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Todos los capítulos de Hasta enamorarnos: Capítulo 11 - Capítulo 15
15 chapters
No sé que siento.
Camila. Llegó a casa, entro a mi habitación y tiro lo primero que veo. —ÁÁÁÁÁÁH. Lanzo un enorme grito porque aún no se cómo desahogarme. Al cabo de unos segundos llega mi ayudante. —¿Qué ocurre señorita? —Pregunta ella un poco sorprendida. —¿Qué ocurre? Ocurre que tengo días esperando la información de la sirvienta de cuarta y no veo nada. Busca a esa gata y pregúntale que ha pasado con Samanta. —Sii, señorita. —Luego de decir esto, se va. Comienzo a caminar de un lado para otro, busco mi celular y empiezo a comprar ropa, es algo que me ayuda en momentos de frustración. —Tengo excelente noticia señorita. —Lidia entra a mi habitación con una sonrisa de oreja a oreja y admito que me contagió. —¿Que pasó? ¿Qué noticias me tiene? —Gloria me dijo que ellos no duermen juntos. Mi cara se arrugó en cuestión de segundo. —Eso ya lo sé, que estúpida eres, quiero información valiosa. Fuera de mi vista. Samanta. Toc toc. —¿Quién es? —Pregunto un poco ner
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No sé que siento parte 2.
Camila. Decido ir al Multicentro, necesito distraerme y en ese lugar existe variedades de cosas para entretenerse. —Señorita, acabo de ver algo. —Dice Mi asistente. —¿Que viste? —Le pregunto sin prestar mucha atención. —Allá. —Me señala a dos personas, que sé perfectamente quienes son, de inmediato mi sangre hierve de furia, esa rata me tiene asqueada. —Bien, Vamos a dar una vuelta, en lo que pensamos que hacer. —Le digo a mi asistente y nos marchamos. Samanta. Alberto realizada unas que otras cosas, yo me entretuve mirando algunos artículos que salieron nuevos, y busco idea para la empresa. Alberto sale de una de las oficinas y entramos en el ascensor. Hay un señor mayor, Alberto se coloca muy cerca de mi, casi siento su respiración. El señor sale y nosotros nos regresamos al último piso. No sé porqué, pero me giro un poco, Alberto está tan cerca de mí que nuestras respiraciones se mezclan, de un momento siento sus labios en los míos y no pude rechazarlo, hast
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No sé que hacer contigo.
Alberto. Termino de realizar una llamada, aunque quiero recuperar la parte que mi padre y yo invertimos en la empresa Love, no me puedo descuidar de mis otros negocios. —Alberto, ¡que sorpresa tan agradable! —Me dice Camila dándome un abrazo cálido. Yo le devuelvo el saludo junto al abrazo. —¿Me acompañas a comprar algo? Por favor. Necesito tú opinión. —Ahora mismo no puedo. —Le respondo de inmediato. —Andale, por favor, vamos, será rápido. Nos vamos y entramos a una tienda de joyas. Ella empieza a observar cada una de esta y no se decide. —Por favor, Camila necesito salir rápido. —No te preocupes, la veo súper rápido, ¿mira está te gustan?—Me pregunta ella con entusiasmo. —Si, están hermosas. ,—Le respondo. —No me estás prestando atención. —Lo lamento Camila, es solo que estoy ocupado. —Pero solo será un segundo, quiero elegir una hermosa. Es para algo importante. Comenzamos a ver las joyas, estoy convenciendo la para que elija una, en eso recibo una llamada,
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Reviviendo viejos temores...
Samanta. Cierro la puerta de forma calmada, pero por dentro estoy llena de rabia, delante de él quedó como la villana. Respiro profundo y trato de calmarme, pero es en vano, mi rabia crece cada vez mas. Al siguiente día aprovecho que es domingo y salgo para encontrarme con Tatia que está en el país. —Tatia, que bueno que estás aquí, me siento sola.—Le digo dándole un fuerte abrazo. Ella me responde el abrazo y agrega un beso en una de mis mejillas. —Sabes que siempre estare para tí, ahora, hablame de la perra esa. —Me contesta ella al mismo tiempo que pide una piña colada para ambas. Le cuento todo con lujo y detalles nuevamente, y no se porque, pero mi rabia crece cada vez más. Tatia se ríe a carcajadas. —¿Por qué te estás riendo? —Le pregunto un poco incómoda. —Querida, debemos de aceptar que esa chica está bien loca. —Si, pero esa loca me está haciendo la vida imposible, y para colmo, Alberto me ve como la mala del cuento. Tatia me mira de arriba abajo
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Tomando forma.
Samanta. Al salir de la oficina de Dagne, me encuentro a Alberto en el pasillo, este me sonríe y se acerca a mí, me da un abrazo y no me pasa por la mente en ningún momento rechazarlo, me hundo en su pecho y absorbo todo el olor que emana de él, mi corazón se acelera nuevamente, pero ahora de emoción, al levantar un poco la cabeza, Camila nos mira de manera fija, me acuerdo de sus amenazas y sin pensar en nada, levanto un poco la cabeza, Alberto hace lo mismo, nuestras respiraciones se entrelazan, acerco un poco, mis labios a los suyos, y él actúa de inmediato. Nuestros labios bailan al mismo tiempo, chupamos y saboriamos cada uno el sabor del otro. Nos alejamos un poco y puedo imaginar que mi cara está ruborizada por la forma en la que él me mira, sonrió de manera tierna y él me cubre con sus brazos dándome un fuerte abrazo. —Buenos días. —Dice Camila. —Buenos días, Camí, ¿Cómo estás? —Le responde Alberto, sin soltarme. Por mi parte me mantengo neutral con ella, no piens
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