Zane salió de la oficina primero, con esa seguridad innata que siempre lo caracterizaba. Alison lo siguió, aun sintiendo el calor de sus labios en los suyos, y una mezcla de emociones que la mantenían en un estado de nerviosismo latente. La había besado de una manera que la dejó sin aliento, y aunque intentaba enfocarse en algo más, no podía sacudirse la sensación de que las cosas habían cambiado entre ellos.Cuando llegaron al pasillo, ella, sin pensarlo demasiado, se dirigió hacia el ascensor que usaban todos los empleados del edificio. Lo había hecho tantas veces antes, que lo hizo por inercia y justo cuando estuvo a punto de presionar el botón de llamada, sintió la mano firme de Zane rodear su cintura y, con un movimiento suave pero seguro, la guio en otra dirección.—¿Qué haces? —preguntó Alison, con la voz baja, sorprendida por el cambio de dirección.Zane no respondió. En lugar de eso, la dirigió hacia el ascensor privado, uno que ella sabía que existía, pero que nunca había usa
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