He sido una tonta. ¿Qué tanto me costaba tomar el celular y llamar a Alexander para corroborarlo? Nada.
Aquella mujer simplemente me dijo que había habido un atentado en una de las fábricas y que Alexander, para evitar problemas, me quería en un lugar más seguro, uno en el cual estuviera menos expuesta, con menos gente. Todo sonó tan lógico cuando ella lo dijo que, aunque aparentemente todos eran empleados, era muy difícil identificar a un infiltrado a simple vista.
La mujer se veía profesional y seria, así que nunca dudé de su palabra, ni siquiera cuando me direccionó a otro sótano diferente del parqueo que normalmente usamos con Alexander.
—Llamaré a mi escolta —dije en ese momento.
—No será necesario. El señor no quiere que ellas estén ahí; no conf&
Ante la mirada atónita de todos los que me observan, tomo a la pequeña rubia firmemente por los hombros mientras la increpo con fuerza.—¿Hace cuánto?La chica está asustada, lo veo en su rostro, pero no tengo tiempo de calmarla. Sé que no es su culpa, pero en este momento ella no puede importarme menos.—Por favor, Cloe. Necesito una respuesta —exijo, tratando de modular mi voz, aunque sin éxito.—Quince minutos, quizás un poco más —responde por fin.La suelto inmediatamente y busco mi celular para marcar desesperadamente una y otra vez el número de Isabella, pero está apagado. Paso una mano por mi cabello repetidamente, como si eso me ayudara a pensar. "Quince o veinte minutos, eso es mucho tiempo, ya debieron haberla sacado del edificio", grita mi mente.
El vehículo se detiene tras pasar una reconocida zona industrial y llegar a un área de bodegas gigantes, en cuyas calles nadie quisiera transitar de día, y mucho menos de noche.La bodega es la misma en la que estuve hace unos días con Sebastián para finiquitar el tema de Roberto. A pesar de que tiene la misma estructura de espacios amplios, polvo por doquier e iluminación deficiente por tramos, el lugar está repleto de vida. No tengo idea de cómo reunió Richard a tantos hombres, pero aquí están. Mientras atravieso el lugar en búsqueda de su líder, me observan sin dejar de revisar su armamento. Eso hacen: revisan sus armas, la munición e incluso sacan filo a sus cuchillos.Observo muchos tipos de armas: revólveres, pistolas, pero unas cuantas metralletas llaman mi atención de manera especial. El hombre realmente llegó dispuesto a la guerra; no se va a ir con medias tintas.Me siento como dentro de una película de mafia. De esas películas en las que hay guerra entre pandillas, llenas de
—No puedo negar que tienes ingenio —dice Richard, tras colgar la última llamada recibida—. Ese rumor que hiciste correr realmente nos está facilitando el trabajo. Todos están desesperados por encontrar las malditas caletas de los Williams.—No las van a encontrar, yo inventé eso.El hombre me mira con rostro escéptico y luego se ríe.—Yo no estaría tan seguro. Prefiero apostar que eres una especie de vidente y no sabes usar tus poderes.Miro con extrañeza al hombre, quien intercambia miradas con Michael, su hombre de confianza, que por fin nos está acompañando.—Varios informantes nos han confirmado que, por primera vez en su vida, los Williams les pagaron sus nóminas en efectivo y eso, amigo mío, es lo que le dio peso a tu rumor.Las palabr
—Garantízame que seré yo quien le ponga las manos encima a ese tipo —digo, poniendo mi brazo sobre el hombro de Richard y frenando su avance.—No podría ser de otra forma. Me habrías decepcionado si no lo hubieras pedido.Retira mi brazo y habla en tono de advertencia.—Antony es tuyo siempre y cuando respetes su vida. En mis nuevos planes, ese chiquillo será mi moneda de cambio. Así tendré a papá Williams en mi bolsillo para lo que necesito.Nuevamente tengo la sensación de que todo esto es demasiado conveniente para Richard, casi como si yo fuera quien le estuviera haciendo el favor. Estoy a punto de refutar y aclararle que no pienso devolverlo en buenas condiciones cuando vuelve a hablar, casi como si hubiera leído mi mente.—No te preocupes, te garantizo protección y que en la misión de hoy quedarás sin este enemigo, y así será. Lo que sea que le hagas a este muchacho, no habrá mucha diferencia entre que quede vivo o muerto.Me ha dejado muy claro en repetidas ocasiones que hay mu
Lo único que se escucha es el sonido de los sapos y, quizás, de grillos, junto con el de otros animales pequeños que no sé identificar. Richard tiene una mano levantada, pero cuando la baje, ingresaremos a esa casa tratando de tomarlos a todos desprevenidos. El viento helado golpea mi rostro, pero estoy muy lejos de sentirme fresco. El momento decisivo está tan cerca que lo único en que puedo pensar es en llegar hasta esa puerta metálica y liberar a mi mujer.—Calvin —alguien llama desde dentro de la casa, a quien supongo es el muerto que quedó sobre la hierba.La puerta se abre y sale otro muchacho, igual de joven que el anterior, pero con la cara llena de piercings y vaya a saber uno dónde más. Un pequeño sonido de sorpresa escapa de sus labios al encontrarse cara a cara con Richard, quien, sin demora, lo golpea en el vientre, haciéndolo doblarse y expulsar todo el aire, evitando que grite y alerte a los demás. Al segundo siguiente, un gancho en el rostro lo tumba al suelo.—Aún no
Escucho los pormenores de lo que quiere Richard. Él cumplió su parte inicial del trato, así que en este momento no le puedo decir no a ninguno de sus planes. Ya casi llegamos a la "casa de seguridad", según la llaman Sebastián y el propio Richard. Ahí dejaré a Isabella, pero estoy seguro de que no será tarea fácil convencerla de que se quede para poder completar los planes.La tengo a mi lado, pero eso no es suficiente. Ahora necesito garantizar que no vuelva a correr peligro. Los Williams siguen por ahí, en algún lado, y ya deben estar moviéndose tras el escándalo que armó Richard en sus instalaciones. Él había hablado de no dejar testigos para convertirse solo en un rumor, así que no comprendí inicialmente cuando ordenó no matar a esos hombres. Pero ahora está claro: los necesita con vida para que contesten las llamadas de los Williams y hacerles creer que Isabella sigue ahí.Ese lugar está muy lejos, así que eso me ayuda a ganar algo de tiempo y esconderla, pero indudablemente volv
—Todo habría sido más fácil para ti, para todos realmente, si tan solo te hubieras podido casar con Juliana.¿Juliana? ¿Por qué la nombra?—¿Qué tiene que ver Juliana en esto? ¿Dónde está ella? —pregunto, un poco más alerta.Escucho su risa, mezclada con otros sonidos de fondo. Parece que está en la carretera, supongo que rumbo a su encuentro con Richard.—Hacer que te fijaras en ella fue fácil. Era muy bella e increíble en la cama, debo admitirlo. Todo avanzaba de maravilla, pero al fin de cuentas, no era más que una modelito tonta y terminó enamorada de ti.—¿Qué le hiciste? ¡Responde! —prácticamente le estoy gritando al aparato.Mi tío Ronald pone su mano en mi hombro y me hace gestos para que me tranquilice. No debo dejarme provocar y arruinarlo todo, pero es tan difícil. No esperaba este cambio de tema.Antony sigue riendo como loco mientras siento cómo la ira burbujea desde mi estómago y asciende por mi pecho hasta llenar mi cabeza. No amaba a Juliana, pero sí había decidido hac
Estoy en medio de una prueba de valor y lealtad. No veo otra explicación a mi participación en esta incursión. No me importan las montañas de dinero que dicen están en el interior de ese edificio, pero me motiva ver la cara de los Williams al saber todo lo que perdieron en menos de veinticuatro horas.El celular vuelve a sonar y me doy cuenta de que es Sebastián, pero no quiero contestar, así que quito el sonido y lo guardo de nuevo en el bolsillo.Me pasan una máscara y me la pongo de inmediato. Las calles del barrio están vacías, lo cual agradezco, pues no hay forma en que cinco camionetas negras con vidrios oscuros, en caravana, no llamen la atención al estacionarse.—Una vez que estemos en el cuarto piso, mandas tú —dice Michael.—¿Qué? —pregunto con incredulidad.—El jefe está ocupado, así que tú eres el siguiente en la cadena de mando. La primera parte está planeada, pero adentro, tanto dinero será una tentación. Deberás amarrarte los pantalones y mostrarte muy seguro para que l