podía fallarle, no podía fallarle de nuevo a ella…— Amalia – su nombre salió de mis labios y abrí al fin mis ojos a la luz.Sobre mí, el rostro más hermoso, la mujer de mi vida, ella era la madre de esos cachorros, esta hembra, es mi mundo entero.— Nena, no llores, lo lamento, lo lamento tanto – subí mi mano para recoger las lágrimas que bajaban desde sus ojos, llenos de precaución y anhelo.Me juré nunca hacerla llorar, nunca herirla. He fallado de nuevo.— Ajax – se arrojó a mi pecho y la estreché contra mí, con fuerza, intentando incorporarme y cargarla sobre mis piernas.Pensé que todo me dolería, que estaría lleno de heridas, sin embargo, solo la sangre seca permanecía sobre mi piel.
ALFRED ¡¡Maldito Ajax, maldito Ragnar y malditos todos!! ¿Cómo pudo mi plan tan bien elaborado torcerse de esta manera? Voy corriendo por el bosque, creo que en mi afán por escapar he tomado la ruta más difícil y escarpada. Siseo de dolor llevándome la mano a las costillas, la sangre se escapa por mis heridas y cada vez es más difícil recuperarme con esta maldición pesando sobre mí. Ragnar, mi aliado por tantos años, me ha traicionado, lo sé porque Ajax no fue engañado por su hechizo de control y la protección mágica, que supuestamente debería tener sobre mi cuerpo, se ha roto acelerando los efectos de la maldición de Astrid. Ese traidor, después de que lo ayudé a robar el trono del Rey Hechicero, aun a riesgo de perder mi puesto como Beta en aquel entonces y se pasó al bando del desgraciado de Ajax. Las piedras mágicas de la mina están involucradas, estoy seguro. Mi respiración se siente pesada, mi pecho duele demasiado y no solo por el esfuerzo de correr a través del bosque o
ALFREDTenía la esperanza de que Vivianne hiciera algo así, poder dominar a estos animales para que nos protegieran, curar a quien quisiéramos, no a todos, mantener esa decisión exclusivamente para las personas que lo pagara bien y nos trajera beneficios, ahora esta puta es quien tiene el control.— Yo diría, que deshacerme de una escoria como tú, es hacer la mejor acción para la raza – me respondió con una sonrisa sarcástica de autosuficiencia.Ver su rostro me recordaba tanto a Astrid y sus aires de superioridad.— ¡Debí asesinarte cuando tuve el chance, estrangular a una arpía como tú desde la cuna! – me abalancé corriendo hacia ella.No podía vencer a tantos Renegados, sería asesinado, pero si me la llevaba por delante, moriría feliz.— ¡AAAhHHH! – Caí de rodillas a solo unos metros de la Sacerdotisa, grité de dolor al sentir como si llamas abrazadoras quemaran mi cuerpo entero.Bajé las manos y me abrí la camisa a tirones para ver esa pudrición de venas negras contaminar casi tod
AJAXMiré la matanza sin pizca de remordimiento, convertido ya en mi forma humana.Abracé por la espalda a mi hembra con fuerza y quise colocar la mano sobre sus ojos, pero ella la retiró.— No, es horrible, pero quiero mirar, esto se lo debo a mi madre, a mi hermano, a mí misma – me dijo en voz baja, recostándose más contra mi pecho y recordé el sótano donde vivía como una sirvienta de esos humanos.El remordimiento y el arrepentimiento siempre en mi interior, yo fui la lanza que Alfred esgrimió en contra de la familia real, fui un idiota y solo me quedaba amarla y darle todo lo que quité en mi absurda venganza.— Se terminó, Amalia, yo me encargaré de lo que queda de Alfred – le susurré besando su cabello, deseaba tanto finalizar esta guerra y regresar con mis cachorros, con mi familia.— Aún no he terminado, me queda una promesa más por cumplir – respondió saliendo de la protección de mis brazos y caminando hacia el centro del claro.— Amalia… — la llamé preocupado intentando agarr
AJAXSé lo que sientes, es como si una energía fría y poderosa, rebuscara por todas tus arterias y tus órganos, tu cuerpo entero, buscando el gen defectuoso, para luego destruirlo en un instante de agonía, pero a la vez, liberador.— ¡Aaaagggr Aaahhhhh! – gruñidos animales comenzaron a convertirse en gritos roncos de voces humanas.El pelaje caía al suelo, las garras querían arrancarse las pieles de bestias, los caninos volvían a ser humanos mientras rugían al cielo y el cuerpo entero cambiaba y se transformaba a su forma original.— ¡SAÚL! – el primer grito se escuchó de una mujer que sin miedo al peligro, corrió hacia uno de los cuerpos que había arrojados ahora en la hierba, débil y vulnerable, temblando por el esfuerzo.La señora se arrodilló abrazándolo, llamándolo hijo y que pensaba que había muerto hace mucho tiempo.Así, increíblemente, algunos de esos hombres encontraron aquí a sus familiares.Se levantaban aturdidos y perdidos, sin poderse creer que pudieron lograrlo al fina
EL REY HECHICERO— Solo puede pasar usted sin acompañantes – me dijo el pulgoso del guardia de la mina.— Retírense y espérenme aquí, si no regreso, ya saben qué hacer – les dije a los dos magos que me acompañaban y llevaba más para intimidar que para otra cosa.Sabía muy bien que no sería tan sencillo, no era tan idiota como Alfred, que de seguro ya estaba enterrado con los gusanos.El Alfa Ajax no me daría así como así parte de esta preciada mina, ya conocía muy bien el valor de las piedras, incluso para su raza, que los ayudaba a sanar y fortalecer los poderes de su espíritu de lobo.Me guiaron a través de los oscuros pasillos excavados, en un carrito de minería moderno.Mis ojos destellaban con emoción al sentir la energía poderosa contenida en las entrañas de esta mina.Recordaba muy bien el video, pero nada le hizo justicia a lo que encontré cuando estuve dentro de la primera caverna.— Magníficas, son perfectas – acaricié codiciosamente la pared resplandeciente de poder.— Nues