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Todos los capítulos de El juramento de la luna: Capítulo 11 - Capítulo 14
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Capítulo 11, bajo la piel.
Ulva se lanzó sobre él con una fiereza que no nacía del pensamiento, sino de algo más profundo. Fenrir apenas tuvo tiempo de abrir los brazos antes de que ella lo empujara contra la roca, sus labios colisionando con los suyos, sus manos aferrándose a su cuello como si lo necesitara para respirar. Él respondió al beso con la misma intensidad. Sus bocas se buscaron, se devoraron. No había dulzura en ese gesto. Era hambre. Hambre de piel, de conexión, de lo que habían negado durante demasiado tiempo. Fenrir deslizó sus manos por su espalda, empapada y tensa, hasta tomarla por la cintura y alzarla con facilidad. Ulva rodeó su cuerpo con las piernas, sin dejar de besarlo. Sus pechos apretados contra su torso desnudo lo hacían perder el control. Cada gemido que escapaba de su garganta era un golpe directo a su voluntad. Ella mordió su labio inferior, lo arrastró con los dientes antes de soltarlo. —No pienses —susurró—. Solo… Siénteme. Fenrir gruñó, como un lobo al borde de la transfo
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Capítulo 12, El susurro del origen
El silencio que siguió a la desaparición del anciano fue espeso, pesado como el aire antes de una tormenta. Ulva se quedó de pie frente a la inscripción aún brillante en el altar, sin moverse. Sentía el corazón golpearle el pecho con una fuerza desmedida, pero no era solo por el susto.Era por algo más.Algo que comenzaba a cambiar dentro de ella. Fenrir dio un paso hacia el altar, observando con desconfianza los restos de luz que chispeaban sobre la piedra. La frase seguía ahí, grabada como si hubiese sido tallada con fuego:“Cuando la luna caiga… el lobo decidirá su destino.”—No me gusta esto. —dijo en voz baja—. Esto es antiguo. Más antiguo que Selene, más antiguo que nosotros.Ulva apenas podía escucharlo. El zumbido en sus oídos iba en aumento, como un eco interno que latía con cada pulso. Se llevó una mano al pecho. Su respiración se volvió más corta, más profunda. No era dolor… era energía. Una que no reconocía.—Ulva… —Fenrir se giró hacia ella. Ella levantó la mirada, y en s
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Capítulo 13, el eco de lo desconocido.
 La noche cayó como un manto pesado sobre el claro. Ulva cerró los ojos apenas unos minutos después de que Fenrir se recostara a su lado, ambos con el oído atento a cualquier sonido extraño. Pero no hubo más que el murmullo del viento rozando los árboles. Sin embargo, cuando el sueño la alcanzó, no fue descanso lo que encontró.Fue otra cosa.Un bosque, el mismo, pero no el mismo. En el sueño, Ulva caminaba descalza sobre hojas secas que no crujían. El aire olía a humo y a tierra mojada. La luna no estaba en el cielo, pero una luz blanca, lechosa, lo iluminaba todo. No había estrellas. No había sombra. Solo un silencio sepulcral y una energía vibrando en el aire como una canción olvidada.Leer más
Capitulo 14, La luna no ha caido aun.
Ulva se acomodó sobre el lecho improvisado de hojas y mantas, y Fenrir se recostó a su lado, con el cuerpo aún tenso, como si el solo contacto con ella fuera una prueba de resistencia. La noche los cubría como un manto oscuro, y el calor entre sus cuerpos era el único fuego encendido. Ella lo miró en silencio. Su perfil se recortaba contra la luna roja, feroz y hermoso. Esa bestia que rugía por dentro, que peleaba por protegerla, por no cruzar la línea. Pero Ulva ya no quería líneas.Quería a Fenrir, no habia quedado completamente satisfecha, su luna exigia mas y mas de su acompanante. Se giró lentamente, rozando su muslo con el de él, apenas un movimiento, pero bastó para encender el aire. Fenrir giró el rostro hacia ella, y sus ojos se encontraron en medio de la penumbra. La respiración de ambos se volvió más densa.—¿Sientes lo mismo…? —susurró él, con voz ronca— no me habia pasado nunca, pero no creo que pueda controlarlo.—Entonces tócame como sin reservas, tomame como te lo pide
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