ELISE
— ¿Usted es? — Vander Vall le pregunta viéndolo de abajo hacia arriba
Infeliz
— Es mi acompañante —digo haciendo una seña para que entre, él lo hace con timidez y cierra la puerta —Martín, por favor acérquese —le pido —Lamento que se haya retrasado, estaba estacionando mi Ferrari — sonrío y él llega a mí, le entrego la Tablet — Cuando te mire deslizas para pasar las diapositivas —asiente y comienzo
Muy bien.
— Bien caballeros, como ustedes saben soy Elise Remington, dueña de Remington Incorporations y motor de cientos de empresas que se han convertido en las más famosas en el mundo — hago una pausa y miro a cada uno fijamente por unos segundos —Les presenté mi plan de trabajo con ustedes, los pasos a seguir, las metas a lograr, los objetivos a cumplir, pero al parecer eso no les convenció y me llamaron para que se los diga en la cara —miro al señor Vander Vall — Soy capaz de convertirlos para finales de año en la mejor empresa de esta cuidad, soy capaz de llevarlos a un nuevo nivel de prestigio, a un nuevo nivel financiero, donde las ganancias abundaran para ustedes. Así que, ya que les presenté mi propuesta, la estudiaron y aun así me hicieron venir, pienso que deben darme una respuesta, porque caballeros, esta oportunidad no se volverá a presentar — tomo asiento y pongo mis brazos en los laterales de la silla
— Tengo una pregunta señorita Remington —asiento para que continúe — ¿Cómo una mujer golpeada en el amor como lo fue usted, puede dirigir una empresa multimillonaria con tanta eficacia? — miro al maldito señor Vander Vall por varios segundos
—Pues señor, el hecho de que me hayan roto el corazón no me hace menos capaz de ser exitosa. Ese fue el motor para llegar a donde estoy ahora — les sonrío
— Eso quiere decir que lo hace por venganza — dice
—Al principio si, señores. Lo hice para demostrarles a todos que una mujer no necesita tener algo colgándome entre las piernas para demostrar su éxito, para alcanzar lo mismo que un hombre, para llegar a ser mas de lo imaginó. Pero después, me di cuenta que si podía, y me encantó. Estoy donde quiero estar —
—¿Sabe que? —dice el Vander Vall — Lo hablaremos y la llamamos —ruedo los ojos, sin importarme si se ve bien o no, si soy respetuosa o no
— Seré sincera con ustedes caballeros. Yo no estoy para perder el tiempo, ya vieron mi propuesta, ya la estudiaron y me hicieron venir aquí, a hacerme perder el tiempo con sus tontas e inútiles preguntas, solo para demostrar su machismo y prepotencia, Así que no quiero trabajar con ustedes, dejé varias citas para venir aquí y viendo su renuencia a esto, pues, retiro mi propuesta y vean como salen adelante —me pongo de pie —Buenos días y cuídense — miro a Martin que se levanta como resorte y salgo del lugar con el detrás de mí.
De reojo lo veo y noto que tiene la vista en el suelo, sus mejillas están rojas, y camina encorvado, también me doy cuenta que lleva el mismo traje de anoche y eso me hace fruncir el ceño. Según recuerdo, él mencionó que su madre está enferma y que no conseguía trabajo por la falta de experiencia, y la poca credibilidad que mostraba frente a sus empleadores, es estúpido, porque su currículo es increíble, tienes buenos logros y buenos títulos, es el hecho de que sea joven y que parezca de menos edad de la que dice que no encuentre trabajo.
— Imbéciles — digo para llamar su atención, llamo al ascensor
— ¿Disculpe? — cuestiona
— Son unos imbéciles, creen que porque soy mujer, no puedo liderarlos y llevarlos a ser mejores — asiente, y entramos al ascensor
— Así es la vida lamentablemente, usted puede ser capaz de lograr hasta lo imposible pero si no encaja en lo que para ellos es lo ideal, no lo contratan —asiento aceptando que su argumento fue muy bueno
— Llamarán, y cuando lo hagan, los rechazare — Martin me mira
— ¿Pero… por qué? — cuestiona confundido
— Porque ellos me rechazaron primero, solo porque soy mujer. Ahora, yo los rechazare, por ser imbéciles — para mi sorpresa el sonríe
— Buen punto — sonríe también y las puertas se abren — ¿Qué haremos ahora? — me detengo y lo miro
— Tengo varias reuniones importantes por el resto del día Martin, de ahí serás libre, pero necesito que vistas bien — su cara es de asombro
— ¿No me veo bien? — pregunta señalándose de abajo hacia arriba, sonrío
— Un hombre siempre se ve bien con un traje —le halago y el sonríe con felicidad — Pero con un traje a la medida — la sonrisa se le desvanece y me arrepiento de no haber grabado eso — Este traje es lindo, pero no de tu talla, necesitas algo que te quede perfecto — se mira una vez más
— ¿En serio me veo mal? — cuestiona
— ¿No lo crees? — pregunto
— Pues, creo que me veo bien — dice seguro, asiento
— Pues, soy Elise Remington niño y si trabajas para mi, no puedes verte de esa forma — su reacción es de ofensa — El traje seguramente es de alguien más, porque te queda grande, flojo y no te favorece. Así que conmigo te vistes bien o te vas —
— Con todo respeto señorita, pero yo no tengo dinero para comprar trajes a la medida, ni trabajo tenia hasta ayer — dice y se encorva de nuevo
— Los trajes van por mi cuenta Martin, son tu uniforme. Toda la ropa que te compre será tu uniforme y saldrá de mi cuenta —
— No podría aceptar que gaste su dinero señorita, me sentiría mal por ello — se niega y entiendo
— Pues hagamos algo — me acerco un poco a él — Vayamos a la próxima reunión y si te sientes incómodo con las miradas, me dejas cambiarte de ropa — el me mira por varios segundos en los cuales no responde y eso me impacienta
— Está bien, pero le advierto que no ganará — le guiño un ojo
— Eso lo veremos —
Llegamos al estacionamiento y a mi auto, camino sacando el seguro del coche y preparándome para subir, pero noto que Martin no está al otro lado del auto, de hecho, ni siquiera se ha movido, lo miro confusa. Sus ojos están abiertos de par en par, y tienen un brillo, su boca está tan abierta que se lo ve gracioso, aprovecho que parece estatua y tomo una foto de él, luego carraspeo para traerlo a la tierra.
— Lo siento — carraspea el — Pero, ¿es… esto es un Ferrari? — intenta tocarlo pero no lo hace, es como que si temiera a romperlo
— Si, es mi auto — respondo
— ¿Y voy a subirme aquí? — cuestiona
— Eso espero, ¿o prefieres ir a pie a la reunión? — el niega con la cabeza y luego sus cejas se hunden y me mira serio
¿Y ahora qué le pasa?
—¿Qué? — cuestiono cruzando mis brazos
— Los Ferraris dañan al medio ambiente —
No puede ser.
— ¿ Qué? — pregunto — ¿Eres un activista en contra de el daño al medio ambiente o qué? —
Lo que me faltaba.
— SI —responde orgulloso
— Pues vete a pie — entro al auto y meto la llave
— Espera — pide y se asoma a la ventana, la bajo y lo miro — No puedes dejarme aquí — alzó las cejas en una expresión “Me importa un bledo”
— Pues, tu no quieres subir al auto, así que ve a pie a la otra reunión, que por cierto está, al otro lado de la ciudad — su rostro se descompone — No tengo tiempo Martin, ¿vas a pie o no? —
Me mira por un segundo, luego al auto y noto la lucha interna que tiene para decidir si subirse o no, estoy muy tentada a arrancar y dejarlo como idiota ahí donde está, pero lo necesito para las próximas reuniones de hoy, así que espero que el señor “Amo el planeta” termine de pensar.
— ¿ Y? — grito ya harta, el se sobresalta
— Está bien, voy pero después, volvemos por mi bicicleta —veo a donde señala y en mi campo de visión hay una bicicleta vieja y hasta un poco oxidada, ruedo los ojos
— Eso debe estar en el basurero — me pongo mis gafas —¿Vas a subir o te quedarás ahí como tonto? — el reacciona y corre a subirse al auto
Pues, este día será interesante.
Hola bellos, aquí un nuevo cap, está corto lo sé.
Y recuerden que en F******k e I*******m estamos como: Genemua Libros también, así que los espero, allá.
Los quiero mucho, chao.
MARTIN. Estoy aferrado al asiento, literal, estoy tan aferrado que siento que en cualquier momento haré huevo en asiento de tanto que lo aprieto. Miro al frente y noto como los autos pasan a gran velocidad a nuestro alrededor, también me doy cuenta que algunos pitan y nos insultan, mis ojos van a la conductora que sonríe mientras maneja este auto como si fuera a lanzarse del puente en cualquier momento. Tal vez lo haga. Aprieto el cinturón de seguridad, trago grueso al sentir mi corazón latir desenfrenado, al notar que una gota de sudor cae de mi frente y eso me hace dar cuenta de que estoy sudando, también de que mi cuerpo está temblando. No sé porqué Elise Remington maneja de esa forma, no se porque me subí al auto, no se porque no tuve seco cuando tuve la oportunidad. Ahora moriré, sin ni siquiera, haber hecho el amor. Que patética vida. Pasamos el puente y veo edificios que se acercan a toda prisa, para mi alivio, Elise reduce la velocidad ya que entramos a otra parte
MARTIN. Estoy aferrado al asiento, literal, estoy tan aferrado que siento que en cualquier momento haré huevo en asiento de tanto que lo aprieto. Miro al frente y noto como los autos pasan a gran velocidad a nuestro alrededor, también me doy cuenta que algunos pitan y nos insultan, mis ojos van a la conductora que sonríe mientras maneja este auto como si fuera a lanzarse del puente en cualquier momento. Tal vez lo haga. Aprieto el cinturón de seguridad, trago grueso al sentir mi corazón latir desenfrenado, al notar que una gota de sudor cae de mi frente y eso me hace dar cuenta de que estoy sudando, también de que mi cuerpo está temblando. No sé porqué Elise Remington maneja de esa forma, no se porque me subí al auto, no se porque no tuve seco cuando tuve la oportunidad. Ahora moriré, sin ni siquiera, haber hecho el amor. Que patética vida. Pasamos el puente y veo edificios que se acercan a toda prisa, para mi alivio, Elise reduce la velocidad ya que entramos a otra parte
ELISE. Llego a casa y tiro el bolso por cualquier parte, escucho como la tablet recibe el golpe, pero lo ignoro, estoy furiosa. — Ay niña, no golpees la tablet —ruedo los ojos y me dirijo a la cocina —¿Ahora que te pasó? —lo ignoro y me sirvo una copa de vino Ante su atenta mirada me saco la ropa y solo me quedo en ropa interior y me siento en los bancos de la cocina, él se acerca y se sirve también, sabe que cuando estoy enojada y cansada no quiero hablar, pero también sabe, que a él se lo contaré, confío en él. — Es un idiota — hablo —¿Quién bella? —pone su mano sobre la mía —¿Tu nuevo juguete? — asiento — Él se rehúsa a ser mi juguete, es más, hoy se atrevió a criticarme por aceptar una cena — —¿En serio? —vuelvo a asentir —Si, el muy descarado, se atrevió a decirme que merezco algo más, que un polvo de una sola noche — — Ay, ternurita — hace un puchero y ruedo los ojos — Déjate de ternurita, el mocoso ese cree que por sus palabras hermosas no gozaré de un buen polvo —
MARTIN. Al día siguiente me levanto temprano para dejar cocinado para mamá, me acerco a su habitación y la encuentro aún dormida, beso su frente y bajo a cocinar, dejo el pollo guisado en el microondas con la ensalada y el pure de papas en la mesa, también el jugo de naranja lo meto a la nevera recordando que ella ama las bebidas bien heladas. Luego saco el traje de papá de atrás de la nevera y voy a vestirme, ya que solo tengo un traje y es de papá, anoche que llegué, luego de estar con Ben y Tim, lo lavé y lo puse detrás de la nevera. Me veo al espejo cuando ya estoy listo y me siento un tanto incómodo, ya que el traje si me queda flojo, pero es lo único presentable que tengo para trabajo. MI ropa normal son jeans, y camisetas llanas o con algún estampado nada más, agarro mi maletín y me subo a mi bicicleta para ir a trabajar. Como ayer terminé mal con Elise, llamé a su ayudante y el me dio la dirección de donde iba a estar, para después decirme que tenga buena noche. Llego al
ELISE. Noto como en varias ocasiones que Martin gira su cabeza y me mira, no lo miro porque estoy conduciendo y no quiero terminar en un hospital con muerte cerebral, o cuadripléjica sin poder moverme. ¿Segura que es solo por eso? Su mirada me pone un tanto nerviosa, no me mal entiendan, muchos me miran, muchos me observan, cada día y cada oportunidad que tienen, pero Martin no es como ellos, él es diferente, para él no soy solo un buen trasero o un buen par de tetas, por eso me pone un poco nerviosa. Pará el, soy diferente. Suspiro notando que faltan como 20 minutos para que lleguemos al lugar, pienso en que debí drogar otra ve a Martin para hacerle preguntas y el me contestara con la verdad, pero no pensé en eso y ahora no sé qué decir. Elise Remington, jamás se queda sin que decir. Pará mi suerte el celular de Martin, suena y dejo salir un respiro de alivio, él se disculpa y contesta la llamada. —Aló — suspira — Necesito que se quede hasta la noche por favor, cuando lle
MARTIN Al despertarme y dejar cocinado para mamá, me visto con la camisa blanca y el jeans negro ajustado que me compro ayer, decido, esta vez usar un poco de gel y peinar mi cabello para verme un poco más profesional, al terminar miro mi reflejo y me siento bien con el resultado. Bajo las escaleras y me encuentro a mamá desayunando, al verme abre los ojos sorprendida. — Wow. ¿Y es modelo quién es? — sonrío ante su ocurrencia y me acerco a darle un beso en la mejilla — Uniforme del trabajo mami, tengo que estar bien presentado para los dueños de las empresas en las reuniones — ella asiente — Ay hijo, no tenías que trabajar. Yo estoy bien aquí y de esta forma — tomo su mano — Lo sé, pero ambos también sabemos que necesitamos dinero para comida, servicios básicos, las cuentas y otros gastos importantes — ella baja la mirada —Entiendo mi bebé — me levanto y beso de nuevo su mejilla —Tim, vendrá en una media hora mamá. Hasta que consiga otra persona que te cuide, el estará haciénd
LISE —Ay mi virgensito — ruedo los ojos ante lo que Thiago dice — Cada vez, lo amo más — —Ya deja de decir tonterías, el solo lo hizo porque… porque si —me encojo de hombros y voy por un vaso de agua —Ay nena, ni tú te lo crees— lleno mi vaso con el líquido vital —Martin, es todo lo que has esperado — lo miro —¿De qué rayos hablas? — el me mira —Martin es atento, educado, detallista, sincero, tierno, y todo un amor. Él es todo lo contrario a la cucaracha de tu ex— asiento —Aunque lo niegues de por vida, no solo te interesa su virginidad, también te hace sentir bien cómo te trata — sonrío sin pensarlo —Tienes razón, él es diferente — susurro solo para que yo oiga —Si, y será quien robe tu corazón — suspiro con pena —Mi corazón ya no puede enamorarse otra vez — termino de beber mi agua y me siento frente a el —Él se lo llevó todo — Thiago solo me mira —A veces uno cree eso, pero el amor siempre se presenta sin avisar — lo miro — Sólo piénsalo — —Soy mayor que él, es un niño —
ELISE —No creo lo que me cuentas — — Yo tampoco lo creo, y que lo viví —me siento en el sofá frente a el —Mi virgensito atrevido —aplaude —Debemos darle un premio —ruedo los ojos — Déjate de idiotadas y ayúdame — ruego —¿A qué? —cuestiona sentándose a mi lado —Solo pienso en quitarle la ropa ahora, en estar sobre él y hacerle muchas cosas — ríe — Pues él también ha de estar pensando en eso. Con un beso casi llega a tus tetas, imagínate, si le das cavida a más — sonrío Sonrío por que el beso llega a mi mente, porque no he dejado de pensar en eso estos dos días, porque quiero más de eso, mucho más y porque Martin invade mi mente a cada momento. — Ya tienes esa cara de estúpida de nuevo —miro mal a Thiago —No empieces — le reclamo —No te veía así, desde que creías que la cochinada de Giacomo era tu amor de verdad — ruedo los ojos —Esa porquería, debería dejarme en paz — digo con rabia —¿A que te refieres? — indaga —El muy imbécil, me llama pidiendo que lo perdone y que le