Todos los capítulos de MI EXESPOSO ARREPENTIDO SUPLICA QUE VUELVA CON EL.: Capítulo 41 - Capítulo 50
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CAPÍTULO 41: UN NUEVO AMIGO.
CAPÍTULO 41: UN NUEVO AMIGO.Al día siguiente, Adeline llevó a Zoe a su nueva escuela. Cuando llegaron, sonrió y le habló con ternura.—Buena suerte en tu primer día, mi amor.Zoe le devolvió la sonrisa y le dio un beso antes de bajar del auto y luego corrió hacia la entrada del colegio. Adeline la miró con una mezcla de orgullo y nostalgia, y en ese momento, reconoció cuánto de Giovanni veía en ella. Por un instante, se preguntó si hacía mal al mantenerlo alejado de Zoe, pero luego recordó que él no merecía ser su padre y que Lucien había hecho un trabajo maravilloso.Sus pensamientos fueron interrumpidos por el chofer, quien la miró desde el asiento delantero.—¿A dónde iremos ahora, señora? —preguntó.—Al centro de la ciudad —dijo—. Necesito un vestido maravilloso.El hombre asintió, y el auto arrancó.Mientras tanto, Zoe sonreía mientras se unía al grupo de niños en el patio. Pronto, escuchó a uno llorar y vio a otros niños molestándolo.—¡Eres un tonto, Gabriel! —dijo uno de los n
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CAPÍTULO 42: CORAZÓN ROTO.
CAPÍTULO 42: CORAZÓN ROTO.Lucien aumentó el fervor de su beso, y sus manos empezaron a deslizarse bajo la blusa de Adeline. Ella intentó dejarse llevar y rendirse al momento. Sin embargo, la imagen de Giovanni apareció de repente en su mente, recordándole palabras que aún la atormentaban.«Te busqué… ¿Sabes? No hay un solo día en el que no me haya arrepentido de todo…»Ese recuerdo la golpeó fuerte, y aunque trató de apartarlo, el peso de esas palabras la envolvió. Se obligó a centrarse en Lucien, a concentrarse en él y en lo que compartían ahora, pero el eco de Giovanni la perseguía.«Viví en agonía, temiendo que… que estuvieras muerta… Adeline… ¿Fue… una niña? ¿Un niño?»Al final, sin poder continuar, se apartó, interrumpiendo el momento y balbuceó con dificultad.—Yo… yo no puedo… es mejor que paremos.Lucien se apartó, respirando con dificultad, sus ojos reflejando un deseo insatisfecho. Y por un momento, en su expresión se mezclaron frustración y rabia; estaba cansado de que ell
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CAPÍTULO 43: YO SOY TU PAPI.
CAPÍTULO 43: YO SOY TU PAPI.La sala estaba llena de luces y murmullos mientras Adeline, como presidenta, daba la bienvenida. Con elegancia, comenzó a hablar de la nueva asociación entre su empresa y la de Ángelo. Su tono era profesional y directo, agradeciendo a todos los presentes y dejando claro que esta alianza abriría puertas para el futuro.Al terminar, una ronda de aplausos la rodeó, pero en medio de los aplausos, una copa cayó al suelo, rompiéndose en mil pedazos. Barlow se había quedado petrificado, su rostro lleno de absoluta incredulidad.«¿Adeline? ¿Era ella quien estaba allí en el escenario?»Barlow había recibido la invitación al evento, pero estaba seguro de que sería para conocer a la nueva accionista, Adriana DeVille. Sin embargo, ahora estaba frente a su hija, la mujer que él mismo había despreciado y subestimado. Su incredulidad pronto se transformó en rabia, y sus manos se apretaron mientras sus ojos fulminaban a Adeline, incapaz de aceptar que ella fuera ahora la p
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CAPÍTULO 44: VULGAR ZORRA.
CAPÍTULO 44: VULGAR ZORRA.Sebastián miró la pantalla, donde una niña de cabellos oscuros y ojos brillantes reía mientras hablaba. Observó cada detalle de su rostro y, sin poder contenerse, soltó una exclamación asombrada.—¡Mierda, es que es igualita a ti!Giovanni sintió una punzada en el pecho. Había algo doloroso en esa semejanza; ver cómo Zoe, su hija, llevaba sus mismos rasgos, pero había crecido sin él en muchos aspectos. Sentía rabia, no solo por su ausencia, sino porque ese hombre, Lucien, había estado presente en cada momento que él se perdió.De repente, Lucien tomó la palabra, interrumpiendo los pensamientos de Giovanni.—¿No es una dulzura? Yo también te amo, hija.Luego se giró hacia Adeline, con una expresión agradecida y sincera.—No tengo palabras suficientes para agradecerte, Adeline. Sabes que eres la razón de mi felicidad, y todo lo que hemos vivido… no lo cambiaría por nada.Entonces, con un gesto lento y decidido, se arrodilló delante de ella. Adeline abrió los oj
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CAPÍTULO 45: TENSIÓN EN LA SALA DE JUNTAS.
CAPÍTULO 45: TENSIÓN EN LA SALA DE JUNTAS.Adeline salió del coche en cuanto Lucien se detuvo frente al edificio de Empresas D’Ángelo. Él rápidamente salió para ayudarla, extendiendo su mano con una sonrisa suave.—Cariño… —dijo Lucien, tomando su mano.Ella sonrió y, al bajar, el sol hizo brillar el deslumbrante anillo de diamantes en su dedo anular. Estaba por entrar al edificio cuando notó otro coche aparcado frente a ellos. Casi de inmediato, un hombre bajó del asiento trasero.Era Giovanni.Ella luchó por mantenerse calmada, pero su reacción fue perceptible para Lucien, quien sintió cómo sus dedos se tensaban en su mano.—¿Estás bien, cariño? —preguntó.Adeline asintió rápidamente y dio un paso adelante. Sin embargo, no pudo evitar que su corazón comenzara a latir más rápido ni que sus ojos notaran lo diferente que lucía Giovanni. No era el hombre que había conocido.Apenas habían dado unos pasos cuando escuchó que alguien la llamaba. Miró hacia la dirección de la voz y se encont
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CAPÍTULO 46: ¿QUIERES CONOCER A MI PAPÁ?
CAPÍTULO 46: ¿QUIERES CONOCER A MI PAPÁ?La boca de Barlow se volvió una fina línea y Adeline no le dio tregua.—Ya no tienes nada que decir aquí. Desde que asumí la herencia de mi abuelo, tu porcentaje de acciones es inexistente. No posees nada en Empresas D’Ángelo.La mandíbula de Barlow se tensó, y la furia en su mirada lo impulsó hacia adelante. Dio un paso, levantando la mano con intención de abofetearla.—¿Quién te crees que eres? —escupió con desprecio—. No eres más que una mujer. ¡Y a mí nadie me pasa por encima!Antes de que la cachetada pudiera caer, Giovanni lo detuvo, agarrando su muñeca en un agarre de hierro.—Si la tocas, estarás muerto antes de darte cuenta —sentenció con una calma helada—. Así que te aconsejo que salgas de aquí con lo poco de dignidad que te queda.Barlow fulminó a Giovanni con la mirada y, tras unos segundos, soltó su brazo con un bufido. Adeline le dedicó una sonrisa venenosa, sus ojos brillando de satisfacción, luego se volvió hacia uno de los asis
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CAPÍTULO 47: EN CASA.
CAPÍTULO 47: EN CASA.El auto se detuvo frente a una imponente casa a las afueras de la ciudad. Era una enorme mansión rodeada de árboles, con un jardín perfectamente cuidado que parecía no tener fin. Zoe siguió a Gabriel adentro, maravillada por el tamaño del lugar.Apenas cruzaron la puerta, fueron recibidos por el ama de llaves, una mujer de cabellos grises y mirada atenta.—Bienvenido, Gabriel —dijo la mujer con una sonrisa cálida—. Tu padre está en camino, no debe tardar mucho.El pequeño asintió y, al ver a Zoe, el ama de llaves frunció un poco el ceño, como si la pequeña le resultara familiar. Sin embargo, dejó esa sensación de lado y le sonrió con ternura.—¿Y tú, angelito, cómo te llamas?—Es mi nueva amiga, abuela Magda —respondió Gabriel, orgulloso—. Se llama Zoe.La señora Magda se agachó frente a Zoe, extendiendo su mano con gentileza.—Eres muy hermosa, Zoe. Y como hoy estás de visita, voy a prepararte tu plato preferido. ¿Qué te gusta?La pequeña sonrió, un poco apenada
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CAPÍTULO 48: UNA FOTOGRAFÍA.
CAPÍTULO 48: UNA FOTOGRAFÍA.Giovanni se congeló por un momento. Y un nudo se formó en su garganta, tan apretado que apenas podía respirar. Zoe se apartó ligeramente y lo miró con una dulce sonrisa.—Gabriel ha hablado mucho de ti. Tenía muchas ganas de conocerte —dijo la pequeña, con la inocencia y ternura propias de su edad.Él tragó con dificultad, sin saber qué decir ni cómo actuar. El impacto de ver a su hija, ese bebé que había imaginado tantas veces, de pie frente a él, lo desarmó por completo. Aún sin creerlo, se agachó lentamente delante de ella. Sus ojos, nerviosos y llenos de emoción, recorrieron cada centímetro del hermoso rostro de la niña, como si quisiera grabar esa imagen en su memoria para siempre.Con la mano temblorosa, levantó los dedos hasta la mejilla de Zoe, tocándola con miedo y a la vez con una profunda emoción, como si fuera un sueño que se rompería en cualquier momento.—Dios mío, eres perfecta —susurró con voz ahogada.Zoe lo miró por un instante, con curios
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CAPÍTULO 49: ¿PORQUÉ TE CASASTE CON ÉL?
CAPÍTULO 49: ¿PORQUÉ TE CASASTE CON ÉL? Adeline caminaba de un lado al otro, su rostro estaba tenso y sus manos temblorosas. No tenía idea de dónde estaba Zoe, y la incertidumbre la estaba consumiendo. Lucien, mientras tanto, hablaba al teléfono, su tono era frío y amenazante. —Escúchame bien —dijo, hablando con el director del colegio—, si no averiguas dónde está mi hija en los próximos cinco minutos, te aseguro que no volverás a trabajar en esta ciudad. ¿Me has entendido? No me interesa si tienes que revisar cada rincón del colegio, haz tu trabajo o tendrás serias consecuencias. De repente, el teléfono de Adeline sonó, y ella corrió a contestar, con el corazón acelerado. —¿Zoe, eres tú? —preguntó, desesperada. Del otro lado de la línea, Giovanni miró a su hija y luego respondió. —Soy yo, Adeline. Zoe... está aquí conmigo, en la que era... tu casa. El impacto de esas palabras cayó como una piedra sobre Adeline. Su respiración se detuvo por un instante, y luego sintió una oleada
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CAPÍTULO 50: ¡DEMANDA POR ACOSO SEXUAL!
CAPÍTULO 50: ¡DEMANDA POR ACOSO SEXUAL! Al día siguiente, Adeline abrió la puerta de su oficina y se encontró con Giovanni esperándola. Cerró la puerta con un ligero golpe y dejó su bolso en el sofá. —¿No se supone que deberías estar en tu oficina? O no sé… ¿encargándote de encontrar más proyectos? —preguntó con los brazos cruzados, haciendo que su elegante camisa de seda color cereza se tensara en su pecho. Giovanni, aunque venía a tratar un asunto importante, no pudo evitar que sus ojos se desviaran hacia ese detalle. Adeline chasqueó los dedos dos veces. —Mirarme el escote no viene en el contrato, Giovanni —dijo con frialdad. Él alzó una ceja y se puso de pie. —¿Cómo está Zoe? —preguntó mientras rodeaba el escritorio y sacaba unos analgésicos y los tragaba con un poco de whisky. Adeline frunció el ceño, incapaz de ignorarlo. —¿Sabes que los medicamentos y el licor no se mezclan, verdad? Giovanni terminó el trago y le dio una sonrisa casi irónica. —¿Preocupada? —Claro que
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