¿Estás seguro de que no hay otra opción?
No señor, ese hombre se ha ganado la confianza de ella, su madre la vendió hace 6 meses por una considerable suma, el delito lo harán este sábado y lo transmitirán por la web oscura, la única manera es hacerlo usted primero. – Bastien se soltó el cuello de la camisa y se tiró hacia atrás en sus silla, un cigarro descansaba en su dedo mientras botaba la ceniza en un cenicero lleno de colillas, su mano frotó el puente de su nariz angustiado –
Ella me odiará para siempre por esto
Pero señor si usted no lo hace, su destino será peor, ellos no se detendrán, hasta que usted mande la prueba.
Está bien háganlo. – Bastien soltó un soplido angustioso mientras Lucca, su mano derecha daba una orden por su celular –
Lucca… no le hagan daño. – advirtió -
Entendido – El hombre salió de la oficina mientras lo dejaba sumido en sus pensamientos, con un wiski en su mano y un cigarro en la otra –
Mientras tanto en la universidad Katherine miraba sus apuntes cuando siente un par de manos tapar sus ojos, era su cuarto año de diseño de modas, toda su vida quiso crear ropa, desde pequeña, cuando era niña vestía a sus muñecas con distintos diseños, incluso hacía ropa nueva con su ropa vieja regalándola a los niños mas necesitados del vecindario, su obra de arte a los 10 años fue un abrigo que hizo de un antiguo abrigo de su padre que tenia rota una manga, estuvo haciéndolo por meses, cuando llego le invierno iba camino de la escuela cuando el pequeño de la esquina que no hablaba con nadie estaba sentado en su pórtico esperando que llegaran sus padres adoptivos, era un pequeño delgado muy probable por la mala alimentación, su pelo era negro y sus ojos era un café claro, esa tarde había nevado y hacía mucho frio, Katherine o Kate como le llamaban sus amigos corrió a su casa, tomó el abrigo y un termo con leche caliente y galletas, se paró firme en el portal de la reja y con una sonrisa lo saludó – hola – El pequeño que estaba casi con sus labios morados de frio levantó la mirada, Kate segura como siempre entró y dejó el termo con leche a su lado – Párate – el pequeño casi entumido de frío se puso de pie Kate puso su abrigo en él, era tan grueso que ni siquiera una pisca de frío lo traspasaba, ella miró su obra de arte y suspiró – Perfecto… - el niño se miró, era una abrigo color vino, por dentro tenia un forro de piel de oveja, lo que lo hacía totalmente abrigado, casi tartamudeando el pequeño dijo –
Gracias…
No me agradezcas todavía siéntate – Kate abrió el termo y de la tapa sacó dos vasitos, los lleno con leche con chocolate caliente y le dio una galleta – Toma esto te dará calor, las galletas las hice yo, así que si están malas te las comes igual – el pequeño dio una sonrisa al escuchar su amenaza, la mordió y su paladar dio un grito de alegría –
Están deliciosas gracias.
Obvio todo lo que hago, lo hago bien, ¿porque estas en la calle con este frío?
Mis padres adoptivos aun no vuelven de una comida con su familia, y no tengo llaves.
Mira, cuando eso pase, ven a mi casa, yo llego a las 5.30 del colegio, desde esa hora me pongo a coser y diseñar, me podrías servir de modelo. – el pequeño sonrió mientras tomaba la leche, y así pasaron los meses Sebastián iba cada tarde a casa de Kate, ella le daba leche y galletas y él a cambio le servía de maniquí para sus creaciones, se ganaba uno que otro pinchazo de agujas pero decía que eran heridas de guerra, pero un día Sebastián dejó de ir, el padre de Kate averiguó que los padres adoptivos de Sebastián salieron rápido la noche anterior sin dejar rastro, Kate estuvo triste por meses, pero luego lo superó, cada vez que pasaba por la casa de Sebastián miraba el pórtico extrañando a su dulce amigo. Al pasar lo años Kate entró a la universidad de diseño, ahí se enamoró se Sebastián, un joven que venia de otra ciudad, le llamó la atención por que tenia el mismo nombre de su amigo de infancia, se decepcionó cuando revisó su brazo, no tenia la marca de nacimiento de Sebastián, una pequeña media luna justo más arriba de su muñeca, hace unos 2 meses empezaron a ser novios, y eso tenía muy feliz a Kate, Sebastián era el novio perfecto, sintió sus manos en sus ojos, su inconfundible perfume llenaba sus fosas nasales –
Mmm ¿quién será? Déjame adivinar mmm el profesor de colorimetría.
¡¡Que!! ¡Como me confundes con ese viejo calvo! – Sebastián grito fingiendo estar herido, Kate sonrió dulcemente mirando sus hermosos ojos azules. –
Era una broma, como no reconocer las hermosas y suave manos de mi novio. – Kate se puso de pie y besó sus dulces labios, llevaban 2 meses de novios y él aun no avanzaba tanto como ella quisiera, estaba enamorada y quería que él fuera su primera vez. Ella había intentado avanzar más, pero él siempre la detenía –
Amor, amor, basta, vengo a invitarte – Sebastián la alejó -
¿A dónde?
Este sábado tengo una fiesta, ¿podemos ir?, y después podemos ir a un lugar más privado los dos ¿qué te parece? tengo reservado un lindo lugar, petalos de rosas, champagne y musica suave - Kate estaba feliz, al fin tendría su primera vez y con el hombre que amaba -
Me encantaría, aunque debo avisarle a Delia, es una tortura hablarle, desde que murió papá ella cambió totalmente, ahora solo me desprecia
Quizás nunca te quiso y solo fingía.
Creo que eso es verdad, ella era la mejor amiga de mi madre, cuando mi madre falleció se hizo cargo de mi con la escusa de ayudar a mi padre, pero solo quería meterse en su cama y lo logró.
Lo sé cariño tranquila, si quieres yo hablo con ella para pedir permiso.
¿Harías eso?
Por su puesto, yo haría cualquier cosa por mi princesa – Sebastián le dio un beso dulce en sus labios y luego la llevó a su casa, como era de esperarse Delia estaba sentada en el sofá mirando unas revistas cuando entró Kate –
Buenas tardes Delia
Hola, ¿tan temprano? ¿No llegarías más tarde?
Sí es que me trajo Sebastián – Delia levantó la mirada y saludó a Sebastián que estaba detrás de Kate.
Señora Delia, buenas tardes, quería avisarle que este sábado saldré con Kate, iremos a una fiesta fuera de la ciudad, prometo traerla antes de mediodía del domingo.
Está bien – Delia aceptó y Kate abrió sus ojos, ella jamás había sido tan amable –
Gracias – Sebastián sonrió a Kate y le dio un beso corto en los labios – Mañana paso por ti a la universidad, nos vemos cariño
adiós amor – Sebastián se fue, Kate cerró la puerta y subió a su habitación, ahí estaban sus retazos de género, hilos, un maniquí que le ayudaba a crear su nueva ropa y en su closet se veía un pequeño abrigo negro, antes que su amigo Sebastián desapareciera de su vida ella le había hecho un abrigo negro, casi idéntico al primero que le regaló, se lo iba a entregar ese día en que él desapareció, Kate acarició la manga del abrigo con cariño mientras recordaba a su amigo, se dio un baño y luego se metió a la cama, a la mañana siguiente iba caminado a la universidad cuando una camioneta negra paró a su lado, varios hombres bajaron, ella pensó que la asaltarían pero fue peor, uno puso un pañuelo en su boca antes que pudiera pedir ayuda, sus libros quedaron esparcidos en el suelo mientras ella lentamente se desvanecía en los brazos de su atacante.
Kate despertó en una cama, su cuerpo aún pesaba por el pañuelo que usaron para dormirla, se sentó de un brinco en la cama y se dio cuenta que en la esquina había un hombre sentado mirándola, tenía su pelo negro, su piel clara, su cuerpo se notaba trabajado a pesar de usar un pantalón de traje negro y una camisa blanca, sus dos primeros botones estaban abiertos y sus mangas arremangadas, un reloj adornaba su muñeca y una pulsera de cuero la otra, sostenía un cigarrillo en sus dedos mientras la otra sostenía un vaso de wiski.¡¿Quién eres?! ¡¿Dónde estoy?! ¡Porque mierda me trajeron aquí! – Kate se arrastraba por la cama pegando su espalda al respaldar mientras miraba fijamente al hombre sentado frente a ella –Cálmate – una voz fría y profunda le hizo erizar la piel –¡¡¡Como quieres que me calme si me secuestraron!!!Trata de calmarte o será peor¿Peor? – Kate se puso de pie y corrió a la puerta que estaba con llave – ¡Abre esta maldita puerta, quiero volver a casa! – Kate gritaba asu
Kate temblaba abrazada a la almohada, lo que había pasado ayer aun la hacía temblar de miedo y asco, se puso se pie y miró por la ventana, estaba en un segundo piso, abajo se podía ver un gran jardín lleno de rosas rojas sus favoritas y un pequeño campo de lavandas sus segundas flores favoritas, una piscina enorme con agua cristalina, el lugar era tan grande que no podía ver todo de una vez, solo notó que estaba rodeado de muros que tenían por lo menos 2 metros y medio de altura, dio un suspiro contra la ventana empañándola –Debo salir de aquí, Sebastián debe estar preocupado, debo volver con él, este sábado tendríamos nuestra primera vez, y este maldito me lo arrebató, ahora como miraré su rostro - Kate sollozaba contra la ventana, su estomago gruñó y miró el desayuno, aún estaba tibio, comió un poco de fruta y tomó el jugo, comió los huevos que sabían muy bien, se dio una ducha y abrió el closet, encontró ropa de su talla y su gusto, se vistió con unos jeans, polera y zapatillas,
¿Qué acaso no digo la verdad?, castigaste a ese hombre cortándole la mano por tocarme contra mi voluntad ¿y tú? ¿Qué fue lo que hiciste anoche? Eres igual de cerdo que ese hombre.¡¡¡Basta!!! Entiende, no saldrás de aquí depende de ti si es una cárcel o un lugar agradable. ¡¡No trates de escapar otra vez o se me acabará la paciencia entendiste!! – los ojos de Bastien estaban oscuros mientras le hablaba duro a Kate, ella se asustó y guardó silencio mientras él seguía poniendo suavemente la compresa fría en su cara, Kate no se había dado cuenta lo cerca que estaba, su loción había cambiado ahora era mas suave, ya no tenía olor a alcohol, solo a cigarrillos, Bastien se alejó y buscó en unos cajones, tomó unas tabletas y un vaso de agua –Toma esto te ayudará con la hinchazón de la cara.¡No tomaré nada que venga de ti! – escupió –Si quisiera drogarte o matarte ya lo hubiera hecho, tómatelo, o quieres que te lo de a la fuerza, abre la boca.No!Abre la bocaNo! - Bastien la tomó de la m
Cuando Kate despertó miró la mesita y había una bandeja con comida, se abrió la puerta y se hizo la dormida, sintió la fragancia de Bastien sabia que era él, lo escuchaba moverse por la pieza hasta que sintió como se hundía la cama, sintió la yema de sus dedos recorrer su rostro y sacar un riso que caía sobre sus ojos, un suspiro escapó de él, algo triste y melancólico, sintió sus labios posarse en su frente mientras susurraba su nombre … mi Kate … por favor no me odies… - se levantó y salió de la habitación Kate abrió los ojos con su corazón latiendo, aún sentía la calidez de sus labios sobre su frente, sintió partir un auto y se puso de pie rápidamente haciendo que su pie doliera pero no le importó miró por la ventana y vio un auto deportivo negro salir seguido de dos camionetas negras, miró la mesita había un plato de su comida favorita, lasaña, un vaso de limonada con menta y un trozo de sandía –Como es que sabe lo que me gusta, desde cuando este tipo me espía. – se sentó y empe
Mientras tanto en la oficina de Fabio su hijo destrozaba las cosasAaaaaahhhh!!! Como es posible que ese imbécil supiera, como la secuestró y tomó su virginidad. ¡¡¡Era mía!!! Yo debía tomarla antes que nadie.Vamos hijo, es solo una mujer, no conviene hacer enojar a Bastien, es poderoso y cruel.No tanto como yo.Nos pago 15 millones para que dejemos en paz a esa muchacha, mas del doble de lo que tú le pagaste a su madre y tu plan era mostrar como nuestros perros adiestrados la violaban, sé que con eso hubieras ganado mucho dinero, ver que unos perros violan a una mujer virgen deja buenos dividendos.¡¡¡¡¡Era mía!!!!! Como se atrevió ese maldito a quitármela de las manos, la tenía lista, este sábado le quitaría su virginidad, ¿sabes lo difícil que fue encontrar a una mujer de 22 años virgen? Aaaah!!! - El hombre tiró la silla contra la puerta totalmente furioso. – estás seguro de que ya no es virgen?Si, me mostró las fotos, follándola y la sangre que salía después de follarla.Maldi
Sígueme – caminaron por la planta baja y abrió una puerta, el lugar estaba iluminado, lleno de ventanas que daban al jardín un maniquí y una cantidad de telas impresionantes, distintas texturas y colores, maquinas de cortar y coser, hilos, agujas, una mesa de diseño, todo lo necesario para crear ropa.Cielos… - Kate se paseaba por las telas tocándola con la yema de sus dedos mientras Bastien se firmaba contra la pared con los brazos cruzados. – estas telas son muy caras, y raras, donde las conseguisteTengo mis contactos, sé que estudias diseño de modas y te gusta crear ropa, aquí tienes todo lo necesario.Y con qué fin si soy una Prisionera.Cuando termines, haremos un desfile de modas en Milán, crearé tu propia marca de ropa, y podrás mostrarle al mundo tu talento.Pero aun estoy estudiando, no he terminado la carrera.De que sirve un cartón si todo lo que necesitas está aquí – Bastien tocó su cabeza – y aquí – Bastien tocó su corazón, pero Kate dio un paso atrás – Kate, no me recha
No hay nada que puedas traer que convierta este lugar en un hogar para mi – Kate se dio la vuelta y caminó a su habitación cuando estaba a punto de llegar unos brazos grande la abrazaron por detrás, Bastien hundió su rostro en su pelo inhalando su aroma –Kate, dime que puedo hacer para que me dejes de ver con odioDéjame libre BastienNo puedo hacer esoEntonces te odiaré hasta el último día de mi vida – Kate se soltó y entró a su habitación, Bastien golpeó la pared con todas sus fuerzas rompiéndola –¡¡¡¡¡¡Maldita sea!!!!!! – detrás apareció Lucca –¡¡Señor!! Su mano!! – Gotas se sangre caían al piso, una astilla grande se había incrustado en su mano al romper la pared – No es nada vamos…Señor porque no le dice a la señorita, ella entenderáNo, ella nunca lo sabrá, te lo prohíbo – Bastien se alejó y caminó a su habitación dando un portazo mientras Kate se quedaba contra la puerta de su habitación escuchando todo, abrió la puerta lentamente y miró la pared rota con manchas de sangr
A la mañana siguiente Kate bajó la escalera, escuchaba ruidos en la cocina, entró y estaba Bastien tratando de cocinar con una mano –Mierda…¿Te ayudo? – la voz de Kate hizo que Bastien se quedara helado, pero no volteó a mirarla –Que haces aquí, le dije a Lucca que te informara que ya no es necesario que bajaras... ay…Déjame ayudarte, él dijo que no era necesario si yo no quería, pero ahora quince bajar – Kate le quitó la cuchara con la que revolvía los huevos y miró sus hermosos ojos color miel – siéntate yo terminoQue te hizo cambiar de parecer. Ayer me odiabasAun te odio, solo que tengo hambre. -Bastien sonrió por su comentario, sabe que muy en el fondo Kate está empezando a quererlo, Kate preparó el desayuno, incluso hizo sus galletas Bastien tomó una y Kate le pego en la mano – espera están calientes.Pero huelen bien.Lo sé, las hice yo. – Bastien sonrió al escuchar esas palabra, Kate se levantó al refrigerador por leche y Bastien aprovechó de comer una galleta y efectivam