—La encontré —vuelvo a repetirlo; sonrió al ver a mi linda mujer—. Hicieron un buen trabajo. Felicito a mis hombres porque han estado muy pendientes de esto. Tengo que actuar rápido antes de que pase algo, aunque tengo algo en mente. —Max, quiero que en una habitación de mi nueva mansión la preparen con todo lo que necesita una mujer: ropa, zapatos, maquillaje, toallas, tampones, champú de mujer, todo lo que se te pueda ocurrir —ordenó. —Claro que sí, señor, pero ¿qué talla de ropa? —preguntó. Así que tomo uno de mis bolígrafos de mi escritorio y escribo sobre una hija la talla de ropa, vestidos y la talla de zapato. —Ten, estas son las medidas y que esté listo lo más rápido posible. —Extiendo mi brazo con la hoja en mi mano mientras el guardaespaldas la agarra viendo las tallas. —Haré mi mayor esfuerzo. —Bueno, con eso me conformo; te puedes ir —le digo y Max se va dejándome solo en mi oficina. Me siento en mi lugar, tomando esa fotografía, viendo a mi Mia salir de
Leer más