MARTIN.
— Lo siento... yo —carraspeo —Fue un accidente —sonrío tímido y estrecho su mano —Mucho gusto — ella a acepta y la suelta después
Buen inicio Martin.
Vuelvo a intentar secar o quitar la gran mancha en mi entrepierna y como es de esperarse no tengo éxito, intento unas veces más, y nada, un carraspeo me hace levantar la cabeza. Elise me está mirando fijamente, con cautela miro alrededor notando que todos me están viendo, rio tímido por segunda vez y regreso la vista a Elise.
— Tome asiento señor Wesley — me indica con su mano, trago seco y lo hago —¿Desea algo de beber? — cuestiona y agradezco su gentileza
—Agua por favor — llama al camarero, le indica las bebidas y me ve luego
Admito que la borrachera no me dio oportunidad de admirar a esta hermosa mujer. Sus ojos son verdes y te hacen mirarlos fijamente, su nariz es perfilada, sus labios son carnosos, y los lleva de color rojo sangre, lo que la hace mucho más hermosa. Su piel es de color de la porcelana y su cabello largo, lo tiene en ondas que caen por sus hombros.
Sin duda alguna, esta mujer es una cosa bien hecha.
— ¿Ya va a dejar de analizarme? — suelta de repente y mis mejillas se tiñen de rojo, bajo la mirada avergonzado —No se preocupe, sé que soy hermosa — asiento sin alzar la mirada
—Sus bebidas señores, y el menú —
Gracias al cielo.
— Salud — propone ella y choco mi copa con la suya
Bebo mi vaso entero y eso hace que me relaje un poco, me siento con la espalda resta, el rostro serio y mi mirada fija en ella, pienso en que decir ya que su belleza me deslumbra un poco, me hace preguntarme si es belleza natural o cirugías, si está consciente de lo hermosa, despampanante, maravillosa que se ve. Decido dejar de mirarla como un acosador o enfermo y centro mi vista en el menú, nunca he comido nada de esto, ni conozco los platos, así que, armándome de valor, miro a Elise una vez más.
— Aquí la comida es deliciosa ¿verdad? —cuestiono, ella me mira y sonríe
— Deliciosa es poco, aquí es exquisita — asiento —¿Ya sabes que vas a comer? — indaga
—Todo se ve deliciosos, si, ya elegí —
Mentira
—Perfecto — llama al camarero y enseguida reviso los platos para decidirme
—¿Qué desean servirse? — saca su libreta, dejo de escuchar lo que Elise le pide y reviso de nuevo, no sé qué platos son, hasta que mi mirada encuentra la palabra "costillas".
Bueno, eso es algo conocido.
— ¿Y usted señor? —pregunta mirándome, carraspeo y le señalo lo que quiero, el asiente y se va
Suspiro.
Tranquilo, solo es una entrevista de trabajo.
En un restaurante de cinco estrellas, donde todos parecen que llevan ropa de miles de dólares, y aquí estoy en medio de ellos, con un traje de los 80', que era de mi padre y ahora lo uso yo, es por esa razón que me queda grande y seguramente me veo ridículo con él.
— ¿Tu nombre cuál es? — me doy cuenta que tiene una libreta sobre la mesa y un bolígrafo en su mano
— Martin Alfredo Wesley Sanders — respondo y hundo mis cejas en confusión
—¿Cuántos años tienes? —
—25 años, pronto cumpliré los 26. En unos cuatro meses — de nuevo hundo mis cejas
— ¿Vives con alguien? —
— Mi mamá, ella es muy importante para mí. Cunado quise mudarme, nos enteramos que tenía cáncer, así que me quedé —asiente
— ¿Este trabajo es para ayudarla a ella? —
—Si, mamá ya está en entapa terminal, se rehúsa a ir a las terapias y tomar los medicamentos, pero descubrimos que hay una operación que puede salvarla. Ella no quiere ir, pero yo la llevaré, porque no estoy listo para perderla, no estoy listo para verla rendirse y no estoy listo para dejarla morir —vuelve a asentir y escribe
— ¿Qué hay de ti? — la miro — ¿Qué quieres hacer? — esa pregunta me toma de sorpresa, el camarero llena otra vez mi vaso, le agradezco
¿Qué quiero hacer?
Nunca me había cuestionado eso, antes de lo de mamá, quería ser escritor. Había escrito historias, y las había enviado a concursos, pero mamá enfermó, así que lo dejé y me concentré en ella. Ahora no losé, aun quiero ser escritor, pero mi prioridad por ahora es mamá.
— Escritor — es lo que respondo
— ¿Si trabajas para mí, me traicionarías alguna vez? — hundo las cejas
— ¿Qué tipo de traición? —
— Soy alguien importante, me refiero a contar cosas privadas mías para ganar dinero, o cosas similares —
—Claro que no. Mi madre me crio muy bien, no soy una rata, soy fiel — asiente
—¿Tienes novia? — hago una mueca
—¿Qué tiene que ver eso con la entrevista? — cuestiono
— Debo conocerte, antes de darte el trabajo — sigo mirándola raro —Y si, tu vida personal también —ruedo los ojos
—No, no tengo novia — asiente y bebo un poco más de agua
—Así que eres virgen — escupo el agua haciendo que algunas gotas caigan en la hoja, ella levanta la mirada y me sonrojo
—Perdón, perdón, perdón. No fue mi intención, solo que la pregunta me tomó por sorpresa —
—Por tu reacción... Aun eres virgen — rectifica
— No, claro que no —digo, ella sonríe —Bueno, si lo soy, pero eso no es el punto — ella ríe
— ¿Por qué me nalgueaste anoche? —
—Porque estas super buena, tu trasero es firme, lo sé porque lo toque y perdón por la falta de respeto, pero borracho hago estupideces así que lo siento —
¿Por qué dije eso?
Podría ser mi jefa por Dios.
— Así que me consideras super buena ¿eh? — indaga y asiento
No, no asientas.
— Lo eres, solo mirarte causa una erección y que mi mente empiece a reproducir imágenes sucias de ti — me mira fijamente — No es mi culpa que estés super hot —
¿Qué rayos me pasa?
— ¿Solo eso vez en mí? — pregunta
— En este momento que te vi entrar, pensé que eres elegante, que el mundo está en tu mano y puedes hacer lo que sea con él porque eres la m*****a ama. Además, pensé que eras una gran creación y una cosa bien hecha —
—Jamás me han alagado con esas palabras — admite
— Hay una primera vez para todo —respondo
—Y hablando de primera vez. ¿La tuya cuándo será? —
— Si quieres, ahora contigo — rio —No mentira, solo que estoy bien así — ella me mira
— Entiendo —
No tengo control sobre lo que hablo.
—Tu primera vez será conmigo Martin, eso te lo aseguro — cuando termina de hablar, no sé qué decir
¿Acaso dijo que ella y yo...?
— ¿De qué trata el trabajo? — cuestiono para cambiar el tema
—Soy una mujer de negocios, por lo cual necesito de tus habilidades para que impulses mi marca en lo digital, redes, páginas web, YouTube, etc. Tú sabes de eso —
—¿Y porque yo? — cuestiono
—¿No quieres el trabajo? —
—No, no es eso. Es solo que eres millonaria, según me enteré, y podrías a tener a cualquier persona a tu servicio —
—Pero yo te quiero a ti —trago grueso — Pero si no quieres, le puedo dar este trabajo a otro... —
— No, yo lo haré —digo seguro mirándola a los ojos — Cuando termine serás tan famosa como Carolina Herrera, Coco Channel, Esteé Lauder, y Ruth Handler —
— Veo que conoces a mujeres empresarias famosas —
—Admiro a las personas que saben superarse y salir adelante — bebo de mi agua
— Aquí está su cena —nos sirven y admito que esto se ve delicioso, pienso en mamá y en lo mucho que le gustaría comer esto, así que decido que picaré un poco y el resto se lo llevaré —
—Gracias —agradezco al camarero, y meto una cucharada en mi boca
— Estas contratado — escupo la comida por la sorpresa y esta vez cae una parte en su plato
—Lo siento, lo siento, soy un desastre — agarro la servilleta para limpiar, pero ella alza la mano deteniéndome y llama al mesero
— Tranquilo, solo te diré que si vuelves a hacer eso, te despido — asiento tímido — Además te puse suero de la verdad en el agua, por eso no te inhibiste en responder — la miro desconcertado
¿Ella que?
— ¿Me drogaste? —cuestiono
—Si —responde y bebe de su vino —Necesitaba conocer con quien trabajaría, no me arriesgo así no más —
—Eso es ilegal — la miro enojado
— No dramatices, lo hice y ya. Además, en unos minutos se irá el efecto, así que estarás bien — el camarero llega —Póngalo para llevar por favor, el del señor también y me da otro también para llevar — el camarero asiente y se lleva el plato
Con razón me sentia extraño y las palabras salian antes de que piense.
—¿Así van a ser las cosas? —ella me mira —¿Me drogarás? ¿Me usaras a tu beneficio sin mi consentimiento? —
—Si — dice encogiéndose de hombros —Escucha bien Martin, soy tu jefa, por lo tanto, haré lo que sea contigo, además necesito gente de confianza a mi lado y tú me la diste. Si no quieres el trabajo solo dilo, y tendré a otro mañana, por tu traje viejo y que te queda gigante, noto que necesitas el dinero, así que piensa en eso — me mira fijamente por unos minutos
¿Qué debo decir a esto?
Me pongo de pie y salgo del restaurante, no me despido ni nada. Ella me usó, me drogó sin mi consentimiento y ahora quiere que acepte trabajar con ella, así de la nada.
Está loca.
ELISE.Sonrío al verlo salir del restaurante, está furioso e indignado por lo que acabo de hacerle, ni si quiera mira atrás cuando sale del lugar, su rostro va erguido, su postura muy diferente a la patética, que tuvo aquí. Veo ese traje viejo que le queda grande y que sin duda alguna no es de él.Minutos después entra Thiago, mi mejor amigo, mano derecha y confidente, al ver mi sonrisa maliciosa rueda los ojos y se sienta donde minutos antes estuvo Martin, pide comida y mientras esperamos solo me mira fijamente, al ver que no le digo nada, se apoya en la mesa y empieza a hablar.— Eres una maldita — me acusa—¿Yo? —pregunto con inocencia—¿Que le dijiste que salió despavorido, o que le hiciste? —lo ignoro y bebo de mi copa—, nada —contesto cuando termino —El solo no aceptó mi propuesta ——¿Qué le habrás propuesto? ——Simplicidades — digo restándole importancia con la mano —él se asustó, y se fue —— Seguramente lo drogaste o le ofreciste sexo, una de dos —e guiño un ojo — Lo sabía,
ELISE — ¿Usted es? — Vander Vall le pregunta viéndolo de abajo hacia arriba Infeliz — Es mi acompañante —digo haciendo una seña para que entre, él lo hace con timidez y cierra la puerta —Martín, por favor acérquese —le pido —Lamento que se haya retrasado, estaba estacionando mi Ferrari — sonrío y él llega a mí, le entrego la Tablet — Cuando te mire deslizas para pasar las diapositivas —asiente y comienzo Muy bien. — Bien caballeros, como ustedes saben soy Elise Remington, dueña de Remington Incorporations y motor de cientos de empresas que se han convertido en las más famosas en el mundo — hago una pausa y miro a cada uno fijamente por unos segundos —Les presenté mi plan de trabajo con ustedes, los pasos a seguir, las metas a lograr, los objetivos a cumplir, pero al parecer eso no les convenció y me llamaron para que se los diga en la cara —miro al señor Vander Vall — Soy capaz de convertirlos para finales de año en la mejor empresa de esta cuidad, soy capaz de llevarlos a un nue
MARTIN. Estoy aferrado al asiento, literal, estoy tan aferrado que siento que en cualquier momento haré huevo en asiento de tanto que lo aprieto. Miro al frente y noto como los autos pasan a gran velocidad a nuestro alrededor, también me doy cuenta que algunos pitan y nos insultan, mis ojos van a la conductora que sonríe mientras maneja este auto como si fuera a lanzarse del puente en cualquier momento. Tal vez lo haga. Aprieto el cinturón de seguridad, trago grueso al sentir mi corazón latir desenfrenado, al notar que una gota de sudor cae de mi frente y eso me hace dar cuenta de que estoy sudando, también de que mi cuerpo está temblando. No sé porqué Elise Remington maneja de esa forma, no se porque me subí al auto, no se porque no tuve seco cuando tuve la oportunidad. Ahora moriré, sin ni siquiera, haber hecho el amor. Que patética vida. Pasamos el puente y veo edificios que se acercan a toda prisa, para mi alivio, Elise reduce la velocidad ya que entramos a otra parte
MARTIN. Estoy aferrado al asiento, literal, estoy tan aferrado que siento que en cualquier momento haré huevo en asiento de tanto que lo aprieto. Miro al frente y noto como los autos pasan a gran velocidad a nuestro alrededor, también me doy cuenta que algunos pitan y nos insultan, mis ojos van a la conductora que sonríe mientras maneja este auto como si fuera a lanzarse del puente en cualquier momento. Tal vez lo haga. Aprieto el cinturón de seguridad, trago grueso al sentir mi corazón latir desenfrenado, al notar que una gota de sudor cae de mi frente y eso me hace dar cuenta de que estoy sudando, también de que mi cuerpo está temblando. No sé porqué Elise Remington maneja de esa forma, no se porque me subí al auto, no se porque no tuve seco cuando tuve la oportunidad. Ahora moriré, sin ni siquiera, haber hecho el amor. Que patética vida. Pasamos el puente y veo edificios que se acercan a toda prisa, para mi alivio, Elise reduce la velocidad ya que entramos a otra parte
ELISE. Llego a casa y tiro el bolso por cualquier parte, escucho como la tablet recibe el golpe, pero lo ignoro, estoy furiosa. — Ay niña, no golpees la tablet —ruedo los ojos y me dirijo a la cocina —¿Ahora que te pasó? —lo ignoro y me sirvo una copa de vino Ante su atenta mirada me saco la ropa y solo me quedo en ropa interior y me siento en los bancos de la cocina, él se acerca y se sirve también, sabe que cuando estoy enojada y cansada no quiero hablar, pero también sabe, que a él se lo contaré, confío en él. — Es un idiota — hablo —¿Quién bella? —pone su mano sobre la mía —¿Tu nuevo juguete? — asiento — Él se rehúsa a ser mi juguete, es más, hoy se atrevió a criticarme por aceptar una cena — —¿En serio? —vuelvo a asentir —Si, el muy descarado, se atrevió a decirme que merezco algo más, que un polvo de una sola noche — — Ay, ternurita — hace un puchero y ruedo los ojos — Déjate de ternurita, el mocoso ese cree que por sus palabras hermosas no gozaré de un buen polvo —
MARTIN. Al día siguiente me levanto temprano para dejar cocinado para mamá, me acerco a su habitación y la encuentro aún dormida, beso su frente y bajo a cocinar, dejo el pollo guisado en el microondas con la ensalada y el pure de papas en la mesa, también el jugo de naranja lo meto a la nevera recordando que ella ama las bebidas bien heladas. Luego saco el traje de papá de atrás de la nevera y voy a vestirme, ya que solo tengo un traje y es de papá, anoche que llegué, luego de estar con Ben y Tim, lo lavé y lo puse detrás de la nevera. Me veo al espejo cuando ya estoy listo y me siento un tanto incómodo, ya que el traje si me queda flojo, pero es lo único presentable que tengo para trabajo. MI ropa normal son jeans, y camisetas llanas o con algún estampado nada más, agarro mi maletín y me subo a mi bicicleta para ir a trabajar. Como ayer terminé mal con Elise, llamé a su ayudante y el me dio la dirección de donde iba a estar, para después decirme que tenga buena noche. Llego al
ELISE. Noto como en varias ocasiones que Martin gira su cabeza y me mira, no lo miro porque estoy conduciendo y no quiero terminar en un hospital con muerte cerebral, o cuadripléjica sin poder moverme. ¿Segura que es solo por eso? Su mirada me pone un tanto nerviosa, no me mal entiendan, muchos me miran, muchos me observan, cada día y cada oportunidad que tienen, pero Martin no es como ellos, él es diferente, para él no soy solo un buen trasero o un buen par de tetas, por eso me pone un poco nerviosa. Pará el, soy diferente. Suspiro notando que faltan como 20 minutos para que lleguemos al lugar, pienso en que debí drogar otra ve a Martin para hacerle preguntas y el me contestara con la verdad, pero no pensé en eso y ahora no sé qué decir. Elise Remington, jamás se queda sin que decir. Pará mi suerte el celular de Martin, suena y dejo salir un respiro de alivio, él se disculpa y contesta la llamada. —Aló — suspira — Necesito que se quede hasta la noche por favor, cuando lle
MARTIN Al despertarme y dejar cocinado para mamá, me visto con la camisa blanca y el jeans negro ajustado que me compro ayer, decido, esta vez usar un poco de gel y peinar mi cabello para verme un poco más profesional, al terminar miro mi reflejo y me siento bien con el resultado. Bajo las escaleras y me encuentro a mamá desayunando, al verme abre los ojos sorprendida. — Wow. ¿Y es modelo quién es? — sonrío ante su ocurrencia y me acerco a darle un beso en la mejilla — Uniforme del trabajo mami, tengo que estar bien presentado para los dueños de las empresas en las reuniones — ella asiente — Ay hijo, no tenías que trabajar. Yo estoy bien aquí y de esta forma — tomo su mano — Lo sé, pero ambos también sabemos que necesitamos dinero para comida, servicios básicos, las cuentas y otros gastos importantes — ella baja la mirada —Entiendo mi bebé — me levanto y beso de nuevo su mejilla —Tim, vendrá en una media hora mamá. Hasta que consiga otra persona que te cuide, el estará haciénd