Kate temblaba abrazada a la almohada, lo que había pasado ayer aun la hacía temblar de miedo y asco, se puso se pie y miró por la ventana, estaba en un segundo piso, abajo se podía ver un gran jardín lleno de rosas rojas sus favoritas y un pequeño campo de lavandas sus segundas flores favoritas, una piscina enorme con agua cristalina, el lugar era tan grande que no podía ver todo de una vez, solo notó que estaba rodeado de muros que tenían por lo menos 2 metros y medio de altura, dio un suspiro contra la ventana empañándola –Debo salir de aquí, Sebastián debe estar preocupado, debo volver con él, este sábado tendríamos nuestra primera vez, y este maldito me lo arrebató, ahora como miraré su rostro - Kate sollozaba contra la ventana, su estomago gruñó y miró el desayuno, aún estaba tibio, comió un poco de fruta y tomó el jugo, comió los huevos que sabían muy bien, se dio una ducha y abrió el closet, encontró ropa de su talla y su gusto, se vistió con unos jeans, polera y zapatillas, es
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