DianaMi vida como asistente personal de Alexander Stone es… predecible. No me malinterpreten, no es que me queje. He aprendido a vivir con la rutina: una montaña interminable de correos electrónicos, agendas, reuniones, y un jefe que, de alguna manera, logra eclipsar todo lo que sucede a su alrededor. Un hombre cuya presencia arrasa con cualquier atisbo de normalidad.Alexander Stone es todo lo que uno esperaría de un millonario imponente: poderoso, inteligente y con un control absoluto sobre su imperio. No hay un solo detalle en su vida que no tenga bajo control. Desde su oficina, hasta el más mínimo matiz de su comportamiento, todo está calculado. Es el tipo de hombre que no sabe lo que es ser vulnerable. Su piel parece estar hecha de acero, su mirada afilada como una espada, y su voz, grave y controlada, puede hacer que cualquiera se doble ante él.La primera vez que lo vi, no fue amor a primera vista, pero fue algo parecido. No podía evitarlo: había algo en su aura, algo que me h
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