Gennaro Cada paso que daba, cada palabra que salía de mi boca, estaba diseñada para provocar, para plantar dudas y encender la furia en Nicola Moretti.No pude evitar sonreír mientras lo veía de lejos, tan rígido y controlado como siempre, siguiendo a su hija como si fuera un maldito perro guardián. Nicola era el hombre más peligroso de Palermo, eso lo sabía, pero también sabía que tenía un punto débil. Sus emociones. Su familia.Y yo había presionado justo donde dolía, sin esforzarme.Aún podía sentir la electricidad del enfrentamiento en el puesto de tiro al blanco. Su mirada, fría como el acero, me lo dijo todo. Si no fuera por la multitud de padres y niños, probablemente habría intentado arrancarme la garganta ahí mismo. Pero Nicola no era tan tonto. Era paciente, calculador.Claro, él pensaba que en cuanto pusiera un pie fuera del colegio sería un hombre muerto. Lo que no sabía era que yo también había planeado justo eso. Este juego lo llevaba controlado desde el principio.Ca
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