AJAXSé lo que sientes, es como si una energía fría y poderosa, rebuscara por todas tus arterias y tus órganos, tu cuerpo entero, buscando el gen defectuoso, para luego destruirlo en un instante de agonía, pero a la vez, liberador.— ¡Aaaagggr Aaahhhhh! – gruñidos animales comenzaron a convertirse en gritos roncos de voces humanas.El pelaje caía al suelo, las garras querían arrancarse las pieles de bestias, los caninos volvían a ser humanos mientras rugían al cielo y el cuerpo entero cambiaba y se transformaba a su forma original.— ¡SAÚL! – el primer grito se escuchó de una mujer que sin miedo al peligro, corrió hacia uno de los cuerpos que había arrojados ahora en la hierba, débil y vulnerable, temblando por el esfuerzo.La señora se arrodilló abrazándolo, llamándolo hijo y que pensaba que había muerto hace mucho tiempo.Así, increíblemente, algunos de esos hombres encontraron aquí a sus familiares.Se levantaban aturdidos y perdidos, sin poderse creer que pudieron lograrlo al fina
EL REY HECHICERO— Solo puede pasar usted sin acompañantes – me dijo el pulgoso del guardia de la mina.— Retírense y espérenme aquí, si no regreso, ya saben qué hacer – les dije a los dos magos que me acompañaban y llevaba más para intimidar que para otra cosa.Sabía muy bien que no sería tan sencillo, no era tan idiota como Alfred, que de seguro ya estaba enterrado con los gusanos.El Alfa Ajax no me daría así como así parte de esta preciada mina, ya conocía muy bien el valor de las piedras, incluso para su raza, que los ayudaba a sanar y fortalecer los poderes de su espíritu de lobo.Me guiaron a través de los oscuros pasillos excavados, en un carrito de minería moderno.Mis ojos destellaban con emoción al sentir la energía poderosa contenida en las entrañas de esta mina.Recordaba muy bien el video, pero nada le hizo justicia a lo que encontré cuando estuve dentro de la primera caverna.— Magníficas, son perfectas – acaricié codiciosamente la pared resplandeciente de poder.— Nues
REY HECHICEROPodía sentir su miedo flotando en el aire, estaba acostada sobre el suelo como una conejita indefensa agarrada por las muñecas con fuerza.Había perdido el control de la ilusión haciéndose pasar por su padre, posiblemente por el terror en su alma.Miraba horrorizada a los rostros sin forma de las sombras que se cernían sobre ella, riendo, burlándose, apresándola, solo esperando una orden para despedazarla.Me incliné complacido sobre su cuerpo.— Sabes Rowena, sí que has crecido muy bien durante estos años, ¿quién iba a decir que esa pesada mocosa se convertiría en una mujer tan sensual? – le dije acariciando su cuello y bajando mis dedos por su piel hasta el encuentro de sus senos, en el inicio del cuello de su camiseta.— ¡No me toques maldit0 enfermo! ¿Qué es esto? ¡¿Cómo te atreves a conjurar magia oscura prohibida?! ¡La Diosa te va a castigar! – me gritó retorciéndose en el suelo y eludiendo mis manos.— Qué lástima que sigas siendo la misma estúpida, ese gen recto
KANE — Ssi, si madre, tranquila, ya hicimos nuestra parte… — ¡¿Por qué tomaste todo el peso del hechizo?! ¿Por qué, niña tonta? ¡Si te hubiese sucedido algo, si algo hubiese fallado…! — Nada sucedió, mamá, si no te apoyaba tu sola no ibas a poder. Fue… horrible… — escucho su conversación y parece que lo que sentía a través de nuestro vínculo de mates fue apenas una muestra. Tendré que castigar a esta brujita más tarde, no me importa el mundo entero si a ella le sucede algo. Cuelgan después de un tiempo. La madre de Emily está a salvo en la villa costera, pero ellas se enlazan de alguna manera con magia y pueden hacer estos hechizos en conjunto a distancia. — Me mentiste Emily, me dijiste que no habría riesgos, dime, ¿qué hiciste exactamente? – la giré y tomé su rostro a pesar de que sus ojos me miraban esquivos. — Es un hechizo que puede hacer mi madre, pero no lo usa casi porque está rayando en la hechicería prohibida y además, consume demasiada energía – me explica al fin susp
EL REY HECHICEROPero sí era lo que pretendían, extraerían la energía mágica de las piedras para lanzarla en mi contra. Atrapado dentro de este conjuro, sin poder escapar, como una rata, explotaría al recibir ese ataque tan concentrado.— ¡No te lo podré tan fácil! – le rugí y saqué todos mis poderes.Ahora me arrepentía de haber sido tan impulsivo y confiado de sacar lo mejor de primero, no podía invocar a los Numunae y estaba más debilitado.— ¡AAHH! – grité alzando las manos, todo mi cuerpo cubriéndose por llamas que flotaban y nadaban como si tuviesen vida.Me llamaban el General Hechicero del Dragón y era por este ataque que desarrollé desde joven.Veríamos qué sería más fuerte, si mi llama devoradora o su maldito escudo.El Dragón de fuego rugió junto con la furia en mi corazón, abalanzándose sobre esa mujer, rodeando las paredes transparentes que cubría incluso mi cabeza, buscando una vía de escape.¡¡Vamos, Vamos, derrite su magia, derrite su magia!!Gritaba en mi interior, pe
VLADÍMIR— ¡Ya basta de hacer ruidos! – les rugí a los hombres metidos dentro de las mismas prisiones que ellos habían construido en esta mina - ¡Le sigues dando a los barrotes y te cortaré las manos como a aquel!Le dije a uno de esos guardias brujos que me estaban sacando de quicio golpeando las rejas.Enseguida hizo silencio, al ver el cuerpo del que se desangraba a su lado y me quiso atacar con su magia a traición.Mi padre me dijo muy bien a quienes se podía salvar en esta mina, que estaban aquí como él, por necesidad y nunca le hacían daño a las mujeres, solo desempeñaban su trabajo a cambio de las míseras piedras de baja calidad que le daban.Se podían contar con una mano y estaban en una celda aparte, los de aquí, me daba igual, rebanarles el cuello ahora mismo, pero se lo dejaría a la decisión de Rowena.Al menos me reconfortaba saber que mi hermana estaba bien y lo habían logrado del otro lado.“Amor, lo conseguimos, ¡lo conseguimos!”, la voz repentina de mi mate se escuchó
AMALIAEs tan hermosa y solo me mira fijamente, siento las lágrimas quemando en las esquinas de mis ojos.Me juré que sería fuerte para no agobiarla.— Yo… yo soy…— Sé quien eres… — su voz casi en un susurro, su mano se aprieta más fuerte sobre mi brazo como con miedo de que me vaya, de que me aparte de su vista. — Eres mi bebé… eres mi amada hija… lo he escuchado todo Amalia, todo el tiempo los estuve escuchando…Confiesa y es imposible retener mis sollozos. Me inclino y la abrazo, llorando sobre su pecho.¿Cuán impotente debió sentirse?, atrapada dentro de su propio cuerpo, viendo como papá se consumía en la mina para mantenerla con vida, el conocer a mi hermano y luego a mí.Lo ha escuchado todo, las confesiones que hemos hecho ante ella, nuestros miedos y anhelos, nuestros amores y penas, pensando que no nos escuchaba.Después de unos segundos me hice a un lado para darle acceso a mi hermano que también lloró en su pecho como un niño.Incluso él tenía más memorias con ella que y
AMALIANo lo detuve, sé que él necesitaba dar este paso, ganarse por completo la confianza de mi familia y enmendar los malos entendidos.Se inclinó hacia delante frente a ella, aún cargada en los brazos de mi padre, pidiéndole perdón con arrepentimiento.— Incorpórese, por favor, Alfa Ajax – madre le pidió y yo caminé al lado de mi mate para dejar en claro mi postura frente a mi gente – Todos nos equivocamos en el pasado.Le dijo mientras Ajax se enderezaba y pasaba la mano por mi cintura acercándome a él.— ¿Quién soy yo para juzgarlo cuando fui la primera en ser engañada por Alfred? – frunció el ceño— Quiero que quede bien claro, Fergus… digo, Vladímir, el Alfa Ajax, no fue quien me atacó, fue Alfred, el anterior Beta que yo misma coloqué en su puesto. Esa serpiente rastrera aprovechó el caos para intentar eliminarnos y lo maldije. Lo que me quedó de poder lo gasté en ocultarlos a ustedes, de nuestros enemigos.Suspiré aliviada al ver que la última confusión había sido aclarada.—