Sábado…Ese día salí de casa, nadie me preguntó a dónde iba, se imaginaban que con Lara, o con Luca, mamá y Vanessa estaban demasiado ocupadas planeando el gran evento. Me alejé lo más que pude, yo quería estar sola, necesitaba vaciar mi cabeza de tantos pensamientos que me agobiaban, bueno y el corazón también. Caminé un poco más, luego me senté en un banco, sentía los latidos de mi corazón resonando en la nuca, eso no me estaba sirviendo de nada, necesitaba medidas drásticas. Luego de dar un par de vueltas entré al primer club que vi, subí al segundo piso, las luces púrpuras le daban un toque diferente, había gente bailando en la pista, incluso un dj que tocaba en vivo. Me senté en la primera mesa vacía que vi al fondo, un minuto después apareció un mesero, le pedí lo primero que se me ocurrió; un whisky. Empezó a preguntarme cuál en específico, eso era lo que menos me importaba, así que me llevó uno a su elección. El primer trago me bajó quemando la garganta, el segundo me sabía
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