Tras lamer el rostro de la joven un par de veces, Maoz dirigió su cabeza hacia los recién llegados.Justo frente a él, estaba el que, alguna vez, fue su beta y su mejor amigo.―Majestad ―dijo Eros colocándose sobre una de sus rodillas ―Me alegra tanto verlo con bien ―dijo con la voz ligeramente quebrada al mismo tiempo que llevaba su mano derecha a su pecho e inclinaba la cabezaComo respuesta, Maoz volvió a agitar su cola, por lo que, con suavidad, empujó a Anna con su hocico, provocando que la joven se apresurara a apartarse de él unos cuantos pasos, dándole el espacio justo para que el rey, volviera a su forma humana.―Deja el formalismo viejo amigo ―dijo Máximus con una pequeña sonrisa ―No sabes la alegría que siento al volver a verte ――Max ―susurró Eros antes de ponerse de pie―Puedo saber, ¿qué haces aquí? ―preguntó Máximus con un jadeo, pues Anna, se había apresurado a abrazarlo―Mi hijo, Cole y yo vinimos a buscarte Max ―dijo Eros enjuagándose las lágrimas ―No sabíamos que ya
Ante las palabras del recién llegado, Máximus asintió, sin embargo, cuando Zeth se sentó al lado izquierdo de Dante, el hombre no pudo evitar soltar un suspiro frustrado.Su hija y su nieta ya tenían compañeros, lo que significaba que, aunque la situación se resolviera, él no tendría mucho tiempo para convivir con ellas, pues ambas, habían resultado ser Lunas.¿Quiénes se creían esos dos para quitarle sus tesoros? ¿Su salvadores?Pues sí, ambos eran su salvadores.Zeth, desde que había descubierto la verdad detrás de Arioch, había comenzado una investigación propia hasta que finalmente pudo dar con Alastor y lo había estado ayudando desde entonces.Dante, bueno, él había comenzado a ayudar a Alastor desde que se le había contado la verdad, y desde entonces, el bienestar de su compañera y el de su familia, era lo más importante para él.¿Les agradecía por eso? ¡Claro!Sin embargo, la diosa ya los había recompensado a los dos dándoles como compañeras a ambas princesas licántropas, pero
Aquella noche, tras acordar que el siguiente paso en el plan era que Anna se acercara a una de las criadas, Zeth y Nero volvieron al palacio, por su parte, Cole se unió a Byron y a Ragnar para vigilar el lugar, mientras que Eros, se encerró con Máximus en su oficina.Dante, por su parte, no regresó a su diminuto apartamento en el centro, si no que se había quedado en la finca por petición de Máximus, quien al ver como el rostro de su nieta se consumía por la tristeza de ver a su compañero marcharse, le pidió pasar la noche en casa.―Cariño, vuelve a la cama ―dijo Dante tras observar la figura de su compañera por largo ratoAnna, quien se había sentado sobre el alfeizar de la ventana, negó con la cabeza lentamente, por lo que, al notar un ligero temblor en su cuerpo, Dante se levantó y se apresuró a ir a acomodarse detrás de ella para abrazarla por detrás.― ¿Qué sucede? ―le preguntó con voz queda antes de besar su marca―No quiero ser una Diana ―dijo Anna con voz débil―No es lo mismo
―Es imposible ―gruñó Gael con frustración antes de lanzar un plano a la mesa más cercana ―Si no sé qué hechizos de protección utiliza ese hombre en su madriguera, no puedo abrir un portal y mucho menos, ayudarla a entrar a esa mazmorra ――Burlar a los custodios será fácil, está todo aquí ―dijo Armin revisando los horarios de los guardias que Zeth había llevado aquella mañana ―Pero sigue siendo arriesgado, teniendo en cuenta que no sólo protegen el ala de Mendel, sino que también, al hombre que “secuestró” al rey ――Desde que lo capturaron, esa zona jamás está desprotegida ―dijo Nero antes de morder una hamburguesa―Por eso es por lo que debo unirme a los hombres de Arioch, les será más fácil confiar en uno de los suyos, pues si creamos una distracción, podríamos ser atrapados en el acto ―dijo Dante antes de meterse una papa frita en la boca―Y aún así, es algo arriesgado ―dijo Zeth antes de beber de su refresco ―Serás un nuevo elemento, no será tan fácil que confíen en ti ――Tendrás q
Tras ponerse de acuerdo con la siguiente parte del plan, Anna y Dante aprovecharon su día libre y pasaron la tarde juntos.De vez en cuando, Armin y Gael se unían a ellos, sin embargo, terminaban dejándolos solos, pues el anhelo que tenían el uno por el otro, se palpaba en el aire, y aquello, a Armin le incomodaba y a Gael lo fastidiaba.―Debo irme ―dijo Dante en un susurro cuando su reloj marcó las ocho ―No he ido al departamento desde ayer por la tarde, será sospechoso si alguien va a buscarme ―agregó antes de besar la mejilla de Anna con ternura― ¿Tan temprano? ―preguntó Anna haciendo un puchero―Tenemos una eternidad juntos por delante nena ―dijo Dante antes de besar sus labios ―Debemos ser fuertes y resistir, además, mañana nos volveremos a ver ――No es lo mismo ―dijo Anna dirigiendo su mirada hacia sus anillos, los cuales, reposaban en la pequeña mesa de café frente a ellos ―Tenían otro significado… ―murmuróY es que, aquella tarde, Emmet había reforzado el hechizo glamour en a
― ¿A dónde vamos Nero? ―le preguntó Anna a su acompañante al notar que el joven avanzaba por el camino opuesto a la zona suroeste cuando ambos volvieron al primer piso ―Antes de trabajar, vamos a desayunar ―dijo Nero consultando su reloj antes de mirarla ―Es una orden, tendremos un día muy ocupado ―agregó al ver que Anna rodaba los ojos ―Vale, no le diré que no a la comida de Isis ―dijo Anna suspirando ―Pero, Nero ¿por qué vamos al jardín? ―preguntó cuando el joven abrió la enorme puerta ― ¿No lo escuchas? ―preguntó Nero en voz baja Confundida, Anna guardó silencio y aguzó el oído. Al escuchar el suave sonido de un violín, la joven no pudo evitar sonreír. ― ¿Es ella? ―preguntó con emoción ―Al parecer, la princesa Keren decidió adelantar sus prácticas esta mañana ― ― ¿Sabes por qué? ―preguntó Anna con curiosidad, pues desde que había llegado al palacio, había descubierto que su tía practicaba al medio día, cuando el sol estaba en su punto más alto ―Sucede que, finalmente ha sido
Tras hacerle una reverencia a Keren, la joven criada se apresuró a marcharse por el mismo lugar por el que Nero había desaparecido. Al verlo desayunar junto a otra criada, Sophie se acercó a ellos directamente.―Buenos días, Nero ―lo saludó Sophie antes de dirigirle una pequeña cabeceada a Anna, quien le devolvió el gesto ―Cuenta ¿qué fue lo que le diste a la princesa? ―preguntó emocionada―Sabes que no me inmiscuyo en los asuntos de mis amos, me pidieron que le entregara eso a la princesa y eso fue lo que hice ―dijo Nero encogiéndose de hombros― ¿Y quién te lo pidió? ¿El joven Zeth? Siempre he pensado que los dos… ――No, no fue él, y no insistas Sophie, sólo hice mi trabajo, así como tú deberías hacer el tuyo ―dijo Nero metiéndose un bocado de su tortilla de huevo en la bocaAnte sus palabras, Sophie puso los ojos en blanco antes de dirigirse a Anna.―Digno de ser el gran beta, ¿verdad? ――Es verdad ―dijo Anna riendo―Tú eres Anya ¿verdad? ――Sí, Anya Carter ―se presentó Anna―Escuc
Una vez que las dos estuvieron dentro, Anna cerró la puerta con seguro y se apresuró a cerrar las cortinas para tener algo de privacidad. Después, rebuscó en la bolsa que había llevado con ella aquella mañana y sacó uno de sus antiguos uniformes.Si bien era parecido al de Sandrine, su falda era algo más larga que la de la joven.―Te ayudaré porque… Entiendo lo que es anhelar estar con la familia ―dijo Anna pensando en la suya― ¿El joven Zeth no te deja verlos? ―Ante la pregunta, Anna negó con la cabeza con suavidad.―No es eso, es algo más complicado ―dijo Anna soltando un suspiro ―Toma, espero te sirva ―dijo tendiéndole su uniforme ―El baño está por allí ―dijo señalándole el camino―Gracias Anya ―dijo Sandrine antes de marcharse“Vale, ya nos acercamos a ella, ¿ahora qué?” ―gruñó Amara“Ahora, nos ganamos su confianza” ―dijo Anna sentándose sobre la cama“Eso… Se escucha vil, como si fuéramos a utilizarla”“Es que eso estamos haciendo” ―dijo Anna dejándose caer sobre su colchón― “