Han pasado un par de días desde ese incidente, Massimiliano no ha sido el mismo, ha tardado en poder dormir y descansar, los cuidados han sido mínimos pero el daño emocional ha sido fuerte. Nos encontramos esperando nuestro vuelo a Vermont. La abuela debe de estar encantada y siento que esto va a ayudarnos.
Las cosas en casa han dejado de estar tan tensas desde aquel incidente. Michael aún se siente un tanto consternado y no es para menos al encontrar a su padre tirado en el suelo del baño con un frasco de pastillas en su mano.
Por otro lado Massimiliano se ha disculpado con nosotros casi a diario. Ha prometido mantener su problema con el alcohol lejos de nosotros.
Escucho como llaman a nuestro vuelo y Massimiliano se pone de pie con mis dos maletas de mano.
El almuerzo se termina y comienzo a juntar los platos sucios cuando escucho la voz de mi padre. —¿Así que…piensas casarte con mi hija? —mi espalda se tensa y me giro en dirección a Massimiliano. —Así es, señor —carraspea un poco y mi padre asiente frotándose la barba. —¿Y no dirás algo así como… si usted me lo permite?, no creo que sea un buen ejemplo para tu hijo —Massimiliano arregla el traje color azul que lleva. —Claro, pero creo que sería un acto de hipocresía al montar toda aquella escena hace unos meses y después decir que me casaré con su hija si usted me lo permite —mi padre asiente. —Es bueno… pero de igual manera, deberías pedírmelo —Massimiliano asiente. —¿
Trato de no pensar demasiado pero es imposible. Estoy preparándome para mi boda. El día ha llegado y parece que fue hace unas horas que corríamos en búsqueda de atuendos para usar. Coloco un mechón rubio que se me ha saltado y continuo maquillándome. He seleccionado un vestido color piel. Queda al cuerpo y me da una excelente figura, es sencillo pero elegante. Suspiro al verme por última vez en el espejo y obligo a mi cuerpo a reaccionar. Debo bajar. Salgo de mi antigua habitación y camino hacia las escaleras, no sin antes toparme con la tan familiar fotografía de la abuela con papá y yo en una feria. —Vamos —me digo a mi misma. Bajo las escaleras resonando mis plataformas y escucho como la abuela anuncia mi llegada.
Portofolio es… mágico. Tomo una larga bocanada de brisa marina. Hemos vuelto aquí.Hace 4 meses que Massimiliano y yo decidimos unir nuestras vidas para formar una familia… nuestra familia.—I mio amore —escucho la voz de Massimiliano acercándose al enorme balcón de su casa. El lugar es precioso. Estamos por sobre las montañas y bajo de nosotros está el mar dando un paisaje natural y pacífico.—Hola —digo al sentir su piel y sus besos en mi mejilla.—¿Cómo estás?, ¿Qué te parece esta vista? —suspiro—Asombrosa —beso sus labios.&md
ResumenMi vida bien se podría resumir en la vida perfecta de la heredera de miles de millones de dólares, sin embargo hoy concluyo que el dinero no lo es todo, si puede darte felicidad momentánea, viajes, ropa, lujos, pero cuando llegas a casa te das cuenta que lo único que tienes eres tú… eres tu y tu mente. Y ese es el gran problema.—¿Qué haces aquí?, ¿tu no eres la niña de Denti? —empujo una copa de vino antes de asentir al atractivo hombre que está frente a mi—. ¿No te va a regañar tu papá?—¿Acaso tú vas a decirle? —contesto casi de inmediato y su boca se ladea un poco tratando de dibujar una sonrisa.—Te conozco… eres Virginia, Virginia Denti —rue
VirginiaEs imposible pensar que un par de fajos de billetes puedan realmente darte todo cuanto necesitas… me refiero a que, debe de haber algo más en esta vida que solo contar billetes y viajar. Y lo he intentado, la escuela, terapia, recreación… esto no incentivó nada en mi. Después papá sugirió que trabajara para él, pero la verdad es que jamás me daría un trabajo real. Por Dios, es Massimiliano Denti, solo tengo que dedicarme a disfrutar de su fortuna ¿quién no sería feliz con ello? ¿yo?, estoy realmente cansada de esta vida.Por si fuera poco ahora he terminado con mi último novio. La relación termino por tornarse monótona y algo vacía, siempre lo mismo y él solo… estaba conmigo y miraba con aquella devoción a mi padre… si tan solo no hubiese sido tan aburrido… Miro a mi alrededor y el chico de la b
Virginia—Ustedde nuevo —digo mirando al atractivo hombre frente a mí. No soy de estaturamedia ni siquiera de estatura pequeña, soy una mujer alta y él me saca unacabeza.—Penséque serías genero
VirginiaAbro los ojos y miro como el atractivo hombre sigue recostado a mi lado. Tiene la boca ligeramente abierta y se le ve sumamente relajado. Muerdo mis labios y sin pensarlo más me pongo de pie de la cama. Tomo mi bolsa de equipaje y mi bolsa de mano. Voy hacia el baño, lavo mi rostro, tomo una toalla y un poco de desmaquillante para liberarme del maquillaje y terminar de colocarme un par de ropa y mis zapatos deportivos.Al abrir la puerta doy un vistazo hacia la cama y sigue extendido en ella. Le dedico una última mirada, su cuerpo es perfecto, musculoso y grueso, su miembro descansa haciéndolo parecer un modelo de revista nudista o algo parecido, sus proporciones son perfectas y me es inevitable recordar lo bien que la pasamos anoche. Mis ojos se cierran y aun puedo sentir sus manos recorriéndome, trago saliva y no me detengo más o terminaré montada en él de nuevo. Abro la puerta de la salida para llevar
StefanDespierto y sin abrir los ojos me percato de que ella no está. Me pongo de pie de inmediato haciendo que me maree un poco, y como puedo reviso cada uno de los lugares de la habitación pero no hay rastro de Virginia.—Mierda —tomo mi móvil y miro varios mensajes de Rex, mi jefe de seguridad. Se ha ido hace tres horas… llamo y timbra una vez—Jefe…—¿A dónde? —digo molesto.—El GPS dice que está en su casa —carraspeo y paso una y otra vez mis manos por el cabello. Se ha ido, tenía que retenerla, no puedo… no quiero dejarla ir, lo he planeado todo, ella tiene que estar conmigo.—Bien, mantenla vigilada —y termino la llamada. He planeado cada uno de mis pasos para que esta semana ella me conozca y tener la posibilidad de acercarme