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Todos los capítulos de Me casé con el comandante: Capítulo 21 - Capítulo 30
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Capítulo 21
ARIA Después de unos segundos en silencio, el comandante nos miró con seriedad y habló: —Quería hablar contigo a solas. La boda está planeada para dentro de tres semanas. Supongo que mi hermana ya te lo habrá comentado. —Sí, comandante. —Las hembras te ayudarán con los preparativos —añadió sin rodeos, como si estuviera enumerando una lista de tareas. Luego giró su atención al pequeño. —En cuanto al cachorro, supongo que ya sabe que debe obedecerme, ¿no es así?. El niño asintió rápidamente, aunque el nerviosismo seguía reflejado en su rostro. —Mañana mismo comenzará su entrenamiento físico. —¿Entrenamiento físico? ¿Tan pequeño? —repliqué, incapaz de ocultar mi sorpresa. El comandante me dirigió una mirada calculadora antes de responder: —En esta manada, el entrenamiento es obligatorio para todos. Un guerrero debe estar preparado para proteger a su manada y a las hembras. Se les entrena desde jóvenes. Cuando cumpla quince años, podrá decidir si quiere dedicarse a otra cosa, per
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Capítulo 22
SEIKRegresé del entrenamiento matutino con los guerreros y fuí directo a la ducha. El agua fría fue un alivio después de un día tan agotador. Hoy, mi beta había estado a cargo de los cachorros, y no tenía dudas de que estaría exhausto y con ganas de tomar una copa. Los pequeños eran un torbellino de energía, y no tenían disciplina, por lo que eran dificiles de manejar.Cuando salí de la ducha, busqué a Jaro para preguntarle dónde estaba Roberto. Me dijo que lo encontraría en una de las habitaciones de la mansión de la manada.Al llegar ví que el ya estaba veviendose una copa de whisky.Me dejé caer en el sofá mientras me servia una copa a mí y se rellenaba una segunda para él.—¿Cómo fue el entrenamiento con los cachorros? —le pregunté, curioso.—Como siempre —respondió con una sonrisa cansada—. Te agotan. Necesitaba esta copa más que nunca jaja.Ambos reímos, compartiendo el cansancio de nuestros respectivos días.—¿Y Marcus? —pregunté rápidamente.—Bueno, para ser su primer día, no
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Capítulo 23
ARIANo estoy acostumbrada a tener tanto tiempo libre. Cuando estaba en mi manada, apenas podía permitirme un respiro. Me parece extraño que nadie me haya asignado tareas administrativas u otro tipo de trabajo.Estaba desayunando, perdida en mis pensamientos, cuando Melia se acercó y se sentó a mi lado. Parecía que ya había desayunado, porque no llevaba bandeja. Me miró con una expresión divertida y dijo:—Hoy vamos a elegir el vestido para la boda. La modista y algunas hembras veteranas nos esperan en unos veinte minutos. Puedes terminar tu desayuno tranquilamente, no te preocupes.Asentí con un gesto mientras terminaba de comer, pero mi tranquilidad se desvaneció cuando Elisabeth hizo su entrada triunfal en el comedor, seguida por su séquito. Su mirada llena de desdén no pasó desapercibida para Melia, que frunció el ceño.—Esa chica… me odia —comenté en voz baja.—Ah, no te preocupes… —respondió Melia con aire despreocupado—. Es porque quiere estar con mi hermano. Su padre le metió
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Capítulo 24
SEIKDespués de las patrullas matutinas, los guerreros y novatos nos dirigimos al comedor. En el camino, nos topamos con un grupo de hembras que parecían enfrascadas en una discusión. Como siempre, la hembra alborotadora estaba en el centro de la discordia. Alcancé a oír cómo Elisabeth llamaba ‘poca cosa’ a alguien con aire despectivo. Lo que más me llamó la atención fue que Aria, la destinataria del insulto, no pareció inmutarse; parecía acostumbrada a ese trato.No podía dejar que aquello escalara, así que tuve que intervenir antes de que la situación se convirtiera en un problema mayor. 'Las hembras siempre dan problemas', no pude evitar pensar.Cuando el grupo de hembras se dispersó. Nosotros nos disponiamos a irnos pero Elisabeth me llamó con una voz melosa, su tono cargado de intención. No queria detenerme pero tenía que hacerlo. Los machos al ver que se acercaba la hembra se retiraron, dejándonos intimidad.—Seik, hola. ¡Hace tiempo que no te veo!La miré serio, sin ganas de en
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Capítulo 25
SEIKMe uní a los hombres lobo de mi manada mientras se dirigían hacia la arena de entrenamiento. Esta tarde teníamos una sesión especial con los cachorros que recién comenzaban su instrucción. Entre ellos estaba Marcus. '¿Cómo le estará yendo?'me pregunté, sin poder evitarlo.Al llegar a la arena, encontramos a algunos cachorros agrupados en pequeños círculos. Sin embargo, Marcus estaba apartado, de pie, con la mirada perdida en el horizonte. Había algo en su postura que me hizo pensar que no se sentía del todo parte del grupo, como si no encajara.Cuando los cachorros notaron nuestra presencia, se enderezaron de inmediato y nos ofrecieron el saludo formal, firmes y respetuosos. Sus movimientos rígidos dejaban claro cuánto nos admiraban, o quizás cuánto nos temían. Mi beta no perdió tiempo y dio las primeras órdenes.—Cachorros, a calentar.La arena cobró vida al instante. Por todo el campo de entrenamiento, pequeños de entre seis y quince años comenzaron a correr, saltar y realizar e
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Capitulo 26
ARIAEstuve pensando toda la tarde en la escena que vi en el pasillo. Esta vez me costó más de lo habitual ponerme la máscara de indiferencia. Era lógico que el comandante tuviera mujeres, y supongo que las seguirá teniendo… después de todo, es un hombre lobo joven. Ni siquiera sé por qué estoy dándole tantas vueltas al asunto… ya sabía a lo que venía. Solo soy una pieza útil para mi manada, un instrumento para cumplir sus propósitos.Después de lo que me pareció una eternidad, un joven guerrero se acercó a mí para decirme que Seik me esperaba en su despacho. ‘¿Habrá pasado algo?’ La preocupación se apoderó de mí, y sin perder tiempo, salí rápidamente hacia él. Mis pasos eran apresurados, y mi mente no dejaba de especular. Estaba nerviosa.Cuando llegué, llamé a la puerta. La voz de Seik me invitó a pasar. Al entrar, lo encontré tranquilo, sentado tras su escritorio. Eso alivió un poco mi ansiedad, pero no del todo.—Siéntate —dijo con su tono usual, firme pero calmado.Obedecí y, s
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Capítulo 27
SEIKLa hembra y el pequeño se marcharon. Mi mente divagó, otra vez. '¿Cuantas veces van ya?'.Recordé la escena que acababa de ocurrir, cuando el cachorro y la hembra estaban aquí. Ambos parecían… felices.Apoyé los codos en la mesa y me pasé una mano por el cabello. ‘¿Por qué vino a mi mente ese simple momento?. Adoptar al cachorro, no era gran cosa. Es algo necesario para el bienestar del pequeño. Nada más. Sin previo aviso, otra imagen se filtró en mis pensamientos…Gruñí en voz baja, frustrado conmigo mismo.‘Tenía mucho trabajo y aquí estoy, pensando en tonterías’. Se obligó a apartar el recuerdo y tomó uno de los informes apilados en su escritorio. Sus ojos recorrieron los detalles escritos con precisión, reportes recientes de los rastreadores y guerreros.Habían detectado movimientos preocupantes en las zonas cercanas a la zona irregular. Los informes hablaban de avistamientos de vampiros, además de rouges. Según el reporte, algunos lograron escapar, pero uno de ellos fue
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Capitulo 28
SEIK Me metí a la ducha absorto en mis pensamientos. El agua caliente ayudaba a relajar mis músculos, pero mi mente seguía atrapada en los eventos del día. Salí del baño, me até una toalla a la cintura y empecé a secarme el cabello con otra más pequeña. Estaba muy cansado. Cuando apenas terminé de frotar el cabello, alguien llamó a la puerta. Sin pensar demasiado, abrí. Para mi sorpresa, era ella. Por un momento, se quedó congelada en el umbral, como si no supiera si entrar o salir corriendo. Su mirada pasó rápidamente de mi rostro al resto de mi cuerpo. Poco a poco sus mejillas adquirieron un tono rosado. Se armó de valor y dijo: —Buenas noches, comandante. Estoy aquí para... —empezó a decir con un tono un tanto atropellado. La interrumpí, haciendo un gesto con la mano. —No te quedes en el pasillo. Entra.—ordené, sin pensar demasiado. Pareció dudar, pero finalmente obedeció, dio un paso al interior de mi dormitorio. Su postura era rígida, como si estar en mi habitación la p
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Capítulo 29
SEIK Ella asintió lentamente, y por primera vez levantó la mirada del todo, dejando que nuestros ojos se encontraran en un choque cargado de tensión. —Vi tu cuerpo, y no me pasó desapercibido... —susurró, tan bajo que por un momento pensé que lo había imaginado. El calor subió desde su cuello hasta sus mejillas, pero en su mirada no había arrepentimiento, solo un deseo innegable que estaba empezando a arrastrarme con ella. 'M*****a sea'. Mi cuerpo parecía tener voluntad propia. Sin perder más tiempo la besé con ímpetu. Tenía muchas ganas de hacerlo… Mis manos tiraron de ella por los brazos y la estampé contra la pared. La observé unos segundos… me fijé en su cuerpo apretado...sus curvas... ’Quiero tenerla’, pensé. —Comandante… —susurró ella, con la voz temblorosa, insegura. —Hembra… —respondí con firmeza, cortando cualquier formalidad entre nosotros—. No me llames por mi título. No ahora.—Mi mano le tocó la cintura y apreté. — Si...—dijo muy lentamente. —Y otra cosa… si
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Capítulo 30
ARIAEsta mañana decidí darme una vuelta por la arena de entrenamiento. Quería ver cómo estaba Marcus y, de paso, satisfacer mi curiosidad sobre cómo entrenan los hombres lobo de la manada Sombra Nocturna.La arena de entrenamiento estaba más bulliciosa de lo que esperaba. El sonido de los golpes secos y las pisadas rápidas llenaba el ambiente, acompañado por las risas nerviosas de los más jóvenes, creando un caos casi contagioso. Avancé con pasos cautelosos, sintiendo cómo las miradas me seguían desde distintos puntos.Los cachorros y jóvenes entrenaban con intensidad bajo la supervisión de guerreros más experimentados. Entre ellos, distinguí a Marcus, quien, al verme, alzó una mano con entusiasmo.—¡Hermana! —gritó con una sonrisa amplia y sincera, como si mi presencia fuera lo mejor que le había pasado en todo el día.Respondí con una leve inclinación de cabeza, tratando de no llamar la atención. Sin embargo, pronto noté que el resto de los cachorros no compartían su entusiasmo. Sus
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