Ante las palabras del recién llegado, Máximus asintió, sin embargo, cuando Zeth se sentó al lado izquierdo de Dante, el hombre no pudo evitar soltar un suspiro frustrado.Su hija y su nieta ya tenían compañeros, lo que significaba que, aunque la situación se resolviera, él no tendría mucho tiempo para convivir con ellas, pues ambas, habían resultado ser Lunas.¿Quiénes se creían esos dos para quitarle sus tesoros? ¿Su salvadores?Pues sí, ambos eran su salvadores.Zeth, desde que había descubierto la verdad detrás de Arioch, había comenzado una investigación propia hasta que finalmente pudo dar con Alastor y lo había estado ayudando desde entonces.Dante, bueno, él había comenzado a ayudar a Alastor desde que se le había contado la verdad, y desde entonces, el bienestar de su compañera y el de su familia, era lo más importante para él.¿Les agradecía por eso? ¡Claro!Sin embargo, la diosa ya los había recompensado a los dos dándoles como compañeras a ambas princesas licántropas, pero
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