Capítulo 48

Nathan

Estaba acostado en mi cama dormitando cuando la escuché. Gemía fuerte y pronunciaba el nombre de uno de los malditos bastardos que frecuentaban la casa. Enfurecí. No quería que nadie la tocara, no quería escuchar cómo otro se la follaba. Me cubrí los oídos para no oír nada. Cuando creí que ya había acabado, me levanté de la cama y salí de la habitación. Esperaría que saliera para hablar con ella. Dos parejas más estaban teniendo sexo en las otras habitaciones.

Una puerta se abrió y vi salir a un sujeto, bajo y gordo, que debía tener al menos cincuenta años. Me miró de soslayo y continuó su camino como si nada.

Un minuto después, ella salió de la misma habitación. La llamé diciendo su nombre. Se detuvo y se giró, pero no me miró.

—Dame un número —demandé en tono autoritario.

—Nathan, no…

—Dame un jodido número —siseé entre dientes.

Christa alzó la mirada y me vio sorprendida.

—No te preocupes por mí, estoy bien —aseguró, evadiéndome una vez más. Sin embargo, no estaba cerca de d
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