Capítulo 71¿Volverás conmigo a la ciudad?Ella lo miró, sorprendida. Las palabras lo cambiaron todo. Se sintió vulnerable, y por un instante, el mundo exterior se desvaneció.—Felipe… —comenzó, pero él la interrumpió con un beso cálido.Sus lenguas se encontraron, explorándose con deseo. El contacto fue intenso, un baile cadencioso y apasionado. La suavidad de sus lenguas se entrelazaba, creando un ritmo que parecía sincronizar sus corazones.El beso se tornó más profundo, más urgente. Felipe la sostuvo con firmeza, como si temiera que pudiera apartarse. Daniela se perdió en la dulzura del momento, entregándose a la sensación, dejando que la calidez y el sabor de él la embriagaran. En ese momento no existía nada más donde solo ellos dos.Finalmente, se separaron acalorados, sus brazos aun la sostenían cerca de él, sus labios rozándose, y sus miradas se encontraron, llenas de complicidad y deseo.— ¡Eres exquisita! ¡Toda tú eres exquisita! ¡Tu sabor es exquisito! Siento que podría sabo
Capítulo 72 Un hombre encantadorLa cena fue un poco incómoda. Daniela no podía evitar buscar la mirada de Felipe a través de la mesa, y cada vez que sus ojos se encontraban, una chispa de electricidad recorría su cuerpo.Ese era un juego silencioso, lleno de tensión y deseo insatisfecho. Sus manos se rozaron accidentalmente cuando ambos, al mismo tiempo, intentaron alcanzar un pan, lo que provocó que un escalofrío la atravesara.Después de terminar la cena, Felipe se levantó con determinación.—Déjame ayudarte con los platos —ofreció, su voz era suave y persuasiva.—No es necesario, realmente —respondió Daniela, aunque en el fondo sabía que no podría deshacerse de él tan fácilmente. Sin embargo, él no hizo caso a su negativa. Se levantó de la mesa y comenzó a recoger los platos, ignorando su advertencia.Mientras tanto, ella se dirigió a los niños, que estaban llenos de energía.—Niños, solo pueden jugar un poco más y luego es hora de ir a ponerse las pijamas —les dijo con una voz fi
Capítulo 73 EscándaloEl día siguiente amaneció lluvioso. Ese hecho trastocaba todo. Desde llevar a los niños a la escuela, e ir después a su empleo. Afortunadamente, pudo llegar justo a la hora y ocupar su puesto de trabajo en la recepción.Un poco más tarde, Belinda caminaba con paso firme en el lobby del lujoso hotel, sus tacones resonaban sobre el impecable mármol pulido.Venía de realizar una compra en la boutique más exclusiva de la zona, con bolsas en sus manos llenas de prendas caras y sofisticadas que combinaban a la perfección con su estilo.Pero al entrar al lobby, un súbito cambio de expresión cruzó por su rostro. Su mirada se detuvo en Daniela, quien, tras el mostrador de recepción, atendía con amabilidad a los huéspedes.El puño de Belinda se apretó instintivamente, y la furia se arremolinó en su interior. Su semblante, frío y refinado, se torció levemente con una mueca de desprecio.— ¡No soporto a esa mujer, verla me provoca molestia…! —murmuró entre dientes, dejando e
Capítulo 74 Soy una desquiciadaFelipe se dio la vuelta y le dio orden a su asistente—Ernesto gestiona lo de las cámaras de seguridad El lobby quedó en un silencio tenso, todos los ojos fijos en Belinda, que parecía atónita ante la respuesta de Daniela. La incredulidad se reflejaba en su rostro mientras intentaba recomponer su argumento.— ¿Cámaras de vigilancia? —replicó Belinda, intentando recuperar el control y dirigiéndose a Daniela—. ¿Crees que eso te salvará?Felipe dio un paso adelante, interponiéndose entre las dos mujeres.— ¡Cállate, Belinda! ¿No crees que has hecho suficiente? Ni una palabra más, Belinda. No permitiré que continúes con este juego. Si no tienes pruebas, entonces deberías callarte —dijo Felipe, su voz firme y decidida.Daniela sintió una oleada de gratitud hacia él. Su apoyo le daba fuerzas, y aunque las lágrimas aún amenazaban con brotar, se sintió más segura.— No soy una criminal. Tengo un trabajo y un nombre que defender. —continuó Daniela, su voz tem
Capítulo 75¡Quédate conmigo!Felipe se sintió dividido entre la necesidad de confrontar a Belinda y la lástima que le provocaba verla tan angustiada. Por esa razón se acercó un poco más y le dijo con suavidad:—Belinda, lo que hiciste fue inaceptable. ¿Por qué lo hiciste? ¡Acusar de ladrón a una persona inocente! ¡Ya observamos las cámaras de vigilancia! Nadie abrió tu bolso. Entiendo qué estás pasando por un momento difícil. ¿No crees que ya ha pasado suficiente tiempo y deberías haberte recuperado de tu divorcio? No puedes permitir que tus emociones te lleven a hacer cosas de las que luego te arrepientes.Ella asintió, dejando caer las manos y mirando al suelo, avergonzada.—No quise hacerle daño a esa mujer. Solo… no supe cómo manejarlo. En verdad lo pensé y es cierto que perdí ese dinero; estoy muy arrepentida. ¡Le pediré disculpas! Llévame allí con ella, le pediré disculpas —seguía diciendo, su voz apenas un susurro.Felipe sintió que su corazón se ablandaba ante su vulnerabilida
Capítulo 76 Prepárate para marcharteBelinda, con gesto confundido, miró a Felipe, incapaz de articular una respuesta coherente.—Yo… no entiendo lo que me estás diciendo.—Ven, te acompaño a tu habitación.La tensión era palpable. Felipe, con un nudo en la garganta, sintió la urgencia de aclarar aquel enredo emocional.Guio a Belinda hacia su habitación en silencio. Dejaron el lobby, claramente diseñado para transmitir una sensación de lujo y hospitalidad, y tomaron el ascensor sin pronunciar una palabra más, cada paso resonando como una declaración de lo que no se decía.Al salir del ascensor, ella lo seguía observando. Nunca lo había visto así; siempre fue tierno y cariñoso con ella. Nunca elevó la voz ni fue tan firme.—Felipe—, le dijo Belinda—Guarda silencio de una vez por todas. Espera que lleguemos a tu habitación—.Al llegar, él esperó a que ella pasara la tarjeta electrónica por la puerta de la habitación y ambos entraron. Al adentrarse en el pequeño salón, él se giró para
Capítulo 77 Adopción —Sube y hablaremos. Este no es el mejor sitio para tratar ese tema.Daniela resopló. Miro hacia todos lados y luego se sentó en el asiento delantero a su lado en el vehículo.— ¿Qué pasa con la custodia?, dímelo de una vez. ¡No tengo energías para jugar contigo! ¡Debo llegar a casa!—le advirtió sin mirarlo— No hablaremos aquí sobre eso. Vamos a otro sitioFelipe condujo a Daniela hasta un pequeño parque cercano, un remanso de tranquilidad que aparentemente ofrecía la privacidad necesaria para abordar temas delicados.A pesar de la urgencia de Daniela por hablar, Felipe siguió en silencio hacia una banca retirada frente a un hermoso lago artificial.El ambiente sereno del lugar trasmitía una calma que ninguno de los dos sentía en ese momento.Finalmente, él se sentó en la banca y se giró hacia Daniela, su mirada reflejando una mezcla de determinación y preocupación.—En primer lugar, quiero pedirte disculpas por lo sucedido en el hotel…Daniela sonrió burlonament
PrólogoEn el momento en que se enteró de que su padre había sufrido un accidente de automóvil. Felipe Ortiz acudió rápidamente a su lado sin saber si este estaría vivo o no cuando llegara. Él sabía de sobra que su mamá iba a necesitar su ayuda, mucho más si como temía su padre no lograba superar el accidente.Felipe era un hombre adulto de 35 años; no obstante, seguía sin entender como su madre, aun con todas las dificultades que enfrentaba su matrimonio por las infidelidades de su marido desde hace años, nunca le dio el divorcio a su padre, soportó todas y cada una de sus infidelidades. Estaba obsesionada con ser su esposa y no darles el gusto a las demás mujeres.Felipe fue el último en llegar al hospital y al hacerlo corrió a toda velocidad al lado de Eugenia, su madre, estaba escuchando la información sobre la evolución del paciente.La menuda figura de su madre estaba de pie con una expresión de sufrimiento, tenía los hombros caídos y la mirada en el suelo. Felipe le colocó una