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Un infierno para mujeres

Cuando Kate despertó miró la mesita y había una bandeja con comida, se abrió la puerta y se hizo la dormida, sintió la fragancia de Bastien sabía que era él, lo escuchaba moverse por la pieza hasta que sintió como se hundía la cama, sintió la yema de sus dedos recorrer su rostro y sacar un riso que caía sobre sus  ojos, un suspiro escapó de él, algo triste y melancólico, sintió sus labios posarse en su frente mientras susurraba su nombre … mi Kate … por favor no me odies… 

Se levantó y salió de la habitación Kate abrió los ojos con su corazón latiendo, aún sentía la calidez de sus labios sobre su frente, sintió partir un auto y se puso de pie rápidamente haciendo que su pie doliera pero no le importó, miró por la ventana y vio un auto deportivo negro salir seguido de dos camionetas negras, miró la mesita había un plato de su comida favorita, lasaña, un vaso de limonada con menta y un trozo de sandía.

Cómo es que sabe lo que me gusta, desde cuándo este tipo me espía. – se sentó y empezó a cenar con su corazón apretado, luchando entre odiar a Bastien, el hombre que abusó de ella o dejarse cuidar por él.

Bastien caminaba seguro por unos pasillos oscuros seguido de sus hombres, los gritos desgarradores resonaban en los pasillos, como ecos de un infierno que Bastien conocía demasiado bien. Una puerta entreabierta dejó escapar un gemido ahogado, seguido de una risa obscena. Él apretó la mandíbula, recordando la promesa que le hizo a sí mismo frente al espejo: ‘Jamás dejaré que Kate sea lastimada"

… Eso es perra trágala toda, pagué mucho por ti, traga todo … se veía un hombre abusando de una joven haciendo que Bastien se asquera ,la puerta se cerró de golpe, solo fueron segundos pero para Bastien fueron horas, siguió caminando hasta llegar a una oficina, 2 mujeres solo en bragas estaban arrodilladas, con esposas mientras el hombre sentado detrás del escritorio sonreía.

— Quien será la afortunada de mamármela este día — las mujeres temblaban mirando el suelo, el hombre levantó la mirada y vio entrar a Bastien.

— ¡¡Bastien!! Amigo, deseas servirte algo, estas perritas son profesionales en mamártela — Bastien lo miró con desagrado.

— Vengo por algo puntual, le tiró su móvil sobre le escritorio donde le hombre miró la foto de Kate siendo follada por Bastien tomando su virginidad — Ya no podrás vender su virginidad, así que déjala en paz.

— ¿Te atreviste a tomar algo que es mío Bastien?

— Ella no es tuya y nunca lo será, dime cuanto pagaste por ella y te devolveré el doble.

— Mmm — el hombre se sobaba el mentón — interesante oferta, pero… esa mujer tiene dueño, mi hijo, se preocupó especialmente para traerla a la fiesta y poder saborearla, pero ya que tú te nos adelantaste, espero que lo hayas gozado, esas piernas se ven deliciosas — Bastien le quitó el celular de las manos –

— Dime tu precio

— 10 millones, pague 5 por ella, lo justo son 10 millones, pero no te aseguro que la dejaremos de buscar, puede ser una deliciosa sirviente como estas dos preciosuras que están aquí — el hombre se agacho pasando la lengua por el rostro de una de las mujeres mientras ella lloraba — mmm ese sabor salado me excita tanto. — Bastien hizo una seña y Lucca se acercó con un maletín abriéndolo, captando la atención del hombre.

— Aquí hay 15 millones, si veo a uno de tus hombres rondando mi propiedad nuevamente, vendré aquí a cortar eso de raíz – Lucca tiró una bolsa con la cabeza de un hombre, manos y pies, a la cabeza le faltaban sus ojos, era un espectáculo grotesco, la sangre manchaba el escritorio del hombre, las mujeres gritaron al ver la sangre –

— Ya veo, bueno, espero que hayas sacado provecho de sus órganos, sé a que te dedicas Bastien, no eres mejor que yo.

— Yo destripo y vendo los órganos solo de lacras como tú, aunque tus órganos no me servirían por la cantidad de grasa que deben tener, escucha bien Fabio, no me busques, sabes muy bien que no tengo paciencia, saca a Katherine de tu lista o créeme que la próxima cabeza que recibirás será la de tu amado hijo.

— ¡¡¡No te atreverías!!!

— ¡¡No me provoques!! Sabes muy bien que no tengo límites cuando se trata de defender lo mío, y esa mujer es mía, grábatelo bien en la cabeza, lo que le pase a ella se lo hare pasar a tu hijo e hija 10 veces más, así que tú decides Fabio. — El hombre cerró el maletín guardándolo bajo su escritorio.

— Haré lo posible, no te prometo nada ya que mi hijo está obsesionado con esa muchachita.

— Espero que lo hagas si no quieres que le saque la obsesión cortándolo en pesados.

Bastien salió de la oficina volviendo sobre sus pasos justo por donde había entrado, los gritos de mujeres eran ensordecedores, Lucca se acercó a Bastien caminando a su lado.

— ¿Por qué no le dice jefe?

— Porque no tiene por qué saberlo, ella nunca sabrá lo que le planeaban hacer en este infierno.

— Pero jefe, ella lo odia, si no la hubiera secuestrado, estos cerdos la hubieran violado y hecho cosas peores, no puede seguir cargando la culpa sin que ella lo sepa, ella lo odia.

— Prefiero que me odie antes que sepa de un lugar tan asqueroso como éste.

Llegando a la mansión Bastien subió directo a la habitación de Kate, ella estaba acostada, sentada mirando por la ventana la luna que asomaba por la colina, al escuchar la puerta se tensó y automáticamente se cubrió con las sábanas, al ver que era Bastien se relajó un momento, Bastien se sentó a su lado.

— ¿Cómo está tu pie?

— Bien, aunque duele

— ¿Comiste?

— Sí

— ¿Tomaste los antibióticos?

— Sí – Bastien suspiró –

— Si mañana puedes ponerte de pie, me gustaría que me acompañaras a desayunar, quiero mostrarte algo.

— Te dije que no quiero comer contigo.

— Kate…

— Te dije que no quiero, entiende, tengo novio, lo amo y él me ama, debe estar preocupado, debe estar volviéndose loco buscándome, y tú me tienes aquí encerrada, abusaste de mí, no me dejas salir.

— Es mejor que te olvides de ese hombre ahora eres mía

¡¡¡Jamaaas!!! ¡¡¡Jamás seré tuya, jamaaas!!! – Bastien la tomó de las manos y subió sobre ella respirando rápido mientras Kate abría sus ojos asustada – ¿que harás, me violarás otra vez?

— Por qué eres tan difícil, eres mía Kate, mía, solo mía.

— Jamás Bastien – Kate tenía lágrimas en los ojos llenos de odio y hablaba apretando los dientes, repitiéndole una y otra vez, Bastien se acercó y besó su frente, la soltó y se puso de pie.

— Si mañana no bajas a tomar desayuno subiré yo, tú decides.

Bastien salió de la habitación dejándola en silencio, el corazón de Kate latía con fuerza ante la cercanía de Bastien, sus ojos eran hipnóticos como una serpiente, Kate se giró en la cama mirando la luna por un rato mientras suspiraba por su novio … Sebastián, ¿me extrañas? … se quedó dormida después de unas horas, entre sueños sentía que alguien besaba sus labios y acariciaba su cabello y le susurraba contra sus labios— Kitty por favor no me odies...

Bastien estaba en su habitación cuando su celular vibró, un mensaje aparecía en la pantalla. "Crees que con dinero podrás salvar a tu ángel, no me detendré y creeme, esta vez los perros tendrán hambre" Bastien apretó tan fuerte el celular con sus manos y rompió la pantalla, debía destruirlos, no había tiempo que perder, debía salvar a Kate.

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