ELISE.
Sonrío al verlo salir del restaurante, está furioso e indignado por lo que acabo de hacerle, ni si quiera mira atrás cuando sale del lugar, su rostro va erguido, su postura muy diferente a la patética, que tuvo aquí. Veo ese traje viejo que le queda grande y que sin duda alguna no es de él.
Minutos después entra Thiago, mi mejor amigo, mano derecha y confidente, al ver mi sonrisa maliciosa rueda los ojos y se sienta donde minutos antes estuvo Martin, pide comida y mientras esperamos solo me mira fijamente, al ver que no le digo nada, se apoya en la mesa y empieza a hablar.
— Eres una m*****a — me acusa
—¿Yo? —pregunto con inocencia
—¿Que le dijiste que salió despavorido, o que le hiciste? —lo ignoro y bebo de mi copa
—, nada —contesto cuando termino —El solo no aceptó mi propuesta —
—¿Qué le habrás propuesto? —
—Simplicidades — digo restándole importancia con la mano —él se asustó, y se fue —
— Seguramente lo drogaste o le ofreciste sexo, una de dos —e guiño un ojo — Lo sabía, eres una perra — chocamos las copas — Te amo El, eres una genio — Yo pensé que después de cómo se comportó anoche, iba a aceptar, o iba a estar feliz de que le propusiera sexo —
—Ay niña, ¡Es virgen, por Dios! —me explica Thiago —¿Que esperabas? —me encojo de hombros
—No lo sé, pero su comportamiento solo me confirmó que cuando está borracho deja de ser tímido —
—Ni si quiera ha tenido agallas para tener sexo, piensas que las tendrá para ser tu próximo juguete sexual —
— Bueno no se lo ofrecí así, sin pelos en la lengua — la comida llega y nos callamos mientras nos sirven
— ¿Entonces porque salió como si le hubieras bajado los pantalones y le hubieras hecho una mamada sin su consentimiento? —
—Pues porque le puse suero de la verdad en la bebida — vuelvo a encogerme de hombros y bebo de mi copa
—¿Pero tu estas loca o qué? — me pregunta incrédulo
— Ay Thiago, tú sabes que jamás contrato a nadie sin saber todo de el con anticipación — el asiente
—Es cierto, los investigas, contratas personas y todo para que te den información, pero hoy lo drogaste El. ¡LO DEOGASTE! — ruedo los ojos
— Ay deja tu drama — le regaño — Después de Giacomo, jamás volveré a confiar en alguien —
— Lo entiendo —mi mano y mis ojos se llenan de lágrimas —Ese maldito te trastornó, pero tranquila, aquí estoy y no dejaré que nadie te haga daño —le sonrío
—Lo se Thiago, en ti es el único que confío — me guiña un ojo
—Bueno, ¿qué descubriste en tu delito? —rio
— Pues nada, que es todo un bebé y un ángel. Así que le ofrecí el trabajo —sus cejas se hunden
— ¿Y porque se fue? — indaga
— Porque le aclaré que será mío, que haré con él lo que quiera y que no podrá hacer nada para evitarlo —Thiago suspira
—Tu, sí que eres un caso El —ríe — Contigo siempre hay sorpresas — rio también
—'Por eso me amas — guiño el ojo y chocamos las copas
HORAS DESPUES.
Llego a casa exhausta, cierro la puerta, me saco lo tacones y los llevo en la mano hasta mi habitación, ahí los dejo en su lugar, el bolso también y me saco la ropa, me envuelvo en una toalla y pongo a que se llene la bañera.
Saco mi teléfono y reviso mis correos, veo las invitaciones a eventos, respondo a todos, afirmando o declinando la invitación, luego entro a mi W******p y veo los mensajes, respondo a todos hasta que me topo con el de Jon Vander Vall.
Infeliz.
"Señorita Remington, nuestra empresa no se siente contenta que una mujer sea su jefa. Por lo tanto, para el día de mañana solicitamos una reunión, con usted y mis directivos para que nos demuestre de lo que es capaz "
¿Es enserio?
Ruedo los ojos, porque estoy harta. Desde hace meses solicite ayudar a esta empresa para llevarla a nivel internacional, pero en la última reunión que tuvimos y que debía ser la del trato hecho, apareció un hombre, el cual era el jefe y dueño de la empresa, para el cual, las mujeres no deben ejercer cargos, prosperar más que los hombres y mucho menos ser millonarias.
Lo sé, un completo imbécil.
Tiro el teléfono a un lado y voy a mi tina, pero antes de entrar, regreso por el teléfono y pongo música lenta, me meto a la tina y gimo al sentir el agua caliente hacer contacto con mi piel. Una vez ya sumergida debido relajarme por completo y paso ahí 55 minutos en los cuales al salir me siento muy bien. Me saco el maquillaje, lavo el rostro em hecho las cremas y el bálsamo labial, mi celular suena y veo quien es:
Maldito.
Eso quiere decir Giacomo, antes estaba como Mi amor, pero después de lo que me hizo lo cambie, y aunque le he dicho mil veces que borre mi número y deje de fastidiarme, pues el sigue insistiendo. Dejo que la llamada termine, mientras me seco, me echo crema humectaste en el cuerpo, y peino mi cabello para hacer dos trenzas y poder descansar, para ese momento, ya ha hecho 30 llamadas. Ruedo los ojos cuando la llamada número treinta y uno lega, decido contestar.
— ¿Qué quieres? — me acuesto en la cama
— ¿Podemos hablar? —cuestiona
—Ya estamos hablando v ruedo los ojos —Di, lo que vayas a decir y deja de hacerme perder el tiempo —
—Lo siento Eli, tú sabes que lo nuestro fue verdadero, yo... —
—¿Para eso em llamaste? — indago con enojo —¿Para eso hiciste que dejara a un hombre desnudo y listo en mi cama? —es mentira, pero igual ayuda a que se sienta mal
—¿Estas con un hombre? — pregunta
—Si, toda la noche hemos estado juntos y lo estaremos hasta que amanezca —gimo —Es que me vuelve insaciable, jamás había experimentado un sexo tan exquisito — rio en silencio
— Sabes que te amo ¿verdad? — vuelvo a rodar los ojos
—Pues si me amaras, no hubieras metido tu pene en el hueco de mi hermana. Así que cuelga, y déjame seguir disfrutando de este bombón —
—Lucharé por ti Eli —
— Sera perder tu tiempo, porque no me recuperarás, jamás, lo harás — cuelgo y apago el teléfono, no sin antes poner la alarma
Rio por las tonteras que le dije y me dispongo a dormir. Aunque ahorita estoy riendo cuando descubrí la traición de Giacomo con mi hermana, morí. Algo en mi se rompió, o se desvaneció, jamás imaginé que mi hermana me pudiera hacer esto y el amor de vida traicionarme de esa forma, así que luego de pasar meses, llorando, encerrada y solo viendo N*****x, me levanté, y seguí adelante, pero no puedo volver a confiar, en nadie, solo en Thiago.
AL DIA SIGUIENTE.
Me levanto descansada, me ducho, y decido que ponerme, ya que hoy es la reunión con el imbécil machista, opto por un vestido negro ajustado a mi cuerpo, mi cabello lo dejo en ondas y me maquillo natural, agarro el bolso y salgo de casa lista para mostrarle a ese machista imbécil quien es Elise Remington.
Llego a la empresa con cinco minutos de anticipación, y me llevan a la sala de conferencias, toco y entro al lugar. Hay muchos hombres los cuales me miran de abajo hacia arriba mostrando lo imbéciles que son, internamente sonrío y me paro derecha.
—Buen día señores — saludo con respeto — Espero no haberlos hecho esperar mucho —
—Para nada, señorita Remington —dice el machista — Puede pasar —siento y camino hasta ponerme frente a ellos, saco mi tablet y la conecto a la sala de conferencias para pasar mis diapositivas, tomo un poco de agua ante la atenta mirada de todos ellos y me preparo para hablar.
— Buen día —miro a la puerta y la confusión se apodera de mi
¿Qué hace aquí?
ELISE — ¿Usted es? — Vander Vall le pregunta viéndolo de abajo hacia arriba Infeliz — Es mi acompañante —digo haciendo una seña para que entre, él lo hace con timidez y cierra la puerta —Martín, por favor acérquese —le pido —Lamento que se haya retrasado, estaba estacionando mi Ferrari — sonrío y él llega a mí, le entrego la Tablet — Cuando te mire deslizas para pasar las diapositivas —asiente y comienzo Muy bien. — Bien caballeros, como ustedes saben soy Elise Remington, dueña de Remington Incorporations y motor de cientos de empresas que se han convertido en las más famosas en el mundo — hago una pausa y miro a cada uno fijamente por unos segundos —Les presenté mi plan de trabajo con ustedes, los pasos a seguir, las metas a lograr, los objetivos a cumplir, pero al parecer eso no les convenció y me llamaron para que se los diga en la cara —miro al señor Vander Vall — Soy capaz de convertirlos para finales de año en la mejor empresa de esta cuidad, soy capaz de llevarlos a un nue
MARTIN. Estoy aferrado al asiento, literal, estoy tan aferrado que siento que en cualquier momento haré huevo en asiento de tanto que lo aprieto. Miro al frente y noto como los autos pasan a gran velocidad a nuestro alrededor, también me doy cuenta que algunos pitan y nos insultan, mis ojos van a la conductora que sonríe mientras maneja este auto como si fuera a lanzarse del puente en cualquier momento. Tal vez lo haga. Aprieto el cinturón de seguridad, trago grueso al sentir mi corazón latir desenfrenado, al notar que una gota de sudor cae de mi frente y eso me hace dar cuenta de que estoy sudando, también de que mi cuerpo está temblando. No sé porqué Elise Remington maneja de esa forma, no se porque me subí al auto, no se porque no tuve seco cuando tuve la oportunidad. Ahora moriré, sin ni siquiera, haber hecho el amor. Que patética vida. Pasamos el puente y veo edificios que se acercan a toda prisa, para mi alivio, Elise reduce la velocidad ya que entramos a otra parte
MARTIN. Estoy aferrado al asiento, literal, estoy tan aferrado que siento que en cualquier momento haré huevo en asiento de tanto que lo aprieto. Miro al frente y noto como los autos pasan a gran velocidad a nuestro alrededor, también me doy cuenta que algunos pitan y nos insultan, mis ojos van a la conductora que sonríe mientras maneja este auto como si fuera a lanzarse del puente en cualquier momento. Tal vez lo haga. Aprieto el cinturón de seguridad, trago grueso al sentir mi corazón latir desenfrenado, al notar que una gota de sudor cae de mi frente y eso me hace dar cuenta de que estoy sudando, también de que mi cuerpo está temblando. No sé porqué Elise Remington maneja de esa forma, no se porque me subí al auto, no se porque no tuve seco cuando tuve la oportunidad. Ahora moriré, sin ni siquiera, haber hecho el amor. Que patética vida. Pasamos el puente y veo edificios que se acercan a toda prisa, para mi alivio, Elise reduce la velocidad ya que entramos a otra parte
ELISE. Llego a casa y tiro el bolso por cualquier parte, escucho como la tablet recibe el golpe, pero lo ignoro, estoy furiosa. — Ay niña, no golpees la tablet —ruedo los ojos y me dirijo a la cocina —¿Ahora que te pasó? —lo ignoro y me sirvo una copa de vino Ante su atenta mirada me saco la ropa y solo me quedo en ropa interior y me siento en los bancos de la cocina, él se acerca y se sirve también, sabe que cuando estoy enojada y cansada no quiero hablar, pero también sabe, que a él se lo contaré, confío en él. — Es un idiota — hablo —¿Quién bella? —pone su mano sobre la mía —¿Tu nuevo juguete? — asiento — Él se rehúsa a ser mi juguete, es más, hoy se atrevió a criticarme por aceptar una cena — —¿En serio? —vuelvo a asentir —Si, el muy descarado, se atrevió a decirme que merezco algo más, que un polvo de una sola noche — — Ay, ternurita — hace un puchero y ruedo los ojos — Déjate de ternurita, el mocoso ese cree que por sus palabras hermosas no gozaré de un buen polvo —
MARTIN. Al día siguiente me levanto temprano para dejar cocinado para mamá, me acerco a su habitación y la encuentro aún dormida, beso su frente y bajo a cocinar, dejo el pollo guisado en el microondas con la ensalada y el pure de papas en la mesa, también el jugo de naranja lo meto a la nevera recordando que ella ama las bebidas bien heladas. Luego saco el traje de papá de atrás de la nevera y voy a vestirme, ya que solo tengo un traje y es de papá, anoche que llegué, luego de estar con Ben y Tim, lo lavé y lo puse detrás de la nevera. Me veo al espejo cuando ya estoy listo y me siento un tanto incómodo, ya que el traje si me queda flojo, pero es lo único presentable que tengo para trabajo. MI ropa normal son jeans, y camisetas llanas o con algún estampado nada más, agarro mi maletín y me subo a mi bicicleta para ir a trabajar. Como ayer terminé mal con Elise, llamé a su ayudante y el me dio la dirección de donde iba a estar, para después decirme que tenga buena noche. Llego al
ELISE. Noto como en varias ocasiones que Martin gira su cabeza y me mira, no lo miro porque estoy conduciendo y no quiero terminar en un hospital con muerte cerebral, o cuadripléjica sin poder moverme. ¿Segura que es solo por eso? Su mirada me pone un tanto nerviosa, no me mal entiendan, muchos me miran, muchos me observan, cada día y cada oportunidad que tienen, pero Martin no es como ellos, él es diferente, para él no soy solo un buen trasero o un buen par de tetas, por eso me pone un poco nerviosa. Pará el, soy diferente. Suspiro notando que faltan como 20 minutos para que lleguemos al lugar, pienso en que debí drogar otra ve a Martin para hacerle preguntas y el me contestara con la verdad, pero no pensé en eso y ahora no sé qué decir. Elise Remington, jamás se queda sin que decir. Pará mi suerte el celular de Martin, suena y dejo salir un respiro de alivio, él se disculpa y contesta la llamada. —Aló — suspira — Necesito que se quede hasta la noche por favor, cuando lle
MARTIN Al despertarme y dejar cocinado para mamá, me visto con la camisa blanca y el jeans negro ajustado que me compro ayer, decido, esta vez usar un poco de gel y peinar mi cabello para verme un poco más profesional, al terminar miro mi reflejo y me siento bien con el resultado. Bajo las escaleras y me encuentro a mamá desayunando, al verme abre los ojos sorprendida. — Wow. ¿Y es modelo quién es? — sonrío ante su ocurrencia y me acerco a darle un beso en la mejilla — Uniforme del trabajo mami, tengo que estar bien presentado para los dueños de las empresas en las reuniones — ella asiente — Ay hijo, no tenías que trabajar. Yo estoy bien aquí y de esta forma — tomo su mano — Lo sé, pero ambos también sabemos que necesitamos dinero para comida, servicios básicos, las cuentas y otros gastos importantes — ella baja la mirada —Entiendo mi bebé — me levanto y beso de nuevo su mejilla —Tim, vendrá en una media hora mamá. Hasta que consiga otra persona que te cuide, el estará haciénd
LISE —Ay mi virgensito — ruedo los ojos ante lo que Thiago dice — Cada vez, lo amo más — —Ya deja de decir tonterías, el solo lo hizo porque… porque si —me encojo de hombros y voy por un vaso de agua —Ay nena, ni tú te lo crees— lleno mi vaso con el líquido vital —Martin, es todo lo que has esperado — lo miro —¿De qué rayos hablas? — el me mira —Martin es atento, educado, detallista, sincero, tierno, y todo un amor. Él es todo lo contrario a la cucaracha de tu ex— asiento —Aunque lo niegues de por vida, no solo te interesa su virginidad, también te hace sentir bien cómo te trata — sonrío sin pensarlo —Tienes razón, él es diferente — susurro solo para que yo oiga —Si, y será quien robe tu corazón — suspiro con pena —Mi corazón ya no puede enamorarse otra vez — termino de beber mi agua y me siento frente a el —Él se lo llevó todo — Thiago solo me mira —A veces uno cree eso, pero el amor siempre se presenta sin avisar — lo miro — Sólo piénsalo — —Soy mayor que él, es un niño —