Sabía que ellos estarían muy felices.Cuando Cristóbal llegó, lo primero que notó fueron los ojos enrojecidos de Gabriela. Sintió una punzada en el corazón.—¿Mal día? —preguntó, sin hacer referencia al trending topic.Gabriela negó con la cabeza, escribiendo en su teléfono: “Dormí mucho, demasiado, creo que me cansé de dormir. ¿Doctor Zambrano, pasa algo?”Cristóbal le sonrió con amabilidad.—Gabriela, soy tu psicólogo. Si algo te molesta, siempre puedes contármelo. Seré tu mejor apoyo emocional.Gabriela lo miró y, sonriendo, preguntó otra vez: “¿Ocurrió algo? Es tarde, normalmente no vienes a estas horas.”Cristóbal se dio cuenta de que Gabriela no estaba al tanto de lo que había sucedido en redes. Claro, ella había dicho que había dormido «mucho, mucho». Pero aunque ella no lo sabía, otras personas en el centro sí lo sabían.—Hoy por la tarde estuviste en tendencias —le explicó Cristóbal con suavidad, resumiendo lo sucedido—. Ya lo han eliminado todo, no te preocupes, ya no queda n
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