Segundo prologoEs un sueño, un lugar de belleza etérea e inexistente, en medio de una bruma, de lejos un palacio de cristal, para el se detuvo el tiempo y el silencio le incomodo.Ahí entre el oscuro cielo ella aprecio, una visión, una dulce doncella, vio la luz pasar a su lado y cegarlo.Su belleza, un poema que el alma no entendía, ojos de diferente color, un resplandor divino en su ojo color plata, un lucero frio en el ojo color morado, un dolor traspaso su corazón.Era tan perfecta, su piel blanca, un susurro -Tu eres mío-, como un trago de la luz de la luna lo embriago.-Eres un ángel o un demonio- El joven pregunto, como un veneno, que lento lo consumía, confundido por su hermosura, “Te amo, Dulce doncella de piel como la luna” pensó, “es el destino, Yo soy tuyo y tú serás mía”.Ella esbozó una sonrisa, no una de alegría, una que precedía a un ataque, una sonrisa con los dientes del lobo.Como un eco desapareció, solo dejo el remanente del sentimiento y un dolor imposible de lle
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