Todos los capítulos de La Esposa del Candidato a la Presidencia : Capítulo 21 - Capítulo 30
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21: Con él.
Ámbar.Soy muda desde mucho antes de que me subiera al auto, porque noto en su forma de actuar y ojos grises azulados que no se encuentra bien, que luce molesto e irritado. Esa es la forma en la que llegó a casa esta tarde después de ver a su padre, o eso creo, mientras yo me estaba consumiendo por dentro en casa por las memorias que recién había construido junto a otro hombre.—¿No vas a preguntar qué pasó?La pregunta de mi esposo me hace entreabrir la boca, y sacudo un poco la cabeza, confundida y algo nerviosa por la forma en la que conduce.—¿Quieres que te lo pregunte? —le digo.—Quieren exhibirte, Ámbar.—¿Ah?—Ellos quieren que pases más tiempo con otras personas, que sirvas a la comunidad, que trabajes, que te separes de mí, que no luzcas como si fueses solo mi sombra —lo dice de forma molesta, como si ello realmente no le gustara.Y yo solo no puedo… no puedo entender o saber qué es lo que debo decir.—¿Por qué…?—Si eres la esposa del presidente no puedes tener una vida pr
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22: La chica del servicio.
Ian.—¡Cuidado con el…!El sonido que produce el exprimidor contra la cerámica me hace cerrar los ojos al mismo tiempo en que me siento apenado.Si cada que en esta casa se rompe algo es porque necesitamos liberar tensiones. Creo que nos vamos a quedar con la casa vacía.Ronetta tiene la mala costumbre de no guardar los electrodomésticos en un lugar seguro y a mí me gusta sentarme en la isla y los mesones de la cocina mientras la veo cocinar junto a Lizzie, nuestra cocinera.—Ya compro otro, ya —digo, saltando desde la isla al suelo para recoger el exprimidor hecho trizas.—Ian, por favor, ten un poco más de cuidado por el amor de Dios. No puedes estar sentándote en todos lados, busca una silla.—Pero Ronetta… —Alzo mi vista cuando echo todo el desastre en la basura, y ella me ve con una sonrisa cual mamá incapaz de regañar a su hijo—. No te molestes ¿sí?—Por eso es que Darwin nunca te quiere en su casa. Duras un día allá y haces desastre.Guardo silencio, porque el recuerdo de la co
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23: Secretamente celosa.
Ámbar.¿Esto está ocurriendo de verdad?—¡Cámaras, listos…! ¡Acción!—…Por eso usa Cousafe, la píldora que te protege.—¡Corte!—Bien hecho señora de Baker.Suelto el aire que tenía contenido y aún no puedo dejar de sonreír. Antes tenía miedo de ello pero ahora que todo ha surgido tan natural desde mi ser, me siento orgullosa.—¡Todo eso es mío! —escucho a Darwin gritar mientras se acerca, y mi sonrisa se transforma en una mueca que intento esconder—. Mi cielo, ven acá.Se ha vuelto tan insoportablemente celoso. Todos lo notan ahora.Han pasado solo dos semanas desde que tuvimos aquella charla. Y el día siguiente de eso, a nuestra casa llegaron asesoras de imagen, asesoras de oratoria, lenguaje corporal, un guardaespaldas para mí, asesoras de marketing y patrocinadoras de marcas reconocidas de nuestra nación, claro, después de que pasaran por su ojo crítico.Todas mujeres a excepción del guardaespaldas, órdenes de Darwin.—Todos quieren saber quién eres, sonríe, con eso bastará —me d
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24: ¿Un hombre enamorado puede ser infiel?
—Amor, ¿sucede algo? —me pregunta Darwin.Sacudo la cabeza, sintiéndome un poco irritada con su presencia. Y aunque me siento también un poco cruel porque no ha pasado mucho tiempo desde que entró en shock por alguna razón que no me quiso decir, ha estado encima todo el tiempo durante las promociones, fotos y hasta en un podcast de servicio comunitario que hice hace dos horas; en donde pude expresar un poco de cómo fue entrar a un mundo que no conocía, y en donde por supuesto solo respondí mentiras. Ahora me pregunto si Darwin quiere cuidarme o cuidar que otras mujeres vayan por ahí cruzándose en mi camino para decirme: “terminaré mi relación con tu marido lo más pronto posible”.Tengo que admitirlo, no esperaba que esto me hiciese sentir como me hace sentir. Mucho menos después de que otro hombre ocupe la mayor parte de mis pensamientos, junto a su cara de decepción y dolor por haberle mostrado esto: el papel que cumplo al lado de Darwin.—Te estoy preguntando qué sucede —insiste m
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25: La esposa del candidato a la presidencia.
Elian. —No me gusta que tomes eso, hermanito… Sacudo mi cabeza saliendo del sueño profundo y terrorífico que he tenido. Mi garganta arde al igual que mis ojos. Siento a Kai a mi lado moviéndose y después de acariciarla, sin aun moverme realmente de la cama, exhalo para luego extender mi mano hasta la mesa y tomar mi teléfono. 5:30am. Me siento en la cama sabiendo que será imposible dormir otra vez y en cuanto bostezo, aun con el sueño palpitando en mi pecho de forma dolorosa, me froto la cara con las manos. Huelo a alcohol, mucho, quizás demasiado. Pasó el fin de semana y es lunes específicamente. Anoche y antenoche aproveché de beber todo lo que no había podido durante la semana. Los recuerdos me persiguen y jamás dejaran de hacerlo. Y a todo mi sufrimiento se ha unido una razón más; mucho más dolorosa porque está presente. Me ha removido algo más que el alma y me ha hecho trizas poco a poco sintiendo que, he sido demasiado estúpido para dejarme encantar tan pronto. Por una
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26: La guerra.
Elian.Boom, boom, boom.—¡Davis, ven acá!Mis pasos resuenan por lo pesados que son, al igual que los latidos fuertes de mi corazón.Boom, boom, boom.Me abro paso en las puertas que me dejan ver la sala ya organizada y los ojos expresivos de Ámbar se encuentran de inmediato con los míos.Boom, pum, boom, pum pum…De nuevo dos corazones.Veo cómo a Ámbar se le corta la respiración hasta ponerse tan pálida como un papel.—¿Qué desean ordenar? —Me quedo inmóvil sosteniendo con fuerza mi libreta mientras escucho a la lejanía hablarme de platos que espero estar anotando bien, sin poder quitarle la vista de encima a Ámbar, la cual tiene la mirada clavada en su menú—. ¿Algo más?Ámbar ve fijamente a una chica morena que está a su frente, sus cachetes se vuelven algo rosados, y la chica la mira con confusión, al igual que, al que ya conozco, es Ian Baker.—Yo… —carraspea su garganta mirando hacia un lado disimuladamente, y por un momento se me sube el corazón a la garganta por pensar que su
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27: Sorpresa de cumpleaños.
Ámbar.—Melly, ¿podría usar el baño?Cuando Ian me trajo a este lugar sin siquiera haberme encontrado con Elian, algo dentro de mí me gritaba que algo grande estaba por pasar.—Por favor, señorita Wallace, ¿cómo va a preguntar eso? ¡Por supuesto! Está en el fondo a la derecha.Jamás me hubiese imaginado lo que ocurriría, y lo mucho que me haría sentir volverlo a ver después de mostrarle mi anillo.En cuanto le echo una vista rápida a todos en la mesa al notar a Ian demasiado distraído con la misma Melly, y a Carly tratando de convencer a Sebastian para que coma algo, ya notoriamente pasada de copas, trago hondo armándome de valor para ir al baño de damas.En donde Elian hace unos minutos ha entrado, y está esperándome.Su cuerpo pega con el mío de forma íntima, nuestras miradas se encuentran y mi piel se eriza quedándome unos segundos inmóvil; siento cada parte de mi cuerpo temblar con solo su presencia, por la forma en la que me ha estado mirando toda la noche, con tantas ganas de ha
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28: Te voy a esperar.
—¡…Feliz cumpleaños a ti!Soplo las 23 velas sin poder evitar sonreír y recibo abrazos de todos, incluso de Melly, aunque el hombre dueño del lugar que pronunció llamarse Levi solo me da la mano. Ah, y Sebastian, quien ni quiere comer pastel, me sonríe por primera vez en dos semanas que llevamos conociéndonos.—¿Son ideas mías o le gusto a esa chica?Cuando Melly se pierde en el pasillo hacia el baño de mujeres, yo solo puedo sonreírle a mi cuñado.—Ian, sino te das cuenta de ello eres un idiota, un idiota con dinero, pero con dinero al fiiiin…Vemos a Carly caer al suelo tras enredarse con sus pies cuando venía hablando hacia nosotros y de inmediato todos corremos hasta ella.—¡Carly! —Comienzo a darle pequeñas palmadas en los cachetes porque no reacciona.—La tengo, la tengo. —Sebastian la carga.—Me lleva… —Ian murmura—. Debí sugerir que se detuviera cuando era tiempo.Los minutos luego a eso Ian termina confesando que nos iba a llevar a un club privado, en donde hay una pista de h
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29: Mi verdadero yo.
Ámbar.—Elian, esto es una locura. —Me separo de él, con todas las fuerzas de mi consciencia—. Yo no puedo dejar a Darwin.—¿No puedes o no quieres? —¡No puedo! Yo… es un momento muy importante en su carrera; yo acabo de salir al mundo, de mostrar quien soy y…—¿Le tienes miedo? ¿O es porque de verdad lo amas? —Exhala, alejándose más. Me duele—. ¿No es suficiente esto que nos pasa?Entreabro los labios porque quiero darle una respuesta sincera, explicarle, pero sus ojitos decepcionados y sus hoyuelos se desaparecen por completo cuando no encuentro cómo empezar.—Entonces supongo que debo irme ya… —Me mira, baja la mirada a mis manos y me extiende algo que no me había dado cuenta que tenía consigo—. Feliz cumpleaños, pequeña.Deja un beso en mi frente.Mi piel se eriza, busco ayuda de lo que me ha entregado para distraer mis manos y no dejarme llevar, pero los latidos de mi corazón corren hasta su pecho.Ambos jadeamos cuando chocamos y apretamos nuestra piel en un abrazo.Mi mentón q
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30: Huir contigo.
Ámbar.Aunque he dicho pocas palabras, el significado que tiene para mí me hace sentir un nudo que sube desde mi pecho hasta instalarse en mi garganta. Nudo que se va desapareciendo poco a poco a medida que los labios de Elian besan los míos, lentamente, con tanta delicadeza que me hace sentir frágil, pero querida.Las ráfagas de recuerdos de los momentos que realmente se hayan sentido íntimos con Darwin pasan rápido, casi ni puedo descifrarlos.No quiero que vaya a enterarse de esto porque me partiría el corazón, pero tampoco quiero parar. Porque lo que quiero vivir con Elian es mucho más fuerte que todos mis deberes.Lo beso en la comisura de sus labios, mientras nuestras narices se rozan, respirando profundo el ambiente que nos rodea; mi fragancia de frutos secos, canela y verano, como él lo ha dicho, y su esencia acompañada de magnetismo.—Ámbar… —Junta su frente con la mía, tomando mi cuello con sus manos.—Elian…Mi corazón late, ansiosa, querida, asustada.—Por favor no te vaya
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