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Todos los capítulos de Destinada al Último Rey Lycan: Capítulo 31 - Capítulo 40
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31 Descubierta
Pov Leina Tomé una gran bocanada de aire para hacer esto. Caminé dando pequeños pasos para que la raja del vestido no se abriera y dejara ver más de lo que no quiero. Bell me sigue más atrás, tratando de taparse con mi presencia, con sus manos fuertemente agarradas a su corto vestido. Yo, en cambio, muestro una postura más segura, a pesar de que por dentro me tiemble todo. Mi cabeza altiva demuestra que yo no les tengo miedo. Mi mirada asesina está fija en ese hombre que solo pasa su mirada por mi cuerpo y luego la desvía como si fuera nada. Me las vas a pagar, solo espera. Me paré al lado de mi nuevo "amo", esperando a que me diera la orden de sentarme. —Oye, Neil, no seas así y dinos cómo fue la noche con la belleza a tu lado. —Sí, dinos. Bajé la cabeza para tratar de ocultar mi risa. Ya quiero que hable de "nuestra maravillosa noche" para que llegue a sus oídos. —Comenzando con que no la pienso compartir, no aún; aún no saboreo todo su cuerpo como es. Posa su mano en mi
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32 Enfrentamiento con Gena
Pov Bastian Llegué a mi habitación más que frustrado; esa reunión fue demasiado incómoda después de la llegada de esa mujer con su ropa descarada. El olor de ese Alfa me tenía con ganas de arrancarle la cabeza y ni sé por qué. «También querías arrancárselas a tu beta y gamma por la misma razón». «Esa mujer… esconde algo, no sé qué es, pero pronto lo sabré y solo espero que sea lo suficientemente grave para deshacerme de ella, tal cual como quise desde que pisó la arena». En eso, la puerta se abre y entra Gena; por su cara ya sé que no son buenas noticias. —Bastian, primero lo primero: tu compañera, no hay rastro; nadie la ha visto y, al menos, diré que esto es un punto bueno. No ha ido a ver a su familia, así que… debe ser por miedo a que lleguen allá. —¿Y lo otro? —Algo no está bien; hay movimiento en la manada de Guillermo. Una parte de su ejército se está movilizando, pero aún no sabemos a dónde. Cambian de dirección de forma extraña. Me quedé analizando todas sus
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33 Un juego de placer
Pov Leina Luego del entrenamiento, se hizo una cena especial para festejar el aniversario de la toma del puesto de la líder Gena. A mí me daba igual estar, pero ya tenía planes ocultos. Apreté con fuerza el polvito que logré conseguir de las doncellas de Neil mientras me dirigía hacia la cocina, tratando de no llamar la atención. Mi excusa para salir fue ir al baño, pero ahora me encuentro espiando las bandejas que se van a servir. Cuando colocan la bandeja y la copa del bestia, espero a que la doncella salga para correr rápido hacia allí. Abrí la bolsita para rociar con cuidado el polvito no solo en la comida, sino también en la copa de vino. Bueno, ¿qué más da echarlo todo? Vacíe todo el contenido que no deja nada de olor. Me iba a ir cuando algo en la mesa de atrás llamó mi atención: una botella de picante. Muerta de la risa para mis adentros, la tomé y vertí un montón sobre la comida. Salí regresando en silencio y, luego de unos minutos, trajeron las bandejas. Estuve at
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34 Cargo de conciencia.
Pov Bastian. Me encontraba de nuevo en la habitación. Movía mi pierna con desespero mientras estaba sentado, tomado de la cabeza. ¿Quién demonios era esa mujer? ¿Cómo se atrevió a hacerme esto? Con un rugido, tomé la cama, lanzándola por toda la habitación. El desespero, la rabia y el dolor consumiéndome por completo. Un enorme cargo de conciencia que me estaba haciendo perder la cordura. «Ella va a rechazarnos, Bastian. Cuando se entere, va a rechazarnos. Tenemos que encontrar a esa mujer y despedazarla. ¡LA QUIERO MUERTA!» Thorin camina de un lado a otro, tan desesperado como yo. Todo esto fue planeado, pero ¿quién se atrevería a tanto para esto? Nadie en su sano juicio se atreve a desafiarme de esa forma. Necesitaba recordar algo, cualquier cosa de esa mujer, pero todo lo que venía a mí eran las imágenes de ella sobre mí, restregándose sobre nosotros, su cara cubierta con un velo. Demonios, no sé qué nos pasaba que hasta su olor nos confundió. —¡Aggrrrr!…— me dejé caer s
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35 Enfrentamiento
Pov Leina —¿Qué hay de tu compañera? ¿No piensas esperarla? Él me dio una rápida mirada y solo lo vi mirar la carne entre el fuego. Algo en sus ojos se removía, demasiado sutil para poder verlo. —Ella murió a manos del Alfa Guillermo. Antes, seguía a su manada y era su hombre más leal, pero en el momento en que sus manos derechas pusieron el ojo sobre ella… Apretó la vara con fuerza, los músculos de su cara se tensaron y estoy segura de que está por romperse los dientes. —Me la arrebataron, me obligaron a ver cómo la violaban sin descanso uno tras otro. Guillermo fue el último, la destrozó, la humilló y, a lo último, le cortó la garganta. Abrí la boca para decir algo, mi corazón sangraba y los sentimientos de esos días querían salir, pero los mandaba al fondo donde no pudieran regresar. Yo no era la mejor para darle palabras de consuelo. —Masacraron a mi manada y a mí… me dejaron mal herido para que muriera, y ahí fue donde él llegó— me dice, señalando al hombre que habla con
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36 El lobo blanco
Pov Narrador El cielo claro pronto se tornó gris; las pequeñas gotas de lluvia caían pesadas sobre la atmósfera, que estaba a punto de estallar. De la cortina de humo emergió un lobo blanco; una cicatriz rasgaba su cara y otras tres adornaban su lomo. Sus ojos, fijos en Bastian, su mayor rival, hoy le iban a demostrar cuánto poder de destrucción podría causar. Más allá de ellos, donde estaba la otra pequeña parte de su ejército, llegó el ejército restante de Bastian. Ailen se preparaba para recibir órdenes cuando el galope de varios caballos llamó su atención. —Sacerdotisa, no debería estar aquí. —Si lo estoy, es porque debo estarlo. No te preocupes, hoy no será esa batalla, aún no. Ella miró directo hacia donde estaba Leina; en sus ojos había preocupación y miedo. Tanto Leina como Ava estaban perdidas; todo su mundo desapareció a su alrededor en el momento en el que aquel lobo captó toda su atención. Todo fue por él; su vida y su mundo se derrumbaban por él. Los cue
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37 Está embarazada
Pov Bastian Estuve sentado día y noche fuera de mi habitación. La sacerdotisa solo entraba a ver a Leina y luego salía sin decirme nada. Alcé mi vista para ver el cielo oscuro. Era como si el sol nos hubiese abandonado. Jamás en toda mi vida había visto o presenciado algo como esto. Tampoco en nuestras historias, ningún libro que hable sobre las lobas bendecidas menciona esto. Lo que me hace mirar en dirección a la puerta de mi habitación. Leina es por mucho, diferente y especial; no parece saber nada de quién es. «Parece que la Diosa mandó un lienzo en blanco y eso puede ser peligroso, Bastian. Esta oscuridad ha cubierto la tierra más días de los esperados y eso solo significa que ella es importante». Me sentía agotado mentalmente; necesitaba asegurarme primero de que ella estaba bien antes de ocuparme del resto. Entrecerré los ojos, recordando todos los acontecimientos de los últimos días. Tengo muchos ajustes de cuentas que hacer y el principal es con Neil. «¿Y a t
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38 Eres un animal
Pov Leina Había pasado todo un día desde que Bastian había venido. No sé si me pasé de tono esta vez, pero él ya no regresó ni para traer agua. El cielo ya comenzaba a aclararse y ahora parecía un cielo gris antes de una tormenta. Tomé la capa oscura y salí. Me vale si se enojan conmigo. No es como que me puedan gobernar. Me deslicé por la ventana con cuidado, llegando a los jardines de la mansión. Una vez que logré llegar afuera, corrí en dirección a la mansión de Neil. No es como que me importara mucho él, pero sí Bell, que la había dejado sola a merced de bárbaros brutos. Crucé la calle casi desolada de la manada y, cuando vi la entrada de la mansión, me detuve en seco con los ojos bien abiertos. La gran reja de hierro estaba vuelta nada, con unas enormes garras marcadas y en otros lados estas mismas habían rasgado el metal como simple tela. «Creo que ahora sí está enojado, Leina». Me adentré hacia la mansión y todo a mi paso era un total desastre. Y si creía qu
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39 Sin respuestas
Pov Leina La sacerdotisa vino, como todos los días, para darme sus brebajes amargos. No me quejo; mis heridas ya estaban sanas, al menos las externas. —Toma— me dijo, extendiendo dos pergaminos bastante antiguos, y lo sé por lo amarillo de la hoja. —No tomes decisiones precipitadas, Leina. Recuerda que ya no estás sola. —Si lo dices por el hombre que me tiene… —Leina, conócelo. Permite que entre a tu vida; él no es como crees. Ella solo se marcha sin decir más, y yo me quedo observando los pergaminos hasta que decido abrir uno. Está escrito en un lenguaje antiguo, pero, por alguna razón, lo puedo entender. Las lobas bendecidas son escogidas desde el vientre de la madre. La Diosa misma escoge un espíritu de lobo para ellas y las enlaza directo con su alma una vez que nacen. «¿O sea, que yo estoy contigo desde que naciste?» «Eso parece.» La primera loba lunar fue una hija directa de la Diosa; su poder y su mando eran tan grandes que atrajeron la ambición de muchos Alfas pode
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40 Su juego tentador
Pov Leina La ansiedad me estaba matando y estoy segura de que eso es lo que él quería. —Bastian, solo di lo que quieres y ya está. Estar en esta posición duele y odio la oscuridad; termina de una vez. Me removí mirando las cuerdas, trataba de sacar mis garras para romperlas, pero ni haciéndolo llegaría a ellas. —No vas a librarte de ellas, no hasta que yo quiera. Sus manos comenzaron a recorrer mis piernas, subiendo por mis muslos. El camisón se iba elevando, descubriendo mi piel. —Dime, Leina, lo que quiero saber. —Ya… ya te lo dije todo. Esta vez, mi camisón fue rasgado por completo. Escuché la tela siendo despedazada y luego salió de mi cuerpo, dejándome por completo expuesta. Solo mis braguitas quedaban, por ahora. —No puedes obligarme a estar contigo. —¿Por qué llevas a un cachorro de Neil o porque te gusta más él? —Eso no es tu problema—dije con los dientes apretados, tratando de zafarme de sus manos que jugaban con la última prenda que me cubría. —Me entregaste a é
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