Marella miró sus ojos oscurecidos, pero no podía distinguir, tenía miedo.Intentó detenerlo, el hombre respiraba rápido, con su toque aun sobre su pierna.—¿No te gusta? —susurró a media vozElla acarició su rostro, luego, se quedó quieta.Su cuerpo temblaba, estaba nerviosa, pero con la cabeza tan confusa como una adolescente enamorada, no sabía que era lo que Dylan quería, pero quería lo que él quisiera.Siempre soñó con sentirse amada, deseada por un hombre y ella ser la única mujer en su mente, ahora parecía tan real.De pronto Dylan bajó la manga de su vestido dejando a la vista su pecho izquierdo, ella no llevaba sujetador, intentó cubrirse, pero el hombre tomó su mano, impidiéndolo, la mano de del hombre la acarició, ella se tensó.Él acarició su pezón con los dedos, ella se curvó, agitando su respiración, la sensación era exquisita, su cuerpo le pedía más, no podía pensar.En manos de Dylan, no podía pensar en nada. Él la observaba.Ante su antifaz y la oscuridad, era imposible
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