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Capítulo 58: "Te amo por siempre"

Narrador omnisciente.

Después de semanas de sufrimiento tanto para padres y amigos de Travis y Abby; llegó por fin el día en que ambos abrieron sus ojos y pudieron sonreírle a la vida una vez más. Los chicos tardaron una semana después para poder irse a casa; y poder estar tranquilos. Aunque algo a Travis le carcomía su alma. El saber que Abby tiene una hermana, la cual ahora estaba intentando destruirla por alguna extraña razón. Pero él no podía ser quien le dijera lo que sus padres le han ocultado diecinueve años. Pero también siente...Está en esa horrible necesidad de decirle, porque a decir verdad; jamás le ha mentido a Abby, bueno, hasta hace poco. Travis tiene miedo de que ella se enoje y lo dejé. Lo dejé ahora cuando más está aferrado a ella. La quiere para siempre, la quiere a su lado.

Los chicos se encuentran en casa de Abby y Travis. Ellos están en la sala de juegos mientras sus padres están en el patio asando un par de filetes mientras ríen y comparten anécdotas vergonzosas.

La chica está en las piernas del joven mientras la suave alfombra que Abby decidió colocar cuando recién estaban remodelando la enorme casa, adorna de manera esplendida.

—¿En qué piensas cariño?—le cuestiona la chica interrumpiendo los pensamientos lejanos de su querido.

Travis enreda el cabello castaño de Abby en sus dedos mientras le sonríe y ladea su cabeza delicadamente—No es nada amor.

Liam le ofrece una cerveza y él la acepta viendo cómo Abby coloca sus ojos en blanco y se levanta para irse en dirección a Lydia, quién se encuentra con los mellizos echa un lío. Si, los pequeños ya aprendieron a gatear y no paran de asustar a la peli roja.

—Creo que ya tengo arrugas—dice la chica al ver a su mejor amiga alzando al pequeño Damien. La castaña le sonríe diciendo que es una exagerada y ambas sueltan pequeñas risas.

Jack toma a DaLy y le descarga varios besitos haciendo que la pequeña suelte un pequeño chillido de frustración.

—Uy, está bien; al parecer alguien saco el genio de la madre—dice el chico descargando suavemente a la pequeña.

Lydia le lanza una mirada y niega. Queriendo hacer entender que no debió decir eso.

A simple vista podemos atrevernos a decir que todo está bien. Qué por fin el drama del pasado de Travis, Jack y Liam; acabo. Y puede que sí ¿O no?...

La puerta corrediza se abre con los padres de Abby y Travis sonriendo.

—¿Qué hacen aquí, por qué no comparten con nosotros?—cuestiona la madre del chico mientras se acerca a su hijo y le masajea el cabello.

La relación de ellos ha ido mejorando, obviamente obtuvieron ayuda de profesionales para poder "arreglar" un par de cosas. Aunque Travis se negó al principio, claro. Abby fue quien lo convenció, haciéndolo caer en conciencia que los padres no son para siempre, desgraciadamente. Las personas que amamos se irán en algún momento de nuestra vida y para eso tenemos que estar bien con ellas, para no dejar ningún asunto o REMORDIMIENTO.

Los chicos se miran entre sí y Abby es quien toma la iniciativa.

—Bien, ¡Vamos todos para afuera!—exclama tomando la mano de Lydia.

Jack y Liam toman a los pequeños en sus brazos mientras Travis abraza a su madre. Con el tiempo las cosas se van reconstruyendo. Todos siempre tenemos oportunidades para arreglar nuestras faltas.

—Mamaaaá—alarga Abby con su ceño fruncido.

La madre le responde al salir del salón de juegos: —¿Ahora qué sucede pequeña?

—¿Has visto a Tom? Estaba con nosotros minutos antes de que ustedes llegarán—su entrecejo se frunce mientras da miradas cortas por la amplia sala del primer piso.

—¡Oh sí!—exclama y suelta una pequeña risa—Llego corriendo hacia donde estábamos con un zapato de Travis—susurra

Abby abre sus ojos y bufa. Lamentándose porque no puede controlar a su pequeño (no tanto, bueno de hecho no) hijo perruno. La madre la mira cómica mente y coloca su mano en el hombro de la joven.

—¡Tooooom!—el grito de Travis hace sonreír a Abby y luego niega.

Travis viene bajando con un pie calzado y el otro no, mientras en su cara trae la expresión de "estoy enojado".

—¿Si sabías lo que hizo Tom?—le cuestiona a su novia mientras termina de bajar los escalones. Detrás de él vienen los demás. Y estos ven la escena bastante divertidos.

Abby finge que no sabe nada y niega, tratando de no reír le dice: —Ahora puedes entender el por qué lo regaño ¿Verdad?—eleva sus cejas y su novio coloca los ojos en blanco.

—Lo iré a bus...¡Ah mira quien llegó!—todos siguen la mirada de Travis y logran encontrar al responsable de su enfado.

Tom se acerca a él con su larga cola entre las piernas y con su mirada triste. Travis se arrodilla mientras le dice: —Bien Tom, dime: ¿En dónde está mi zapato?.

Tom alza su mirada y se aleja de él para después volver con el zapato hecho añicos.

—Ugh—solo logra soltar Abby con una mueca.

Los demás se apresuran a salir al patio dejando a Abby y a Travis con el lío.

—¿Qué vamos a hacer contigo Tom? Sí tienes todo un cajón de jueguetes y prefieres tomar nuestros zapatos para jugar—se cruza de brazos.

Abby decide decirle que tienen que colocarle un entrenador, un profesor que le enseñé modales y algunos trucos para que se mantenga ocupado. Travis acepta y decide hacerlo ahora mismo, se contacta con una agencia que busco por G****e y acordaron en que desde la otra semana Tom comienza las clases.

Después de un par de horas todos logran irse después de una tarde de anécdotas, comida, bebidas, risas, chistes; después de una tarde famillar. Travis y Abby se encuentran en el jacuzzi teniendo un tiempo entre ellos dos, ya que con todo lo que ha sucedido no han tenido casi tiempo de estar a solas. Travis siempre mantiene en la empresa, luego de eso va al Gym en compañía de Jack, mientras Abby estudia para su universidad, que dentro de poco inician clases. Abby tiene su rutina de Gym en la mañana para que en la noche pueda estar con su mejor amiga. Y ya pasadas las diez u once de la noche, se encuentran para dormir; Travis y ella solo se dan los buenos días y las buenas noches. Así que ahora están arreglando su horario de cada día.

—¿Entonces dices que sería mejor que hiciéramos como un horario de clases?—cuestiona Travis mientras sujeta sus caderas y la ve fijamente.

Abby asiente mientras descarga un beso leve en sus labios—Si, eso sería genial. ¿No lo crees?, Mira; dentro de poco entraremos a la universidad, y no podemos hacer como estamos haciendo ahora, eso podría acabar nuestra relación. ¿No lo crees?

—No, no lo creo nena. Y si quieres hacerlo; está bien, estoy de acuerdo, después de todo me has hecho mucha falta—la acerca a su rostro haciendo que sus labios choquen a la vez que siente como todo su alrededor desaparece. Cuando sus labios se unen, ambos sienten esa misma sensación de un principio; el deseo intenso, esas chispas de electricidad, como si todo un universo descendiera de lo más profundo de sus seres y se acoplará a ellos como la pintura a un trozo de tela.

Abby sonríe cortando aquel beso desatador de galaxias. Acaricia su cabello, en sus ojos Travis logra ver lo mucho que está chica lo ama, como Abby lo ve; ninguna otra chica lo había mirado.

—¿Y si alguien más llega?—cuestiona Abby con nervios recorriendo todo su ser, se golpea a ella misma por hacer esa pregunta, sabiendo el temor que le inunda su interior por la respuesta.

Travis se queda en silencio, solo se puede escuchar el sonido que hace el agua y sus respiraciones. Lo que no sabíamos era que dentro de Travis se había desatado todo un lío, como una guerra de cólera, una guerra llena de sufrimiento al solo pensar en que Abby se iba de su lado. Trato de controlar su respiración, porque sé sintió ahogado, sin alma, como si ésta se hubiera ido a caminar por las calles del lugar en donde habitan. Pero logró convencer a su cerebro y tranquilizar a su corazón. Miro fijamente a Abby y sonrió, dentro de ella también había la misma guerra y al ver sonreir a Travis; fue como si en aquella guerra alguien llegará, algún ser celestial tomara una bandera blanca e hiciera un enorme ruido de: ¡No! Todo va a estar bien, basta. Y también sonrió.

—No llegará nadie más Parks, y si te llegó a fallar seré yo quien me dispare en el pecho para evitar el dolor que sentiré al no estar contigo. No llegará nadie más Parks; porque tú llegaste y eres la única que quiero para mí.

Abby entorna sus ojos y besa apasionadamente los labios rojos y gruesos del chico. Haciendo que otra vez el universo y toda una galaxia les diera la bienvenida.

Travis toma el rostro de la chica y descarga un beso en su frente.

—Te amo por siempre, Abby—suelta.

Esto era lo último que faltaba para que Abby rompiera en llanto, tanto de felicidad como de dolor. Ella tampoco se veía sin él, ella también lo ama para siempre y lo quiere para ella.

—Te amo por siempre Travis.

Al parecer también Travis soltó una pequeña lágrima, la cual Abby seco con delicadeza.

¿Por fin estáran juntos? ¿Por fin está historia acabará?. Lydia y Jack con sus pequeños, Liam en sus labores, Travis logrando hacer lo que no hizo durante años con sus padres, Abby con el chico que siempre quiso para ella...Todo está perfectamente, todo está en orden.

La pareja después de un largo rato de estar allí decidió por fin ir a descansar, lograron acomodar sus rutinas. La rutina de ejercicio de Abby y Travis será en la mañana, después Travis regresaría a casa junto con su novia/esposa para arreglarse y salir hacia la empresa, al medio día se encontrarían para la comida, en la tarde Abby iría a casa de su mejor amiga a ayudarla con sus pequeños (solo ahora que está en vacaciones). Los horarios de la universidad se los dirán el primer día para así poder reorganizar una que otra actividad, en las noches se dispondrían a descansar y los fines de Semanas lo tomarían compra reunión familiar.

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