39. Entre sombras y promesas rotas.
La mañana pasó en un parpadeo, pero para mí parecía que había transcurrido una eternidad. Rita se había dormido en mis brazos, su respiración tranquila, pero yo no podía dejar de pensar. La manada, Natan, todo lo que había dejado atrás… La idea de tener que regresar a esa vida, a esa lucha constante por el poder, me hacía sentirme más dividido que nunca. La pasión y el deseo que había compartido con Rita no podían borrar la realidad de lo que era, de lo que debía ser, si quería seguir siendo el alfa. Pero en su presencia, todo parecía menos importante. Ella era la única cosa que parecía tener un propósito real, algo que me hacía querer ser mejor, querer salir de la oscuridad.La escuché moverse a mi lado, su respiración se volvió más irregular. Abrió los ojos lentamente, como si estuviera saliendo de un sueño profundo y, al mismo tiempo, regresando a una realidad que tal vez ya no reconocía. Me miró, esa mezcla de confusión y atracción aún evidente en sus ojos, pero también algo más:
Leer más