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Todos los capítulos de La Flor del Magnate: Capítulo 91 - Capítulo 92
92 chapters
90. La presa
Hee-sook había regresado a su penthouse. Se quitó su ropa y se duchó. Se puso un baby doll erótico, que la hacía lucir sensual y hermosa. Fue a la cocina por soju coreano. Se sirvió en una copa y en su celular empezó a buscar sobre Hield Dietrich. Revisó las redes sociales, pero los Dietrich eran muy reservados. Ninguno de ellos tenía fotos, solo una familiar de los señores Dietrich y los tres hermanos cuando eran niños. Enseguida distinguió a su pequeño impostor. Era tan dulce e inocente, que le provocaban ganas de tenerlo solo para ella. Estaba comprometido con Heinz por decisión de sus padres, pero había encontrado a una presa más deliciosa y pura de cazar, a Hield Dietrich, el hermano de Heinz, su lindo mentiroso, su concuñado. Lo tomaría bajo su control. Ya tenía todo lo necesario para hacerlo. Él no podría rehusarse a lo que le ordenara. Se convertiría en la dueña de ese joven magnate de ascendencia europea. Moldeó una sonrisa malvada. Hield Dietrich era su nueva presa, virgen,
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91. Nueva fase
Al amanecer del día siguiente, Heinz y Ha-na despertaron en sus respectivas habitaciones. El aire en el penthouse parecía distinto, cargado de una energía sutil pero palpable, como si algo invisible hubiera cambiado entre ellos. Ambos lo sentían, una sensación que les presionaba el pecho, no de incomodidad, sino de algo que no podía ser ignorado. Atrás habían quedado los días en los que evitaban cruzarse, atrapados en una disputa que parecía insalvable. Lo que había ocurrido en el edificio mirador y en el sofá la noche anterior había marcado un antes y un después, trazando un camino que ninguno de los dos se atrevería a negar.En su habitación, Heinz se levantó con un movimiento decidido, como si su cuerpo ya supiera que el día estaría cargado de nuevas expectativas. Caminó hacia el baño, dejando que la luz del amanecer iluminara su figura alta y robusta. Su piel clara reflejaba el resplandor matutino, y sus ojos azules, aún somnolientos, brillaban con un tono más suave que de costumb
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