Capítulo 41 Cuando haya pagado mis pecadosAl día siguiente, Daniela se levantó casi de madrugada. La casa estaba en silencio, pero su mente no dejaba de dar vueltas. Tenía que dejar el desayuno y el almuerzo de los niños listos, e ir a revisar las tareas que Georgina le tenía para hoy. Alicia, la niñera, solo debía atender a los niños y no había otra persona que hiciera la comida del día.Además, necesitaba aclarar lo del colegio de los niños.Mientras preparaba la comida, decidió enviarle un mensaje a Felipe, deseando que le respondiera en cuanto despertara, era necesario hablar sobre la educación de los niños.Con el desayuno listo y el almuerzo preparado con anticipación, se colocó su uniforme de matrona color negro que le había entregado Georgina el día de ayer y se dirigió a la casa grande. Al llegar, vio a Georgina en la cocina, organizando un desayuno.—Buen día, señora Georgina. ¿Podría decirme qué tengo que hacer hoy, por favor? —preguntó Daniela, intentando mantener un ton
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