21. NO PUEDO, PERO NO ME IRÉ
KAELA:Mi corazón latía desbocado, una tormenta incontenible rugiendo en mi pecho. Quería tanto decir que sí, aceptar lo que Kian y mi loba pedían a gritos. Quería sentirme amada, deseada, pertenecerle sin reservas. Pero no podía, no debía. Las cosas se complicarían aún más si cedía, y lo sabía. Y aun así, algo más fuerte que mi razón me empujó hacia él. Lo besé. Lo besé como nunca había besado a nadie, con todo el dolor acumulado, con el temor ardiendo en mi interior, con todos los miedos que me consumían, pero también con una pasión desgarradora que no podía reprimir. Mis labios buscaron los suyos, desesperados, reclamándolo como si ese momento pudiera ser el único en la eternidad. Su calidez me envolvía, y por un instante, olvidé todo. Olvidé el dolor de mi pérdida, la sombra de mis dudas, la carga de las promesas que no se habían cumplido. Solo éramos él y yo, la fuerza indomable de dos almas destinadas que, al unirse, podían desatar un poder mayor que el de cualquier criatura d
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