Él.
La miro ligeramente adormilada y no puedo creer que haya sucedido al fin. Me siento enfermo al pensar de una manera tan obsesiva. Pero me importa poco. Jenna tiene que ser mía, hoy y cada noche. La quiero mía, la necesito mía.
¿Pero qué mierda me pasa?, jamás me había sentido tan bien en el sexo. Y no tuve muchas parejas después de Andrea jamás quise estar con otra mujer hasta que Jenna llegó. Y que mujer. Su piel fue para mí adicción pura. Parecía un drogadicto con una caja llena de cocaína. No podía parar de besarla.
Jenna, Jenna, Jenna. Te metiste en mi cabeza y de qué manera. Una parte de mí sabe que puede estar jugando conmigo, que puede que solo disfrute un par
Apenas he conseguido que el señor… perdón, que Massimiliano salga de mi departamento.No me he percatado de la hora. A las 8 es la fiesta sorpresa que Paulino le ha organizado y yo ni siquiera he tomado una ducha. Corro a prepararme y al salir aún con el cabello mojado me coloco un camisón y comienzo a secarlo de forma rápida. Lo llevaré suelto pero retocaré mis rulos rubios.Cuando por fin he terminado de peinarme paso a maquillarme. Coloco una sombra de ojos color negro en combinación con un azul metálico que es el color de mi vestido. Me pongo labial color rojo, mascara y demás.Corro al armario y saco el vestido que hace un par de semanas he comprado. Es un color precioso. Azul metálico, largo, llega hasta el suelo y
—Madre —habla y la mujer hermosa junto al hombre de poco cabello e impresionante altura se pone de pie—. Ella es Jenna Moore, mi pareja.Mi boca cae al suelo y por poco me ahogo. ¿Qué ha dicho?, ¿Qué?, ¿pareja?—Señorita, mucho gusto soy Clemente —estrecho la mano del hombre casi en automático.—Mucho gusto soy Antonietta —hago lo mismo con la mano de su madre y lo miro casi sin poder comprender lo que ha hecho. Ni siquiera me ha preguntado nada. Ni siquiera me ha dicho si puede llamarme así. ¿Qué cree que soy?, un objeto que puede sacar a lucir en una fiesta y presentarla como si fuera su pareja y…—Vaya, Michael me mencionó algo pero
Subo a mi piso y libero la cerradura del seguro. Coloco las llaves en la mesa del recibidor y voy directo a mi habitación.Tomo mi maleta y comienzo a guardar ropa necesaria para aquel lugar. Jeans, pantaloncillos cortos, converse, blusas con mangas, chamarras y un par de sudaderas. Mi ropa interior y un par de pijamas.En un bolso más pequeño guardo mi maquillaje y demás cremas para el rostro y cabello. Tomo el cargador de mi móvil, mi portátil y mi agenda. Voy al baño, tomo mi cepillo dental y lo adentro en la maleta. Es todo.Tomo un pantalón deportivo y una blusa holgada y me libero del hermoso vestido azul metálico. Lo coloco sobre la cama y salgo con mi maleta.Camino en di
Él.—No me contesta, no me contesta —camino de un lado a otro por el lugar. He decidido salir de la fiesta. Paulino me mira expectante.—Tal vez quiere estar sola, lo que sucedió no fue algo de poca importancia —asiento quitando el puro a mis labios.—No tenía que haberse ido. No me puede dejar, ¿entiendes? —Paulino me mira preocupado, sus cejas están juntas y mira de un lado a otro.—Amigo, deberías de esperar a que ella llame, que se sienta tranquila y…—¡NO, NO VOY A ESPERAR A QUE ELLA LLAME! —mi voz retumba en la recepción. Llevo tres días en Vermont. Mi abuela no ha despertado. Los doctores han dicho que las cosas se han complicado pero no han declarado nada más.Tomo el móvil y lo enciendo. Desde que llegue tomé la decisión de no revisar ni una sola notificación, pero… he sufrido y a montones por saber de Massimiliano.He soñado con sus manos, sus besos y su voz ronca. No puedo más. ¿Qué puede hacer una mujercita destruye familias?, ¿Qué puede hacer?Las notificaciones llegan y comienzo por la más reciente. Es un mensaje de Paulino.>Paulino 6:45pm<Sé que te dije que te tomaras tu tiempo pero… llámame en cuanto leas esto.Capítulo 16
Camino de un lado a otro tratando de hacer que el tiempo pase más rápido. Mi padre se ha ido a casa a darse una ducha y dormir un poco.Miro de nuevo a mi abuela que luce pálida y sin fuerzas. Sonrío al pensar en lo que pudiera decir si ve a Massimiliano. La enfermera abre la puerta de la habitación y me sonríe.—¿Qué tal? —sonrío a fuerzas y la mujer se acerca a cerciorarse que todo esté en orden cuando noto que mi abuela comienza a mover su brazo derecho—. Rosemary…Me acerco casi de inmediato y tomo su mano izquierda.—Abuela… estoy aquí, soy Jenna —en su rostro se dibuja una sonrisa muy amplia.&m
Trato de no detenerme, sigo caminando por el pasillo.—Jenna —escucho su voz pero no me quiero volver. ¿Para qué?, esto no se podría haber complicado más. Primero su ex mujer, su hijo y ahora mi papá—. Jenna.Me detengo en seco y le miro. Las enormes ojeras hacen que sus ojos luzcan más tenebrosos y oscuros.—Él… lo aceptará —alzo una ceja, ¿de verdad?—Mi padre no lo aceptará… esto es una decisión ¿sabe?, primero su ex mujer, su hijo, ahora mi padre… —alza su mano hasta mi rostro.—Puedo con todo eso, si es por ti —tomo un largo suspiro
Trato de no detenerme, sigo caminando por el pasillo. —Jenna —escucho su voz pero no me quiero volver. ¿Para qué?, esto no se podría haber complicado más. Primero su ex mujer, su hijo y ahora mi papá—. Jenna. Me detengo en seco y le miro. Las enormes ojeras hacen que sus ojos luzcan más tenebrosos y oscuros. —Él… lo aceptará —alzo una ceja, ¿de verdad? —Mi padre no lo aceptará… esto es una decisión ¿sabe?, primero su ex mujer, su hijo, ahora mi padre… —alza su mano hasta mi rostro. —Puedo con todo eso, si es por ti —tomo un largo suspiro —Esto es mucho más difícil —siento como se acerca a mí hasta plantar sus labios en los míos. Cuanto los he deseado. Le correspo