CAPÍTULO 52: ME PERDISTE.—¿Casados? —susurró Adeline, atónita ante lo que acababa de escuchar, incapaz de procesarlo.Giovanni respiró hondo y con una seriedad casi solemne confesó:—Yo... yo nunca firmé los papeles del divorcio hace siete años, Adeline. Por alguna razón, no pude hacerlo esa noche.Ella sintió que el suelo se movía bajo sus pies. Y al segundo siguiente, se llenó de miedo, pensando en Zoe, su hija, y en la posibilidad de que Giovanni quisiera arrebatársela. De repente, y con una mezcla de furia y pánico, retrocedió y lo miró con una dureza en la que se leía su desesperación.—¡No te voy a dejar quitarme a Zoe! —le gritó, casi escupiendo las palabras—. No la separarás de mí.Giovanni intentó acercarse, con manos alzadas en señal de paz, pero ella retrocedió aún más, hasta que su espalda chocó con la pared. Al ver su temor, él suavizó la voz y trató de calmarla.—No, Adeline. Yo no... yo nunca haría eso. Jamás te apartaría de ella. Yo solo... —hizo una pausa, tragando co
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