16. EN EL MEDIO DEL ALFA Y EL BETA
KAELA: No podía creer lo que Kaesar había hecho delante de todos. ¿Qué pretendía llevándonos con él? Aunque no se lo diga, le agradezco que haya llegado; la sola idea de ser dama de compañía de una de mis enemigas, no lo soportaría. Pero, ¿qué vamos a hacer en sus aposentos? Este será un problema tremendo con su madre, la luna Artemia. Todavía no sé el verdadero objetivo de que me trajeran a su palacio, pero voy a averiguarlo. Ahora estábamos detenidos frente a la entrada de sus aposentos. El Beta, Otar, lo miraba con incredulidad; al mismo tiempo, notaba su mirada llena de curiosidad puesta sobre nosotras. —Colócalas en la habitación que está entre la mía y la tuya —ordenó Kaesar, sin dignarse a mirarnos. —¿En ese cuartuchito? Solo hay una cama —protestó Otar, pero Kaesar permaneció impasible. Yo, por mi parte, lo odié aún más. Estaba convencida de que, lejos de protegernos, esto nos ponía más en la mira de las demás lobas de lo que ya estábamos. —Mi Alfa, nosotras podemos que
Leer más