Con decisión y manteniéndose en su papel, Dante se acercó al hombre que había sido liberado de todas sus ataduras, exceptuando, de un grillete de plata que estaba en su cuello.Si bien su apariencia había cambiado por completo, algo que no se habían molestado en ocultar o cambiar, era el aroma de Alastor, el cual, él conocía desde cachorro. Al estar frente a él, Dante observó atentamente el cuerpo magullado de Alastor.Tenía heridas por todo el cuerpo, sobre todo, en sus pies, los cuales, más bien parecían haber sido quemados con algo, muy seguramente, por acónito.En su búsqueda por encontrar alguna parte de su cuerpo que no estuviera herida, Dante llegó finalmente a sus ojos, los cuales se entrecerraron al instante, indicándole que estaba listo para pelear.“Alfa Alastor” ―lo llamó Dante por medio del enlace que, ahora, él también podía usarAnte la familiar voz, Alastor abrió los ojos con sorpresa, por lo que, por un breve segundo, se permitió relajarse.“¿Dante? ¿Eres tú?”“Soy y
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