Capítulo 73 EscándaloEl día siguiente amaneció lluvioso. Ese hecho trastocaba todo. Desde llevar a los niños a la escuela, e ir después a su empleo. Afortunadamente, pudo llegar justo a la hora y ocupar su puesto de trabajo en la recepción.Un poco más tarde, Belinda caminaba con paso firme en el lobby del lujoso hotel, sus tacones resonaban sobre el impecable mármol pulido.Venía de realizar una compra en la boutique más exclusiva de la zona, con bolsas en sus manos llenas de prendas caras y sofisticadas que combinaban a la perfección con su estilo.Pero al entrar al lobby, un súbito cambio de expresión cruzó por su rostro. Su mirada se detuvo en Daniela, quien, tras el mostrador de recepción, atendía con amabilidad a los huéspedes.El puño de Belinda se apretó instintivamente, y la furia se arremolinó en su interior. Su semblante, frío y refinado, se torció levemente con una mueca de desprecio.— ¡No soporto a esa mujer, verla me provoca molestia…! —murmuró entre dientes, dejando e
Capítulo 74 Soy una desquiciadaFelipe se dio la vuelta y le dio orden a su asistente—Ernesto gestiona lo de las cámaras de seguridad El lobby quedó en un silencio tenso, todos los ojos fijos en Belinda, que parecía atónita ante la respuesta de Daniela. La incredulidad se reflejaba en su rostro mientras intentaba recomponer su argumento.— ¿Cámaras de vigilancia? —replicó Belinda, intentando recuperar el control y dirigiéndose a Daniela—. ¿Crees que eso te salvará?Felipe dio un paso adelante, interponiéndose entre las dos mujeres.— ¡Cállate, Belinda! ¿No crees que has hecho suficiente? Ni una palabra más, Belinda. No permitiré que continúes con este juego. Si no tienes pruebas, entonces deberías callarte —dijo Felipe, su voz firme y decidida.Daniela sintió una oleada de gratitud hacia él. Su apoyo le daba fuerzas, y aunque las lágrimas aún amenazaban con brotar, se sintió más segura.— No soy una criminal. Tengo un trabajo y un nombre que defender. —continuó Daniela, su voz tem
Capítulo 75¡Quédate conmigo!Felipe se sintió dividido entre la necesidad de confrontar a Belinda y la lástima que le provocaba verla tan angustiada. Por esa razón se acercó un poco más y le dijo con suavidad:—Belinda, lo que hiciste fue inaceptable. ¿Por qué lo hiciste? ¡Acusar de ladrón a una persona inocente! ¡Ya observamos las cámaras de vigilancia! Nadie abrió tu bolso. Entiendo qué estás pasando por un momento difícil. ¿No crees que ya ha pasado suficiente tiempo y deberías haberte recuperado de tu divorcio? No puedes permitir que tus emociones te lleven a hacer cosas de las que luego te arrepientes.Ella asintió, dejando caer las manos y mirando al suelo, avergonzada.—No quise hacerle daño a esa mujer. Solo… no supe cómo manejarlo. En verdad lo pensé y es cierto que perdí ese dinero; estoy muy arrepentida. ¡Le pediré disculpas! Llévame allí con ella, le pediré disculpas —seguía diciendo, su voz apenas un susurro.Felipe sintió que su corazón se ablandaba ante su vulnerabilida
Capítulo 76 Prepárate para marcharteBelinda, con gesto confundido, miró a Felipe, incapaz de articular una respuesta coherente.—Yo… no entiendo lo que me estás diciendo.—Ven, te acompaño a tu habitación.La tensión era palpable. Felipe, con un nudo en la garganta, sintió la urgencia de aclarar aquel enredo emocional.Guio a Belinda hacia su habitación en silencio. Dejaron el lobby, claramente diseñado para transmitir una sensación de lujo y hospitalidad, y tomaron el ascensor sin pronunciar una palabra más, cada paso resonando como una declaración de lo que no se decía.Al salir del ascensor, ella lo seguía observando. Nunca lo había visto así; siempre fue tierno y cariñoso con ella. Nunca elevó la voz ni fue tan firme.—Felipe—, le dijo Belinda—Guarda silencio de una vez por todas. Espera que lleguemos a tu habitación—.Al llegar, él esperó a que ella pasara la tarjeta electrónica por la puerta de la habitación y ambos entraron. Al adentrarse en el pequeño salón, él se giró para
Capítulo 77 Adopción —Sube y hablaremos. Este no es el mejor sitio para tratar ese tema.Daniela resopló. Miro hacia todos lados y luego se sentó en el asiento delantero a su lado en el vehículo.— ¿Qué pasa con la custodia?, dímelo de una vez. ¡No tengo energías para jugar contigo! ¡Debo llegar a casa!—le advirtió sin mirarlo— No hablaremos aquí sobre eso. Vamos a otro sitioFelipe condujo a Daniela hasta un pequeño parque cercano, un remanso de tranquilidad que aparentemente ofrecía la privacidad necesaria para abordar temas delicados.A pesar de la urgencia de Daniela por hablar, Felipe siguió en silencio hacia una banca retirada frente a un hermoso lago artificial.El ambiente sereno del lugar trasmitía una calma que ninguno de los dos sentía en ese momento.Finalmente, él se sentó en la banca y se giró hacia Daniela, su mirada reflejando una mezcla de determinación y preocupación.—En primer lugar, quiero pedirte disculpas por lo sucedido en el hotel…Daniela sonrió burlonament
Capítulo 78 Transferencia Daniela, cada vez más confundida, se dirigió a Felipe con una mirada inquisitiva.— Felipe… ¿Qué demonios sucede contigo?— Es muy sencillo, también soy un hermano mayor y tengo derecho a ser el tutor legal. No puedes negármelo. No estoy diciendo que te los quitaré, solo deseo compartir la responsabilidad legal de su cuidado.La revelación de Felipe sumió a Daniela en un mar de emociones encontradas. La idea de compartir la responsabilidad legal de los niños con él no era de su agrado, pero tampoco podía negarles a los niños una vida mejor y el llevar el apellido de su padre. Tendría que pensarlo.— No lo sé, tengo que pensarlo.— ¿Qué tendrías que pensar? Ellos tendrán el apellido de su padre…— ¿Serías capaz de reconocerlos públicamente?— Daniela, ¿por qué eres así? Ya te he dicho que no es fácil ser hijo de Federico Ortiz. Es un hombre que ha dado mucho de qué hablar. Después de esa publicación tan escandalosa, se hace ver a los niños como un pecado ince
Capítulo 79 Muñequita consentida Daniela presentía que algo se escapaba de su entendimiento, quizás por ser un poco lenta en captar las emociones a su alrededor o, quizás, porque prefería no enfrentar la realidad de lo que estaba ocurriendo.— Claro, Alfonso, eres mi vecino y amigo. Nuestros niños juegan juntos, son amigos. A las gemelas y a Fabián les dolerá la partida de sus amigos. No me quiero imaginar lo que será para tus hijos ese cambio, no solo de ciudad y de país. Solo que…— Dime… qué cosa… —pregunto ansioso.— Creo que es una gran oportunidad para ti. También pienso que estás preparado profesionalmente para vencer cualquier desafío que se te presente.La expresión expectante de Alfonso se transformó a una de decepción. Se cuestionó internamente si debía haber sido más directo, pero no estaba seguro de cómo reaccionaría Daniela y no quería arriesgarse a quedar en ridículo.Desde la primera vez que la vio, ella le impresionó. Era tan hermosa, tan encantadora. Al principio, h
Capítulo 80 Solo quería dormirTeresa guardó silencio por breves segundos y al final se encogió de hombros.—Dani, él me ofreció una ayuda extra para la casa. Está preocupado por los niños. También por ti. Está arrepentido por lo que sucedió antes. ¿Podemos darle un voto de confianza?—Eso no quita el hecho de que él no me debe gustar. Hay muchas cosas en contra. Empezando porque él no siente lo mismo. Me odia por la relación que tuvieron nuestros padres. Eso, entre otras cosas, definitivamente hace que no pueda tener algo con él.Mientras las palabras salían de su boca, Daniela luchó contra unas inoportunas lágrimas.Ella se sentía tremendamente consciente de su presencia, del alto y fornido cuerpo. Habían pasado algo más de 6 meses desde que habían hecho el amor, pero para ella solo había pasado un día. Seis meses atrás, ella había huido después de que él le hizo el amor y él descubrió que no era quien decía ser.Recordaba perfectamente cómo se sentía su cuerpo y su fresca fragancia